Las barricadas en las carreteras y el bloqueo del transporte están afectando a la agricultura. El mayor país exportador de uva está viendo cómo se pudre su cosecha por falta de transporte. El turismo, el otro pilar de la economía después de la minería, también se ha paralizado

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13 de febrero de 2023, 8:47 AM
13 de febrero de 2023, 8:47 AM

La crisis política de Perú tendrá un impacto negativo en el crecimiento, advierte el Fondo Monetario Internacional. Esta previsión se aparta de la norma. Hasta ahora, la economía parecía inmune a los disturbios recurrentes en esta joven democracia.

Es una opinión compartida por muchos observadores: Perú es uno de los pocos Estados cuyo índice de riesgo ha sido degradado en 2022 por la aseguradora francesa de comercio exterior Coface. Basado en elementos concretos: Las Bambas, la mayor mina de cobre del país controlada por un grupo chino - que abastece el 2% del mercado mundial y aporta de paso a Perú un punto del PIB - está actualmente cerrada. 

Las barricadas en las carreteras y el bloqueo general del transporte también están afectando a la agricultura. El mayor país exportador de uva está viendo cómo se pudre su cosecha por falta de transporte para hacerla llegar. Por último, el turismo, el otro pilar de la economía después de la minería, también se ha paralizado. Machu Pichu, la joya turística de Perú, sigue cerrado y la temporada de verano parece en entredicho.

¿Por qué la economía ha resistido crisis políticas anteriores?

Para caracterizar el prodigioso crecimiento de la economía peruana en los últimos veinte años, nos gusta hablar de un entorno empresarial muy favorable, basado en el "consenso de Lima". Es decir, un modelo ultraliberal calcado del "consenso de Washington" practicado durante mucho tiempo por el FMI. Los inversores extranjeros, sobre todo chinos, han explotado los recursos naturales del país para la exportación.

Los distintos gobiernos que se han sucedido desde el final de la dictadura de Fujimori siempre han protegido estas actividades para preservar el beneficio de las inversiones, y la corrupción endémica que las acompaña. La población se ha beneficiado parcialmente. Los niveles de pobreza han descendido. Perú se ha convertido en la isla de estabilidad económica de la región. Con un sólido crecimiento del 4% anual, una moneda estable y unas finanzas saneadas, supera a todos los países de la región.

La crisis de Covid-19 puso de relieve los resultados macroeconómicos de la región

Tras la desaceleración de 2020, la economía se ha recuperado muy rápidamente, con un crecimiento del 13% en 2021. Pero los peruanos siguen curándose las heridas de la pandemia. Al carecer de redes de contención sociales e instituciones sanitarias eficaces, han padecido hambre y han tenido dificultades para buscar tratamiento médico. La tasa de mortalidad relacionada con la pandemia es la más alta del mundo. El Covid-19 puso de manifiesto décadas de abandono, ilustradas por el destino de Cuzco.

La capital del turismo es también una de las ciudades más pobres del país. De momento, está sin gas. Es una paradoja, ya que un yacimiento de gas cercano sigue exportando gas al extranjero a través de un gasoducto a Lima. La tubería prometida a la ciudad nunca se ha construido. La autopista que debía abrir la ciudad nunca se terminó, ni tampoco uno de los esperados hospitales. Este crecimiento sin desarrollo ha reducido la pobreza a la mitad, pero no para todos los peruanos. Las desigualdades socioeconómicas entre los andinos y el resto de la población se han agravado. Esto es lo que alimenta hoy la ira de los manifestantes.

¿Cuestionar el modelo peruano?

Los manifestantes quieren otra Constitución, proponiendo un nuevo contrato social. La lucha contra la corrupción también forma parte de sus expectativas. Estas exigencias podrían hacer que la economía peruana fuera más inclusiva y, por tanto, más resistente. Pero la presión de la calle no parece surtir efecto. El Parlamento sigue negándose a convocar nuevas elecciones, y la vicepresidenta Dina Boluarte se aferra al poder desde que el presidente Pedro Castillo fue detenido en diciembre. Mientras tanto, los inversores extranjeros trabajan en nuevos proyectos mineros, apostando por la continuidad del "consenso de Lima".