Tetsuya Yamagami realizó su atentado como venganza por el apoyo del influyente político a la llamada Iglesia de la Unificación y a la que su madre donaba dinero

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11 de julio de 2022, 17:35 PM
11 de julio de 2022, 17:35 PM

El sospechoso del magnicidio del exprimer ministro japonés Shinzo Abe tenía recelos contra una secta religiosa a la que, dice, su víctima apoyaba.

Tetsuya Yamagami realizó su atentado como venganza por el apoyo del influyente político a la llamada Iglesia de la Unificación y a la que su madre donaba dinero.

En una rueda de prensa este lunes 11 de julio, la Iglesia de la Unificación, confirmó que la madre de Yamagami asistía mensualmente a la congregación pero declinó hacer referencia a las supuestas donaciones.

El grupo religioso fue fundado en Corea a mediados del siglo pasado por Sun Myung Moon, quien falleció en 2012. En ese entonces la secta reivindicó tres millones de seguidores, que lo proclamaron como el Padre Verdadero.

Durante décadas la secta fue famosa por organizar matrimonios en masa, con miles de parejas uniéndose en gigantescos estadios deportivos.

Un mensaje de video

También conocida como la Secta Moon, la organización tiene vínculos con líderes mundiales de ideología conservadora y Abe habría enviado un mensaje de video de apoyo a alguna de sus reuniones.

"Abe mostró su apoyo a nuestro movimiento mundial por la paz. Sin embargo, nunca se registró como miembro de nuestra iglesia, ni como asesor. Estamos un poco desconcertados porque existe una gran distancia entre tener rencor contra nosotros y matar al señor Abe. No podemos comprender los motivos del sospechoso, por lo que cooperaremos plenamente con la policía para desentrañarlo", afirmó en rueda de prensa Tomihiro Tanaka, presidente de la rama japonesa de la Iglesia Moon.

Las autoridades japonesas habían anunciado poco después de detener a Yamagami que el sospechoso tenía recelos contra un grupo religioso vinculado a Abe, pero retuvo el nombre al parecer para no afectar las elecciones a la Cámara Alta del fin de semana.

Japón es un país budista, sintoísta, pero aloja miles de sectas y nuevas religiones en las que se incluyen credos importados.