Los llamamientos a la huelga han comenzado a hacerse a través de los altavoces de las mezquitas

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27 de octubre de 2021, 8:00 AM
27 de octubre de 2021, 8:00 AM

En Sudán, la huelga general convocada por los sindicatos y los comités de resistencia popular tras el golpe de Estado del lunes 25 de octubre tuvo un amplio seguimiento. La capital, Jartum, fue paralizada el martes y se produjeron manifestaciones en varias ciudades de provincia. A pesar de las restricciones de la red telefónica, los partidarios de la resistencia pasiva empiezan a organizarse.

Con nuestro corresponsal en Jartum, Eliott Brachet, y AFP.

Tras el golpe militar del lunes 25 de octubre la única forma de desplazarse por Jartum era a pie. En todos los cruces importantes había escuadrones de soldados montados en camionetas o barricadas de ladrillos y neumáticos quemados levantadas por los manifestantes, que impedían el acceso de vehículos a muchas partes del centro de la ciudad, así como a Omdurman, la ciudad gemela de la capital, al otro lado del Nilo. 

Los soldados del ejército regular, por su parte, tenían una actitud discreta, manteniendo sólo los puntos estratégicos, incluidos los alrededores del cuartel general del ejército, donde tuvo lugar la mayor parte de la mortal represión del lunes.

“Los comités de resistencia se han organizado", explica Abdelkhalik, miembro del comité de resistencia de Taef. “Se han levantado muchas barricadas porque ha habido varios ataques de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Cada vez, ellos los destruyen y nosotros los reconstruimos. Los jóvenes que los retienen están allí desde las 6 de la mañana, y se quedarán hasta la medianoche, en todos los barrios”.

Como los teléfonos no funcionan, quienes participaron en la revolución de 2019 y tienen experiencia en protestas, están tratando de organizar otros canales de comunicación, según dice una fuente cercana a los comités de resistencia. 

Los llamamientos a la huelga han comenzado a hacerse a través de los altavoces de las mezquitas, por ejemplo. “La orden es organizar la resistencia desde abajo", agrega la fuente, "para [que cada uno] pueda mantener informado su barrio”.

Este martes por la noche se restableció el acceso a internet para ser suspendido nuevamente. "Recibimos muchos vídeos cuando se restableció la red”, dice un estudiante de informática pegado a su teléfono. “Vimos que el ejército había llevado a cabo actos de tortura contra estudiantes y jóvenes en particular. Así que cuando Burhan dice en su discurso que actúa en interés de la juventud, es para seducir a los medios de comunicación. Pero no nos engañamos con este juego”.

La operación "ciudad muerta", convocada por los sindicatos y los comités de resistencia popular, tuvo un gran seguimiento con la mayoría de las tiendas cerradas. En las provincias, los activistas que lograron conectarse a Internet mencionaron operaciones similares en curso en la ciudad obrera de Atbara, en Port Sudan, Dongola, El-Obeid, Kosti e incluso en Nyala, en Darfur del Sur.

Por otra parte, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, habló por teléfono el martes con el derrocado primer ministro sudanés, Abdala Hamdok, quien fue llevado a casa después de ser detenido por el ejército, según un comunicado del Departamento de Estado.

"El secretario de Estado da la bienvenida a la liberación del primer ministro y renueva su llamamiento a las fuerzas militares sudanesas para que liberen a todos los líderes civiles detenidos y garanticen su seguridad", agregó el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en el comunicado de prensa.

Abdala Hamdok fue llevado a casa el martes por la noche y permanece "bajo mayor vigilancia" tras un golpe de estado encabezado por el jefe del ejército, el general Abdel Fattah al-Burhan.

El primer ministro Abdula Hamdok y casi todos los líderes civiles sudaneses fueron arrestados el lunes, pocas horas después de la salida de Sudán del enviado de Estados Unidos al Cuerno de África, Jeffrey Feltman.

Antony Blinken expresó una vez más su "gran preocupación" por este golpe e instó al ejército sudanés a no usar violencia contra los manifestantes.