Es un problema de salud pública. Los mayores de 60 años registran el mayor número de caídas

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5 de mayo de 2022, 17:01 PM
5 de mayo de 2022, 17:01 PM

Consalud.es

Cada año se producen 37,3 millones de caídas lo suficientemente graves como para requerir atención médica. Los adultos mayores de 60 años son los que registran el mayor número de caídas mortales.

Las caídas se posicionan como un importante problema de salud pública a nivel global que, por norma general, suele pasar desapercibido. Una caída se define como un evento que resulta en que una persona se detenga inadvertidamente en el suelo u otro nivel inferior. Las lesiones que producen pueden ser o no fatales.

A nivel global las caídas provocan alrededor de 684.000 decesos, lo que las convierte en la segunda causa principal de muerte por traumatismos no intencionados, tras los causados por los accidentes de tráfico.

De acuerdo con los datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80% de estas muertes se producen en países de medios y bajos ingresos, representando las regiones del Pacífico occidental y el sudeste asiático el 60% de estas muertes. En todas las regiones del mundo las tasas de mortalidad más elevadas por caídas se registran en la población mayor de 60 años.

Cada año se producen 37,3 millones de caídas. Aunque no todas resultan letales, si son los suficientemente graves como para requerir atención médica. Esto se traduce en que las caídas son las responsables de más de 38 millones de años de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) perdidos por cada año. Tal es la importancia que las caídas juegan en nuestra salud que producen más años vividos con discapacidad que las lesiones por transporte, ahogamiento, quemaduras y envenenamiento combinados.

El informe de la OMS detalla que, si bien el 40% del total de AVAD perdidos como consecuencia de las caídas a nivel global ocurren en niños, “es posible que esta medida no refleje con precisión el impacto de las discapacidades relacionadas con las caídas en las personas mayores que tienen menos años de vida que perder”. El documento indica además que las personas que se caen y sufren discapacidad se encuentran ante un riesgo mayor de internación y requerir cuidados a largo plazo.

En términos de costes económicos, las lesiones derivadas de las caídas son elevados, en el caso de las personas de 65 años en adelante y, de acuerdo con las estimaciones realizadas por la OMS el pasado año, hablamos de un coste medio en Finlandia y Australia de 3.611 y 1.049 dólares respectivamente para los sistemas de salud por lesión y caída. Un análisis realizado en Canadá concluye que la implementación de estrategias de prevención puede llegar a reducir la incidencia de las caídas hasta en un 20% entre los menores de 10 años. Esto se traduciría en un ahorro para el sistema sanitario de hasta 120 millones de dólares anuales.

Los expertos señalan que, si bien todas las personas que sufren una caída presentan riesgo de lesión, existen algunos factores que pueden afectar al tipo y gravedad de la lesión, como los que se citan a continuación:

Edad

La edad se posiciona como uno de los factores de riesgo principales. Las personas de mayor edad tienen un riesgo más elevado de muerte o lesiones graves por caídas. El riesgo se incrementa a medida que se cumplen años.

Pero los niños también se erigen como grupo de riesgo. Las caídas en la etapa infantil se producen, en gran medida, como resultado de sus etapas de desarrollo, siendo la supervisión inadecuada de los adultos uno de los principales factores de riesgo.

Género

En todos los grupos de edad y regiones ambos sexos corren riesgo de sufrir caídas, aunque en algunos países se ha observado que los hombres tienen más posibilidades de fallecer como consecuencia de una caída, mientras que las mujeres sufren más caídas no fatales.

• Ocupación laboral.

• Consumo de alcohol o sustancias.

• Factores socioeconómicos entre los que se incluyen la pobreza, viviendas superpobladas, paternidad única o edad materna joven.

• Condiciones médicas subyacentes como neurológicas, cardíacas u otras condiciones incapacitantes.

• Efectos secundarios de la medicación.

• Inactividad física o pérdida del equilibrio.

• Movilidad, cognición o visión deficientes.

• Ambientes inseguros.