Tras la riada que arrasó al sur de Valencia, ciudadanos, fundaciones y ONG se volcaron a socorrer a los miles de siniestrados. De esa marea humana de solidaridad forma parte 'Guardias Civiles Solidarios', especializados en el rescate de vivos y muertos en catástrofes.

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5 de noviembre de 2024, 15:20 PM
5 de noviembre de 2024, 15:20 PM

Las enviadas especiales de RFI a Valencia, Angélica Pérez y Pauline Gleize, entrevistaron a su vicepresidente, Roberto Narro Otero.

Por Angélica Pérez y Pauline Gleize

Los Guardias Civiles Solidarios van por el mundo buscando sobrevivientes de las catástrofes. Muchas veces, solo encuentran cadáveres. Así les ha ocurrido en Valencia, a donde vinieron "a ver si podemos paliar en algo la catástrofe que se ha generado aquí por la famosa DANA esta, que nos está volviendo un poco locos", nos dice Roberto Narro Otero, vicepresidente de la Asociación de Guardias Civiles Solidarios.

La ONG le propuso a la Dirección General de la Guardia Civil –entidad estatal en la que todos sus miembros trabajan– su experiencia y sus medios.

"Le dijimos: nosotros podemos hacer cosas, salvar gente. Tenemos drones, vehículos, somos más o menos especialistas porque hemos estado en muchas catástrofes naturales y nos dijeron, pues venga pa’ delante y para allá. Pero ya, y lo que os haga falta".

Así fue como 72 horas después de que la riada del 29 de octubre sumergiera en cosa de minutos entre el lodo y el caos a miles de habitantes del sur de Valencia, estos ocho guardias solidarios ya estaban llegando a la Zona Cero.

RFI: ¿En qué ha consistido exactamente su trabajo aquí?

Roberto Narro Otero: En principio, encontrar cadáveres. Todavía quedan muchos desaparecidos y tenemos muy pocas esperanzas de encontrar personas con vida. Segundo, intentar abrir viales de carretera, repartir alimentos, medicinas, apartar coches, todo lo que se pueda hacer. Todavía no tenemos mucha infraestructura, aunque han prometido que va a llegar mucha gente y mucha maquinaria pesada, que es lo que hace falta.

RFI: ¿Cómo fueron estos días en los que no había ni esa maquinaria, ni esa infraestructura, ni esos militares, ni todo lo que se requiere?

Roberto Narro Otero: Nosotros llegamos el viernes. Ya habían pasado dos días y el caos era total. Ahora está mejorando un poquito. El fin de semana, junto con los voluntarios, ha venido mucho ejército, Guardia Civil, nosotros, voluntarios de la Guardia Civil. Pero, al principio, era un poco caótico. Los vecinos se quejaban. Nosotros estuvimos haciendo lo que podíamos. Al principio, nuestra actividad principal era encontrar a alguien con vida. El trabajo no se centraba en llevar comida y medicinas, sino en encontrar, encontrar, encontrar gente para ver si podíamos salvarla. Ahora ya se ha perdido un poquito la esperanza.

RFI: ¿Han encontrado gente con vida? ¿Heridos?

Roberto Narro Otero: Nosotros, no. Pero ayer se encontró a un bebé y a una mujer. La mujer llevaba cuatro días en el coche y el bebé también. Estaba debajo de muchos coches. Y es que cada día que pasa, o cada hora que pasa, es peor.

RFI: Si no encuentran vivos, me imagino que sí encuentran cadáveres.

Roberto Narro Otero: Sí

RFI: ¿Y ustedes específicamente han encontrado?

Roberto Narro Otero: Sí

RFI: ¿En qué condiciones?

Roberto Narro Otero: Pues, mayormente están en garajes porque han ido a salvar el coche y les ha pillado la riada dentro de los garajes de los subterráneos. Mucha gente que ha muerto en la autovía. Y a mucha gente se la ha llevado arrastrando. Y, los que menos, murieron en casas particulares. Aquí en Valencia hay mucha casa bajita. Bueno, están todas afectadas porque todas están destruidas; pero por lo general, se subieron a la segunda planta. Entonces, mayormente ha sido por ir a rescatar el coche. Digamos que más del 50 % han caído así.

RFI: ¿Cómo los buscan concretamente, buceando?

Roberto Narro Otero: Va primero un grupo de AME, el ejército de rescate que tenemos en España, y achica el agua. Una vez ahí se llama a GEAS, el grupo de la Guardia Civil de especialistas. Y ahí sí te metes abajo del garaje y ves lo que te encuentras. Por ejemplo, ayer encontramos en un garaje pequeño a una persona de 70 y tantos años que, probablemente, murió ahí por salvar el coche.

RFI: Puede parecer una frivolidad ir a buscar el coche. Pero, seguramente, el automóvil es un instrumento de vida para mucha gente que vive fuera de la ciudad y que se transporta a su trabajo de esa forma.

Roberto Narro Otero: Aquí en Valencia todos los años hay riada y siempre se inundan los garajes, pero media rueda. Entonces, la gente está acostumbrada a que cuando llueve, que es la "gota fría", todo el mundo baja, sube los coches y se soluciona el problema. Pero, la gente no se esperaba esta barbaridad. En dos minutos, tres minutos ya estaba todo inundado. Ha sido como un tsunami de la tierra al mar, un tsunami al revés.

RFI: Tan inusual es la catástrofe como seguramente ha sido el trabajo que están haciendo. ¿Qué es lo específico y lo más difícil de esta catástrofe para ustedes?

Roberto Narro Otero: Pues que no te imaginas que un país de este nivel pueda sufrir tanto daño por una catástrofe natural. Yo creo que me quedo con eso porque hemos estado en Filipinas, en Nepal, República Dominicana, en Ecuador, que son países en los que las construcciones son más débiles que aquí en Europa. Pero que pase esto en el é"primer mundo", aquí donde todo está, al parecer, bien hecho, y que caigan 800 litros por metro cuadrado. Parece mentira que haya pasado aquí en mi casa, cuando siempre hemos ido fuera a sacar gente.

RFI: Sabemos que habrá siempre más catástrofes climáticas y, cada vez, más fuertes. ¿Se preparan para cambiar su modo de trabajo?

Roberto Narro Otero: Yo creo que debe cambiar la mentalidad de la gente. Que se lo tiene que tomar un poco más en serio cuando lanza la AEMET o cualquier agencia meteorológica a lanzar una alerta. Generalmente lo oyes en la tele, alerta roja, y sales a la calle y ves que solo caen cuatro gotas y ya. Hay que cambiar la mentalidad de la gente y entender que esto puede pasar y puede pasar en cualquier lado.

RFI: ¿En qué situación encontraron a la gente, a los vivos, sobre todo cuando había menos ayuda?

Roberto Narro Otero: En estado de shock. Todavía está todo el mundo en shock. Y hoy que se ha puesto a llover, pues...

RFI: ¿La lluvia va a complicar las labores de rescate? ¿Se va a volver el lodo más difícil?

Roberto Narro Otero: Lo que pasa es que las alcantarillas están taponadas por el barro y todo lo que ha caído hoy vuelve a entrar otra vez en las casas. Como no hay desagües, entonces es como perder un día de trabajo. Tampoco ha caído mucho. No sé lo que habrán caído, 30 litros, 20 litros. Ahora hay gente trabajando allí. O sea, que esto es un no parar.

RFI: Nosotros nos preguntábamos, visitando los municipios afectados, ¿a dónde va ese barro? ¿Qué ocurre con todas esas toneladas de lodo que se están limpiando en la calle, pero que se están botando a las alcantarillas?

Roberto Narro Otero: Va a taponar las cañerías. Luego habrá que desatascar y, poco a poco, sacarlas en “containers” y cambiar tuberías.

RFI: ¿Y no sería mejor no echarlo ahí, sino sacarlo a otro lado? ¿Esto es posible?

Roberto Narro Otero: Lo primero que quieres es limpiar tu casa. Y eso es lo que está haciendo la gente.

RFI: Pero si hubiera una maquinaria específica que estuviera ahí con grúas y especializada, se evitaría.

Roberto Narro Otero: Tienes que poner palas, "containers". Pero es que ha sido imposible meter la maquinaria pesada en los pueblos porque estaban los viales ocupados, las carreteras tapadas, y no se podía meter. Entonces, ¿qué ha hecho la gente? Ha sacado todos los muebles y todo el lodo a la calle, que es peor, porque todavía no está limpia la calle. Y se va acumulando más y más y más. Pero ha sido porque están taponadas todas las carreteras. No se podía llegar. Eso requiere mucho tiempo.

RFI: ¿Por qué estaban taponadas las carreteras?

Roberto Narro Otero: Por el barro. Vosotras habéis estado por la zona. Es todo barro. Andas y barro, barro, barro. Y ese barro, en cuanto calienta un poquito, se vuelve duro como una piedra.

RFI: Sí, pero, por ejemplo, nosotros llegamos a Paiporta andando por la autovía. Hay una posibilidad de que entren las grúas.

Roberto Narro Otero: Tienes que explicar que Paiporta está solo a 500 metros de Valencia, está aquí al lado. Los pueblos más interiores están a seis kilómetros, ocho kilómetros y tienes que abrir carreteras.

RFI: Y, sin embargo, estando a escasos 500 metros, la gente se quejaba de que nadie venía a recoger los desechos. Y es verdad. Tenían acumuladas las calles completamente con montañas de trastos y no sabían dónde meter el barro. Lo trasladan de un lado al otro.

Roberto Narro Otero: Es que primero es salvar antes que limpiar, digamos. Los primeros días han sido intentar rescatar a la gente que haya quedado viva. Si se encuentra una vida, has salvado una vida. Entonces, primero se salva y después ya se actúa sobre lo material.

RFI: ¿El hecho de que los muebles dañados estén acumulados en las calles no va a ser un problema también para el rescate?

Roberto Narro Otero: Para el rescate, para la salud y para todo. Va a ser un problemón y va a tardar meses en limpiar todo. Hace falta mucho contenedor, mucha pala y muchos días, muchos días. Va a costar mucho levantar todo eso.

RFI: ¿Y hasta cuándo se van a quedar aquí?

Roberto Narro Otero: Nosotros somos una ONG de guardias civiles, y tenemos los días más o menos contados. Hay que decirlo todo como es. Aunque también es verdad que la Dirección General nuestra de la Guardia Civil nos ha dicho que lo que haga falta. Entonces, nosotros nos quedaremos 20, 25 días. Lo que sí es seguro es que las unidades que han venido del Ejército, de Guardia Civil, de Policía Nacional, bomberos, ellos se van a quedar mucho tiempo. Es difícil solucionar esta situación, pero por lo menos dejar limpio todo y que se empiece a vivir.

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