“Si la obesidad infantil sigue incrementando, podría reducirse la esperanza de vida de las generaciones futuras”, advierte un experto

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16 de junio de 2022, 10:33 AM
16 de junio de 2022, 10:33 AM

Por: Unicef- Páginna 12

En un informe pospandemia de la FAO, OPS y Unicef, el aumento de prevalencia de obesidad en menores de 5 años es de más del 10% en el Cono Sur. “Esta enfermedad viene creciendo año tras año, pero los números se dispararon con el confinamiento”, dice Sergio Farinelli, especialista en nutrición en la primera infancia.

En 2019, el 9,9% de niñas y niños menores de 5 años padecían sobrepeso severo en Argentina, según el informe “Panorama de la seguridad alimentaria y nutrición en América Latina y el Caribe”, elaborado en 2020 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Unicef. 

En 2020 Unicef informó que el 35,6% de los escolares de 5 a 18 años de Bolivia tienen prevalencia de malnutrición por exceso (sobrepeso y obesidad). El porcentaje citado se desglosa así: un 21,9% está con sobrepeso; 11,1% con obesidad y 2,2% con obesidad severa. 

Estos índices son parte de los resultados del estudio: “Prevalencia de sobrepeso y obesidad de los escolares y adolescentes en Bolivia” realizado por el Posgrado en Ciencias del Desarrollo (Cides) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), la Unidad de Alimentación y Nutrición de la Dirección General de Promoción de la Salud del Ministerio de Salud, y Unicef.

Tras la pandemia, la prevalencia de obesidad en este grupo poblacional aumentó en la región, por ejemplo llegó al 12,9% en Argentina, Paraguay (12%), Uruguay (10,3%) y Chile (9,8%).

“Los alimentos ultraprocesados y el sedentarismo, intensificado por el uso excesivo de pantallas, son las principales causas de la obesidad en los niños”, sostuvo Farinelli, y siguió: “Por eso es importante que en los hogares y en las escuelas se los incentive a tomar más agua y menos bebidas azucaradas, a incorporar más frutas y verduras, y a realizar actividad física, para evitar que la enfermedad continúe en la adolescencia”.

En las últimas tres décadas, toda América Latina ha tenido un marcado crecimiento de la obesidad infantojuvenil.

En 1990, el 6,2% de menores de 5 años tenían sobrepeso severo; en 2020 subió a 7,5% (cerca de 400.000 personas más), mientras el promedio mundial era 5,6%. Por su parte, en el grupo de 5 a 19 años el porcentaje llegó al 30,6%, es decir, 3 de cada 10 niñas, niños y adolescentes afectados por este tipo de malnutrición, de acuerdo a los datos publicados por Unicef.

Lo mismo sucede a nivel mundial, que en las últimas cuatro décadas se cuadruplicaron los casos. En 2016, 41 millones de chicas y chicos menores de 5 años tenían sobrepeso u obesidad. La población de 5 a 19 años con esta afección en ese momento era de 340 millones, o sea que alcanzó el 18%, mientras que en 1975 era 4%. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de uno de los principales problemas de la salud pública del siglo XXI.

“Si la obesidad infantil sigue incrementando, podría reducirse la esperanza de vida de las generaciones futuras”, advirtió el experto, pues “quienes sufren esta enfermedad tienen mayor riesgo de padecer comorbilidades asociadas -antes más frecuentes en la población adulta- como hipertensión, diabetes tipo 2, afecciones hepáticas y renales, distintos tipos de cáncer y depresión”, concluyó.

El entorno

“La alta prevalencia de obesidad no solo refleja que el patrón alimentario de niños y adolescentes es inadecuado, sino que es el resultado del actual entorno obesogénico”, aseguró la especialista en nutrición infantil Victoria Tiscornia.

“Hoy se le dedica menos tiempo a la preparación de comida sana y nutritiva y, a su vez, los chicos están expuestos a la publicidad de productos no saludables”, agregó. Un estudio evidenció que el consumo de frutas frescas en el grupo de 13 a 17 años era de 21,4%, mientras que en el de 2 a 12 años, 36,3%. En el primer grupo la ingesta de verduras era de 32,4%, en el segundo, 29,6%. Los adultos, en tanto, expresaron una frecuencia de 33% y 40,8% para ambos alimentos, respectivamente.

La ENNyS 2 también reveló la frecuencia con la que niñas, niños y adolescentes incorporan alimentos ultraprocesados. Así, 6 de cada 10 chicas y chicos de 2 a 12 años y 5 de cada 10 de 13 a 17 años consumen golosinas al menos dos veces por semana. Además, ingieren bebidas azucaradas (46%), facturas, galletitas y cereales con azúcar (27,8%), y productos de copetín (26,5%) en mayor proporción que la población adulta: 32,9%, 13,4%, 10,5%, respectivamente.

“Que el entorno alimentario sea saludable pero además accesible y asequible requiere de la participación de toda la sociedad”, dijo la investigadora.

Tiscornia sostiene que para prevenir el sobrepeso y la obesidad es urgente regular las grasas trans.

En 2021, organizaciones de la sociedad civil presentaron una propuesta ante la Comisión Nacional de Alimentos para que se baje del 5% al 2% de grasas trans respecto a las grasas totales en todos los alimentos, ya que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, de diabetes mellitus o muerte súbita.


TOMAR EN CUENTA

ASCENSO

América Latina ha tenido un crecimiento de la obesidad infantojuvenil.

CONTROL

Para prevenir el sobrepeso y la obesidad es urgente regular las grasas trans.

RECOMENDACIÓN

Es importante que en las escuelas y hogares se incentive a tomar agua y no gaseosas