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LIBIA
Inundaciones en Libia: la ONU y la OMS, preocupadas por el riesgo de enfermedades
UNICEF ha distribuido a los centros sanitarios botiquines de emergencia para atender a 15.000 personas durante tres meses.
En Derna, al este de Libia, una semana después de las devastadoras inundaciones causadas por la tormenta Daniel, un gran número de cadáveres siguen yaciendo bajo los escombros. Esta situación supone una amenaza para la higiene. Desde el lugar del siniestro, las agencias de la ONU intentan evitar la propagación de enfermedades.
El temor de la ONU es que el agua se contamine, provocando "una segunda crisis devastadora" en la región.
En un comunicado, la Misión de Apoyo de la ONU en Libia (Manul) explicó que equipos de nueve agencias de la ONU se encontraban sobre el terreno en Derna y otras ciudades del este de Libia para proporcionar ayuda y apoyo a la población.
"Las autoridades locales, las agencias de ayuda y el equipo de la OMS (Organización Mundial de la Salud) están preocupados por el riesgo de propagación de enfermedades, especialmente a través del agua contaminada y la falta de higiene", según la ONU.
UNICEF ha distribuido a los centros sanitarios botiquines de emergencia para atender a 15.000 personas durante tres meses.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) está distribuyendo "kits básicos de socorro, que incluyen mantas, lonas de plástico y utensilios de cocina, a 6.200 familias desplazadas en Derna y Bengasi", la mayor ciudad del este de Libia.
Además, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha distribuido raciones alimentarias a más de 5.000 hogares y un vuelo fletado por la OMS ha enviado 28 toneladas de suministros médicos.
La tormenta llegada del Mediterráneo golpeó Derna el domingo 10 de septiembre y provocó el colapso de dos represas situadas en el cauce del río, que según informes locales presentaban desde el año 1998 grietas que nunca fueron reparadas.
El volumen de agua fue comparado por testigos con un maremoto, y arrasó esta ciudad de 100.000 habitantes, dejando cerca de 3.300 muertos según el último balance oficial, aún provisional.
Organizaciones humanitarias internacionales y responsables locales avisaron de que el balance final podría ser mucho más elevado, debido a los miles de desaparecidos que los rescatistas libios y extranjeros siguen buscando este lunes.