En sus etapas tempranas no existen síntomas. En Bolivia es el cuarto tipo de cáncer más común

8 de junio de 2023, 14:09 PM
8 de junio de 2023, 14:09 PM

El cáncer de hígado es uno de los que más muertes causa en los varones de las Américas, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), su tasa de mortalidad es del 6,6%.

Si bien en Bolivia no es el más común, el oncólogo Sergio Chungara señala que afecta más a la población masculina y que ocupa el cuarto lugar entre los cánceres que dañan a los varones, después del de próstata, pulmones y el gastrointestinal. El tipo de cáncer de hígado más frecuente es el llamado hepatocarcinoma, indica, por su parte el oncólogo Ronald Limón.

FACTORES DE RIESGO

Los especialistas sostienen que entre las causas o factores de riesgo para este cáncer se cuentan la cirrosis, las infecciones crónicas por hepatitis B y C, y la diabetes.

El cáncer aparece cuando existe daño al ADN de las células hepáticas, que producen alteraciones o mutaciones. De esa manera, las células pueden crecer sin control y formar tumores o masas de células cancerosas.

La Sociedad Americana Contra el Cáncer explica que, el hepatocarcinoma, puede tener patrones diversos de crecimiento: un solo tumor que va creciendo y solamente cuando el cáncer está avanzado se propaga a otras áreas del hígado; en otros casos pueden empezar con múltiples y pequeños nódulos por todo el hígado. La institución indica que este es el tipo de cáncer más común.

Cuando el cáncer no se origina en el hígado sino en alguna otra parte del cuerpo, desde donde se propagó, recibe el nombre de cáncer secundario del hígado. La expansión del cáncer de un órgano a otro se llama metástasis.

Además, existe el factor hereditario, que no puede prevenirse, pero sí controlarse.

PREVENCIÓN

En el caso de la hepatitis B, la vacuna es la forma más eficaz de prevenirla, señala Limón, que agrega que está disponible en el país, por lo que recomienda aplicarla.

En cuanto a la hepatitis C, que puede contraerse a través de sangre contaminada, puede evitarse si se siguen medidas de bioseguridad y, por ejemplo, no se comparten agujas, y se analiza previamente los hemoderivados de la sangre antes de una transfusión.

La cirrosis puede ser de dos tipos, explica Limón, la alcohólica y la no alcohólica. La primera, como indica su nombre, está relacionada con el consumo crónico de alcohol, que daña las células hepáticas. La segunda, tiene que ver con hábitos alimenticios poco saludables, que incluyen el consumo de grasas saturadas y harinas, que desembocan en el llamado hígado graso. Del mismo modo, la poca actividad física contribuye a que esta condición aparezca.

Si bien el hígado graso no puede revertirse, puede controlarse y detenerse con mejores hábitos. Entre esos hábitos, Chungara detalla: una dieta saludable, realizar ejercicios con regularidad, evitar el consumo del tabaco, el alcohol y de esteroides anabólicos. Asimismo, inmunizarse contra el virus de la hepatitis.

SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO

Limón explica que, por lo general, no existen síntomas, que permitan el diagnóstico temprano del cáncer de hígado. Generalmente el paciente siente molestias cuando la enfermedad ya está avanzada. Chungara manifiesta que, en algunos casos, los hallazgos ocurren ‘casualmente’, mientras se realizan otros estudios.

Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, algunas señales y síntomas del cáncer de hígado, cuando se encuentra en etapa avanzada pueden incluir: pérdida de peso y del apetito; dolor en la parte alta del abdomen; náuseas y vómitos, hinchazón abdominal, ictericia; debilidad y fatiga general; heces blancas o blanquecinas.

Una de las opciones de diagnóstico que propone es la ecografía abdominal que, de manera sencilla y económica, puede alertar de la presencia de un tumor, de acuerdo con Chungara. A partir de ese estudio, el especialista pedirá otros, que van desde análisis de sangre hasta tomografías.

La biopsia puede ser una de las maneras para analizar este tipo de cáncer. La muestra será analizada, señala Limón, y se determinará el tipo de cáncer, su grado y, con ello se elegirá el mejor tratamiento para ese caso.

El cáncer aparece cuando existe daño al ADN de las células hepáticas
El cáncer aparece cuando existe daño al ADN de las células hepáticas

Hepatólogos del Cáncer Center de la Clínica Universidad de Navarra, citados por Alimente+, indican que, en pacientes con enfermedad hepática crónica, pueden usarse técnicas de imagen, como el escáner o TAC y la resonancia magnética, como formas de diagnóstico cuando no se puede realizar, o si se quiere evitar, la biopsia tumoral.

TRATAMIENTO

El avance del cáncer, el tamaño del tumor y su localización serán importantes a la hora de abordar un tratamiento adecuado para cada paciente, explica Chungara.

De acuerdo con la Sociedad Americana Contra el Cáncer, el cáncer puede encontrarse en etapa 1, 2, 3 o 4. Entre menor sea el número, menor ha sido la propagación de la enfermedad. Un número más alto, como etapa 4, significa que el cáncer se ha propagado fuera del hígado.

Si el cáncer no se ha expandido, la cirugía y la extirpación del tumor pueden ser una de las opciones para curar al paciente, detallan los especialistas, lo mismo que el trasplante. En este último caso, Chungara señala que el paciente debe estar en una fase temprana y debe tener la capacidad para tolerar la operación.

Para Limón, la primera opción de tratamiento es la inmunoterapia. La inmunoterapia consiste en el uso de medicinas para ayudar al sistema inmunitario de una persona a encontrar y destruir las células cancerosas, explica la Sociedad Americana Contra el Cáncer.

La quimioterapia también puede prescribirse, así como la quimioembolización, de acuerdo con Limón.

El segundo tratamiento está relacionado con la medicina nuclear. En ese procedimiento se inyectan medicamentos contra el cáncer directamente en el vaso sanguíneo que alimenta el tumor canceroso.

También se inyecta un material sintético (agente embolico) en los vasos sanguíneos que suministran sangre al tumor, de manera que se atrapa la quimioterapia en el tumor y se bloquea el flujo sanguíneo hacia este, según refiere la Sociedad Americana Contra el Cáncer.