España anunció este viernes 18 de marzo que respaldaba una propuesta de autonomía entre Rabat y los independentistas saharauis del Frente Polisario.

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21 de marzo de 2022, 14:44 PM
21 de marzo de 2022, 14:44 PM

Al tomar posición, el pasado fin de semana, acerca de la disputa territorial en torno al Sahara Occidental, apoyando a Marruecos, el gobierno español provocó reacciones contrastadas entre los diferentes actores de este asunto. Argelia retiró a su embajador en España para "consultas". ¿Esta nueva crisis diplomática es el resultado de la presión que ejerce Rabat sobre Madrid?

España anunció este viernes 18 de marzo que respaldaba una propuesta de autonomía como "la base más seria, realista y creíble para la resolución de este diferendo" entre Rabat y los independentistas saharauis del Frente Polisario.  

Para Madrid, esta posición marca una "nueva etapa" en las relaciones con Rabat, tras 47 años de neutralidad. Al apoyar abiertamente el plan de autonomía de las autoridades marroquíes sobre el Sahara Occidental, España pretende salir de una crisis que empezaba a afectarla gravemente.  

Este gesto le permite poner fin a las tensiones diplomáticas con Marruecos, que en los últimos meses ha estado ejerciendo mayor presión. “Las formas de presionar son numerosas: dejando entrar  inmigrantes ilegales a Ceuta el pasado mes de mayo, prolongando cierre de las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla por motivos no sanitarios, interrumpiendo del tráfico de pasajeros a través del Estrecho de Gibraltar, que impide a los puertos andaluces trabajar con Marruecos", apunta el periodista español Ignacio Cembrero, entrevistado por RFI. 

El presidente de gobierno español Pedro Sánchez ha programado una visita oficial a Rabat, sin precisar por el momento una fecha. Para las autoridades marroquíes, este apoyo es importante, porque gracias a Madrid, "Rabat espera tener más apoyo para su plan de autonomía dentro de la Unión Europea y la ONU", explica otra fuente.  

Por su parte, los independentistas saharauis del Frente Polisario dicen estar "sorprendidos" por este giro de la diplomacia española. El antiguo imperio colonial sigue teniendo el "estatus de potencia administradora" ahí, y como tal, "debe tener un enfoque equilibrado", dice a RFI Ubi Bachir Bouchraya, representante del Frente Polisario en Europa. 

“Lamentamos profundamente esta posición española, que se produce en un contexto de tensión, guerra y ruptura del alto el fuego, pero al mismo tiempo con los esfuerzos de la ONU por relanzar el proceso de negociación”, detalla.  

Una decisión de doble filo 

La primera consecuencia que tuvo esta declaración fue que Argelia, Estado que apoya al Frente Polisario, ha retirado a su embajador en Madrid "llamado a consultas". En un comunicado, Argel se mostró "muy sorprendido" por "el repentino cambio de postura" de las autoridades españolas. 

Sin embargo, la medida del gobierno socialista de Pedro Sánchez tiene un doble filo. Por supuesto, por un lado, este giro renueva las relaciones con Marruecos, pero por otro lado, las relaciones se vuelven automáticamente conflictivas con Argelia, partidaria histórica de la independencia del Sahara Occidental y del Frente Polisario. 

Se plantea ahora la cuestión del suministro de gas, ya que Argelia es el principal proveedor de esta fuente de energía esencial para España. Pedro Sánchez ha asegurado que no está en riesgo, pero en su intento de reducir la dependencia a Rusia, no puede prescindir de él.  

¿Qué obtendrá el Madrid a cambio? 

También está por verse si esta "normalización" de las relaciones entre ambos países será duradera. "Tendremos una relación normal con Marruecos, pero no una muy cordial, ya que sigue reclamando las ciudades de Ceuta y Melilla. Ha aprobado leyes sobre aguas territoriales y zonas económicas exclusivas que invaden Canarias”, apunta Cembrero. 

El periodista cree que España no ha obtenido "ninguna compensación significativa". "Es posible que la inmigración irregular que llega a Canarias y que ha aumentado mucho en los últimos meses disminuya, por lo que España ha ganado unos meses de paz y tranquilidad con su vecino. Pero la relación siempre seguirá siendo complicada", concluye.