La UE debería ahora ser capaz de superar el tema de la competencia salarial, que lleva a los trabajadores del este y del centro del continente a buscar trabajo en el oeste en condiciones apenas mejores que en sus países de origen

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7 de junio de 2022, 15:40 PM
7 de junio de 2022, 15:40 PM

Tras largas negociaciones entre la Comisión Europea, el Parlamento y los 27 gobiernos, las instituciones europeas llegaron a un acuerdo el 6 de junio por la noche sobre la introducción de un salario mínimo europeo.

Con nuestros corresponsales en Bruselas, Esther Herrera y Pierre Benazet.

Tras casi dos años desde que se propuso, las instituciones europeas han aprobado una serie de criterios para garantizar que en todos los países exista un salario mínimo. La Comisión hizo su primera propuesta en octubre de 2020, mientras que durante años el salario mínimo se había considerado responsabilidad exclusiva de cada país de la Unión Europea.

La UE debería ahora ser capaz de superar el tema de la competencia salarial, que lleva a los trabajadores del este y del centro del continente a buscar trabajo en el oeste en condiciones apenas mejores que en sus países de origen.

Un marco de referencia

Más que un salario mínimo real con un umbral común para los 27 Estados miembros, es sobre todo un marco para fijar salarios adecuados de acuerdo con los interlocutores sociales.

Se tendrán en cuenta cuestiones como la renta o el nivel de vida en el país para asegurar que todos los trabajadores tengan un mínimo de protección. También se favorecerá la negociación colectiva, que se considera clave para garantizar que los trabajadores se beneficien de salarios adecuados.

“Esta es la mejor versión de Europa, la que protege a los ciudadanos más vulnerables y que lucha contra la pobreza laboral”, ha asegurado el eurodiputado Dennis Ratke, uno de los negociadores del Parlamento Europeo.

Un impulso crucial

Nicolas Schmit, comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, reconoce que aún pasarán meses, si no más, antes de que la directiva europea pueda ser transpuesta, es decir, adoptada en la legislación nacional de cada país, pero según él, se ha dado el impulso y será crucial para hacer frente al actual aumento de precios.

"Hay un fuerte aspecto político, que es que, en un contexto de alta inflación, los salarios más bajos no deben ser víctimas de estas presiones inflacionarias. Tenemos que tener mucho cuidado de no ir en la dirección de una caída de los salarios reales, porque eso nos llevaría directamente a la estanflación", estima.

Las instituciones que han estado negociando durante meses creen que gracias al acuerdo se favorecerá un salario mínimo que impida que haya trabajadores pobres. Aun así, no hay obligaciones, son recomendaciones. Aunque sí se trata de un paso importante, que había sido imposible hasta ahora.