Los documentos encontrados, cuya naturaleza o importancia se desconocen, fueron entregados inmediatamente al FBI.

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25 de enero de 2023, 8:02 AM
25 de enero de 2023, 8:02 AM

Después de Donald Trump y Joe Biden, se han encontrado documentos en la casa del ex vicepresidente Mike Pence.

Con Guillaume Naudin, corresponsal de RFI en Washington

Una docena de documentos fueron encontrados la semana pasada en la casa de Mike Pence, en el estado de Indiana, por los abogados del ex vicepresidente de Donald Trump. El representante legal de Pence informó a los Archivos Nacionales sobre el descubrimiento la semana pasada de "una pequeña cantidad de documentos marcados como 'confidenciales' en cajas y llevados por inadvertencia a la casa del exvicepresidente al final de la administración anterior".

Dice que los documentos encontrados, cuya naturaleza o importancia se desconocen, fueron entregados inmediatamente al FBI.

Al igual que la Casa Blanca y Joe Biden, Mike Pence afirma que cometió el error sin advertirlo y destaca su buena predisposición para colaborar con las autoridades. Desde este punto de vista, al igual que el actual presidente, pretende distanciarse de Donald Trump, cuyo equipo legal ha hecho todo lo posible para entorpecer o ralentizar la investigación de los archivos nacionales.

El problema para Mike Pence es que, en el momento de las primeras revelaciones sobre los documentos de Joe Biden como vicepresidente en varios despachos y residencias, había insistido mucho en los medios de comunicación sobre lo ejemplar que había sido en su gestión de los documentos oficiales. Obviamente se lo pensó mejor, ya que hizo registrar su propia casa.

Con estas nuevas revelaciones, nadie está en condiciones de reclamar la superioridad moral de la responsabilidad. Y se empieza empezando a oír, tanto de demócratas como de republicanos, que puede haber un problema operativo general, más que político, que hay que abordar.

En Estados Unidos, una ley de 1978 obliga a los presidentes y vicepresidentes estadounidenses a enviar todos sus correos electrónicos, cartas y otros documentos de trabajo a los Archivos Nacionales.

Otra ley, sobre espionaje, prohíbe mantener documentos clasificados como confidenciales en lugares no autorizados e inseguros.