La Unicef emite algunas recomendaciones para tocar el tema con los más pequeños de la casa

27 de junio de 2024, 17:58 PM
27 de junio de 2024, 17:58 PM

Este miércoles 26 de junio el país se convulsionó por un movimiento irregular militar y la población vivió horas de zozobra e incertidumbre por lo que podía pasar en el país. Las familias salieron a abastecer las despensas y a buscar combustible, temiendo una convulsión social.

La tensión se apoderó de los hogares, pero en muchos pasaron por alto lo que pudieron sentir los más pequeños de la casa y cómo los puede impactar estas noticias.

La Unicef enumera algunos consejos para apoyar y reconfortar a los niños al momento de hablar sobre conflictos:

Averiguar qué saben y cómo se sienten

Elegir un momento y un lugar para sacar el tema con naturalidad y que el niño se sienta más cómodo; por ejemplo, durante una comida familiar. Evitar hablar del tema justo antes de acostarse.

Un buen punto de partida es preguntarle qué sabe y cómo se siente. Algunos niños y niñas pueden saber poco sobre lo que está pasando y no estar interesados en hablar de ello, pero otros pueden estar preocupados en silencio. Con los más pequeños, los dibujos, los cuentos y otras actividades pueden ayudar a abrir el debate.

Los niños y niñas pueden descubrir las noticias de muchas maneras, por lo que es importante comprobar lo que están viendo y oyendo. Es una oportunidad para tranquilizarles y corregir cualquier información inexacta que hayan podido encontrar en Internet, en la televisión, en la escuela o a través de sus amigos.

Es importante no minimizar ni desestimar sus preocupaciones. Si hacen una pregunta que puede parecer extrema, como "¿Vamos a morir todos?", hay que asegurarles que eso no va a ocurrir, pero también hay que averiguar qué han oído y por qué les preocupa que eso ocurra. 

Mantener la calma y usar un lenguaje y ejemplos acorde a su edad

Los niños y niñas tienen derecho a saber lo que pasa en el mundo, pero los adultos también tienen la responsabilidad de mantenerlos a salvo de la angustia. Es mejor utilizar un lenguaje adecuado a su edad, observar sus reacciones y ser sensible a su nivel de ansiedad.

En la medida de lo posible, hay que tranquilizarlos y hacerlos sentir que están a salvo de cualquier peligro. 

Cerrar las conversaciones con cuidado

Al terminar la conversación, es importante asegurarse de no dejar al niño en un estado de angustia. Hay que evaluar su nivel de ansiedad observando su lenguaje corporal, teniendo en cuenta si utiliza su tono de voz habitual y vigilando su respiración.

Estar vigilante

A medida que se vayan conociendo las noticias sobre el conflicto, hay que seguir en contacto con el niño para ver cómo se encuentra o si tiene alguna pregunta nueva.

Limitar la avalancha de noticias

Considerar la posibilidad de apagar las noticias con los niños y niñas más pequeños. Con los mayores, se puede aprovechar para hablar de cuánto tiempo pasan consumiendo noticias y en qué fuentes confían. En la medida de lo posible, hay que intentar crear distracciones positivas como jugar a algo o dar un paseo juntos. 

Cuidar de uno mismo

Mucho les ayudará saber que sus padres están tranquilos.

Si uno se siente ansioso o alterado, es mejor tomarse el tiempo y acudir a otros familiares, amigos y personas de confianza. En la medida de tus posibilidades, es importante a dedicar tiempo a hacer cosas que ayuden a relajarse.