El experto holandés Sim de Jong sugiere tomar en cuenta la situación de confort de las vacas lecheras con un ambiente de sombra o climatizado, y buena alimentación

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4 de febrero de 2019, 7:32 AM
4 de febrero de 2019, 7:32 AM

Una vaca estresada deja de consumir alimento y esto disminuye la cantidad de leche que genera, señala puntualmente el médico veterinario y zootecnista Carlos Hugo Ribera, nutricionista de la Federación Departamental de Productores de Leche (Fedeple).

El estrés animal normalmente proviene por la falta de confort, debido a condiciones climáticas adversas, de acuerdo a la explicación del profesional.

“El clima, como en toda actividad agropecuaria, es fundamental en la productividad lechera, ya que el alimento de los bovinos proviene de la tierra y esta necesita agua, fertilizante y mucho trabajo para lograr una buena capacidad de producción de pasturas que la vaca luego lo transforma en leche”, explicó. Respecto a qué razas de las que producen leche en Bolivia son susceptibles a los efectos del calor, Ribera indicó que “todas las vacas son afectadas por los cambios de temperatura por igual” y que “es trabajo de los productores buscar y aplicar las técnicas necesarias para reducir el impacto medioambiental en su ganado y garantizar que la producción de leche no se vea afectada”.

¿Cómo saber que el animal está estresado? El experto holandés, Wim De Jong, que estuvo en Santa Cruz invitado por Fedeple, destaca que es necesario medir el confort de las vacas con el Índice Temperatura Humedad (ITH).

Con este índice se revisan las condiciones del estrés por calor al que está expuesto el ganado bovino, su relación en la producción lechera y su eficiencia reproductiva.

En general, los expertos determinaron que con un índice IHT inferior a 72 el ganado lechero no experimenta estrés; si se da entre 72 y 78 es moderado. Los valores de 79 hacia arriba se caracterizan por un estrés calórico grave.

Es que el ITH, dependiendo de los parámetros de temperatura y humedad, identifica si los bovinos están: confortables, con estrés suave, severo o de alto riesgo. También hay que cuidar las condiciones higiénicas del animal.

Otros efectos causados por el estrés calórico en los bovinos es la posible disminución de la concentración de grasa y proteína en leche, menor expresión de celos, posible baja de la tasa de concepción, incremento en descartes y posibles muertes, probable disminución en el desarrollo de la ubre preparto y reducción de la eficiencia de la conversión alimenticia.

Sombra o climatización

Las acciones a tomar dependen del establecimiento y la inversión que los productores realicen. Se puede implementar galpones climatizados y también brindar sombras generadas por árboles.

“Mientras más confort brindemos a nuestro hato, la producción de leche se incrementará, ya que un animal tranquilo en un ambiente cómodo comerá bastante”, añade.

Recomienda que el animal, para que realice el ciclo de producción de leche, haga la rumia del alimento con bastante sombra, en un ambiente de descanso.

Por otro lado, enfatizó que el desafío de los ganaderos en las regiones tropicales es que el consumo de alimento de los animales sea el mayor posible. 

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