La heredera del Frente Nacional, un partido fundado por neonazis y nostálgicos del colonialismo lanzó sus dardos contra Emmanuel Macron. Su partido no se deshizo de sus obsesiones xenófobas

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11 de abril de 2022, 16:04 PM
11 de abril de 2022, 16:04 PM

Con una retórica de normalización, de aparente moderación y una campaña centrada en la defensa del poder adquisitivo, Marine Le Pen se calificó nuevamente a la segunda vuelta de la elección presidencial francesa. Sin embargo, su partido no se deshizo de sus obsesiones xenófobas.

Las copas de champaña circulaban de mano en mano en el salón de eventos del parque de Vincennes cuando a las 20 horas se escuchó un clamor de alegría. Cientos de militantes y responsables del partido Reagrupación Nacional (RN) celebraron la accesión de Marine Le Pen a la segunda vuelta de la elección presidencial frente al presidente saliente Emmanuel Macron. Por segunda vez, la líder ultraderechista francesa Marine Le Pen está a las puertas de la presidencia de la República.

En una breve declaración de siete minutos, Marine Le Pen –heredera del Frente Nacional, un partido fundado por neonazis y nostálgicos del colonialismo- lanzó sus dardos contra Emmanuel Macron, un dirigente que los sectores populares de Francia perciben como el presidente de los ricos.

La líder de la extrema derecha francesa presentó así el duelo de segunda vuelta del 24 de abril: “Por un lado, la división, la injusticia y el desorden, impuestos por Emmanuel Macron para unos pocos. Y, por otro lado, la reagrupación de los franceses en torno a la idea de justicia social y de la protección en el marco fraterno de la idea milenaria de nación y de pueblo”.

Varios activistas presentes para aclamaron a Le Pen estiman que la apuesta de su líder a la temática del poder adquisitivo, con promesas de reducción inmediata de impuestos en los productos de la canasta básica, fue el criterio que le permitió izarse en segunda vuelta.

“Desde el inicio de la campaña, Marine Le Pen apostó a la temática del poder adquisitivo. Esto le valió burlas del candidato Eric Zemmour. Y en realidad, resultó ser la preocupación principal de los franceses. Gente que gana 2000 euros ya no le alcanza”, dijo a RFI Philippe, un responsable del partido en el departamento de Essonne, en el sur de la región parisina.

"No solo hablamos de inmigración"

Numerosos activistas entrevistados por RFI, insisten en la supuesta normalización de un partido que muchos franceses consideran como xenófobo. “La gente entendió que no solo hablamos de inmigración y de seguridad, tenemos un programa más completo", aclara Philippe.

El partido de ultraderecha sin embargo no ha abandonado su ADN. La obsesión por la identidad francesa blanca y por la inmigración sigue siendo central en la retórica lepenista.

“Lo que se jugará el 24 de abril será un voto no solo circunstancial, una decisión en términos de sociedad y de civilización. Su voto impactará en todo el territorio francés para la preponderancia legítima de la cultura y de la lengua francesas, de los usos y costumbres de nuestras regiones. De las leyes y de los valores republicanos entre las cuales la laicidad y la igualdad entre hombres y mujeres”, declaró Le Pen tras la publicación de las estimaciones de la primera vuelta.

Y es que para muchos activistas lepenistas, la población de origen árabe procedente de las ex colonias francesas de África del Norte, y el islam constituyen una amenaza a la identidad francesa.

“Yo vivo en el departamento de Yvelines, y en nuestros barrios se vuelve imposible. Vemos cada vez más gente con el velo islámico que les cubre de arriba hasta abajo. A veces tememos que Francia no vuelva a ser Francia. Lo que queremos precisamente es que con Marine Le Pen recuperemos el país que queremos”, indicó Monique, una ex concejala del partido.

“La inmigración fue uno de los temas que me hizo adherir al RN cuando tenía 15 años”, confirma otro activista Valentin, quien, a sus 22 años, coordina el grupo de jóvenes del RN en el departamento de Champagne-Ardennes.

En su programa, el RN promete medidas drásticas contra la inmigración como reservar las ayudas sociales a los franceses, acabar con la reagrupación familiar, limitar el derecho de asilo o prohibir el velo en el espacio público.

El reto de Marine Le Pen de cara a la segunda vuelta es ahora ampliar su base electoral y sumar votos no solo de los electores de Eric Zemmour, el otro candidato de ultraderecha que llamó a votar por ella y que obtuvo alrededor del 7% de los sufragios.