Treinta millones de personas podrían tomar la tercera dosis. Pero sólo 3,7 millones la han tomado hasta ahora.

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19 de octubre de 2021, 15:15 PM
19 de octubre de 2021, 15:15 PM

Tras salir airoso de la carrera por la vacuna contra el virus Covid-19, el Reino Unido destaca como uno de los países con mayor número de nuevas infecciones en Europa. Está por detrás de Serbia y Rumania. El aumento de casos diarios, unos 45.000, se atribuye a la prisa por reabrir la economía asociada al fin de las mascarillas obligatorias, según los expertos.

Por Vivian Oswald, corresponsal de RFI en Londres

Por mucho que las vacunas llegaran rápidamente y un gran porcentaje de la población recibiera las dos dosis, los británicos -Inglaterra especialmente- pusieron fin a todas las restricciones el 19 de julio, mucho antes que Dinamarca, por ejemplo, uno de los primeros países del Viejo Continente en promover la reapertura a finales de agosto. En Noruega, sólo se hizo realmente hace unas semanas. 

Alemania e Italia siguen imponiendo una serie de restricciones, al igual que España, donde se exige el distanciamiento social en las escuelas y el uso de mascarillas para los mayores de seis años. En Francia y otros países europeos, se exige un certificado de vacunación.  

En el Reino Unido, no. Por cierto, los clubes nocturnos han estado funcionando sin ningún tipo de restricción sanitaria. Los museos y los supermercados recomiendan el uso de mascarillas, pero la decisión de utilizarlas o no depende del público. 

Todo esto acaba aumentando el número de contactos entre personas y complica las medidas para contener la propagación de un virus que se extiende rápidamente precisamente por contacto. En los trenes o autobuses de Londres, la mayoría de los usuarios ya han prescindido de la máscara. Sin embargo, el accesorio es una condición para utilizar el transporte público, como se indica en la página web de Transports for London. Pero no es una ley. Por ello, muchas personas creen que no tienen que hacerlo.

En este momento, los expertos sostienen que la aplicación de las dosis de refuerzo de la vacuna es lenta. Sólo se administran a un pequeño grupo de personas con enfermedades preexistentes y mayores de 50 años, siempre que hayan tomado ya la segunda dosis hace seis meses.

Treinta millones de personas podrían tomar la tercera dosis. Pero sólo 3,7 millones la han tomado hasta ahora. Otro problema de inmunización que perjudica al Reino Unido es que sólo ahora se está vacunando a los adolescentes. Por eso, países como Francia, Alemania y otros europeos ya han pasado por delante de los británicos en porcentaje de personas inmunizadas.

Preocupación por el frío

Con la llegada del invierno, el panorama se complica para los británicos. Esta es una de las mayores preocupaciones en este momento. La temporada presionará al NHS, el sistema público de salud británico gratuito, con las habituales enfermedades respiratorias. Pero lo cierto es que el NHS ya está bajo presión, mientras intenta atender los casos de pacientes que han visto pospuestos sus tratamientos a causa de la pandemia.

El número de nuevas infecciones diarias por Covid-19 en el Reino Unido la semana pasada fue de unas 45.000. El 18 de octubre era de 49.000. Esto supone un aumento del 16,2% respecto a la media de los últimos siete días. Las muertes superaron los 120 en la media diaria de la última semana, lo que supone un aumento del 11,4%. La tasa de mortalidad es tres veces superior a la de otras grandes naciones europeas.

Todo esto se complica con las perspectivas que dan algunos estudios científicos recientes, que ya apuntan a una menor eficacia de la cobertura de las vacunas que ya se han aplicado en el tiempo. De ahí la necesidad de refuerzo. Ante el desarrollo de la pandemia en el Reino Unido, ya se habla de retomar el uso de mascarillas en invierno y de recomendar la vuelta al trabajo a distancia para quienes puedan hacerlo.