Con la llegada del rey Carlos III cambiarán monedas, pasaporte, sellos y otros

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9 de septiembre de 2022, 7:36 AM
9 de septiembre de 2022, 7:36 AM

Desde el himno nacional hasta el dinero en efectivo, pasando por los sellos y los pasaportes, muchos aspectos de la vida cotidiana y las instituciones del Reino Unido cambiarán con la llegada al trono de Carlos III.

La muerte de Isabel II y la llegada al poder de Carlos III supone un cúmulo de pequeños cambios que afectarán la vida cotidiana y las instituciones de los británicos y, en muchos casos, de las naciones de la Commonwealth.

Instituciones

Un punto esencial para empezar: "God Save the Queen", el himno nacional desde 1952, se volverá "God Save the King", y su letra será masculinizada.

Los nombres del Gobierno, Tesoro y Aduanas de Her Majesty se cambiarán por el de His Majesty. El Discurso del Rey, y no el de la Reina, presentará el programa del Gobierno al Parlamento, abriendo la sesión parlamentaria. La Guardia de la Reina, inmortalizada por los turistas frente al Palacio de Buckingham, también cambiará de nombre.

La insignia de los cascos de los policías deberá asimismo cambiar, y la policía ya no mantendrá la paz de la reina sino del rey. En el ejército, los nuevos reclutas ya no tomarán el "chelín de la reina" al alistarse, como establece la fórmula.

Vida cotidiana

El rostro del nuevo rey empezará a aparecer en las monedas y billetes del Reino Unido y otros países y territorios de la Corona (Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Gibraltar, Malvinas, etc.), sustituyendo el perfil de Isabel II.

El rostro de Isabel II también aparece en los sellos, mientras que las letras EIIR, de Isabel II Regina, están pegadas en los buzones, por lo que habrá que cambiarlas. El texto de la cubierta interior de los pasaportes británicos, australianos, canadienses y neozelandeses, emitidos en nombre de la Corona, tendrá que actualizarse.

También se masculinizará el nombre del Her Majesty's Theatre del West End londinense, donde se representa El Fantasma de la Ópera desde 1986. Sin duda, los ejemplos de pequeños cambios en diversas áreas de la vida de los británicos no faltan.