El brasileño Thiago Ribeiro no fue habilitado para el campeonato porque el club inmobiliario priorizo a los cinco extranjeros que trajo Cristian Díaz más Luciano Ursino, que a comienzo de la temporada no se había naturalizado.

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14 de abril de 2021, 19:30 PM
14 de abril de 2021, 19:30 PM

Thiago Ribeiro le pone buena cara al mal tiempo. El mediocampista brasileño a comienzo de año lidió en su hogar con el Covid-19 del que salió adelante, tal como lo sabe hacer cuando tiene que batallar en la zona media para contener las arremetidas de los rivales.

Es su característica como jugador y por eso es uno de los capitanes del equipo inmobiliario en el que juega desde el 2017, año en que Royal Pari disputó la Copa Simón Bolívar para luego ascender a la División Profesional.

Es el futbolista con más partidos en Royal Pari (él dice que lleva más de 100), por lo tanto con más minutos en cancha y protagonista de los logros históricos del club, que en el primer año en el fútbol profesional (2018) clasificó a la Copa Libertadores.

Tiene contrato hasta fin de año y por su buen rendimiento se decía, pese a que ya tiene 36 años, que su renovación era un hecho.

Pero, el fútbol depara siempre sorpresas. Gratas e ingratas. Ribeiro dice que está siempre preparado para las grandes luchas, ya sea en la vida o en el fútbol, pero a fines de marzo lo sorprendió la dirigencia del club y el entrenador del equipo (Cristian Díaz) cuando lo llamaron, después de un entrenamiento, para anunciarle que no lo pudieron habilitar para el campeonato.

¿Qué pasó? El club determinó dejarlo fuera para cumplir con la norma del torneo de habilitar a seis jugadores extranjeros en la plantilla. Cuenta Thiago que esa triste noticia se la dieron dos días antes de viajar a Oruro para enfrentar a San José (2 de abril).

“Me explicaron que fue un accidente. Como soy frontal les manifesté mi malestar, pero ya estaba todo hecho ¿qué podía hacer? Los cinco jugadores extranjeros que hizo fichar el entrenador ya estaban habilitados. Me explicaron que estaba entre el cupo de los seis extranjeros, ya que Luciano (Ursino) había iniciado el trámite para su naturalización. Como en ese momento no se dio lo de Luciano optaron por dejarme fuera con la promesa de habilitarme en mayo, cuando se abra nuevamente el periodo de habilitación”, dijo Ribeiro, quien entrena con el plantel y recibe su salario con normalidad.

“No es lo mismo entrenar, que jugar partidos oficiales, pero no tengo otra alternativa. Soy un profesional y debo hacerlo. El entrenador me dijo que está sorprendido por mi reacción, ya que todos los días entreno con la misma intensidad. Siempre he sido así”, expresó el experimentado volante, quien antes de llegar a Bolivia (2015 para jugar en Real América) estuvo seis años en el fútbol de Hungría.

Ribeiro siente que tiene cuerda para rato en el fútbol profesional y no descarta jugar en otro club desde mayo, dada las ofertas que ha recibido.

“Gracias a Dios tengo un físico privilegiado. Además, me cuido mucho y eso es vital para mantenerse siempre en buena forma”, subrayó.