Especialistas sostienen que este retraso en el habla es por el uso del barbijo, ya que los niños no pueden ver las expresiones faciales y leer los labios al momento de gesticular

El Deber logo
3 de febrero de 2022, 10:23 AM
3 de febrero de 2022, 10:23 AM

Por Analía Roca 

Uno de los errores fue minimizar la enfermedad de Covid-19 en niños, dijo la pediatra Verena Pinto, recalcando en que hay que darle la atención necesaria.
El 1% de los menores con coronavirus puede enfermar grave y complicar su salud”, especificó, agregando que la pandemia ha generado diferentes problemas de salud en los niños.

Según ella, aumentaron casos en la consulta pediátrica sobre temas relacionados a los efectos del virus.

En el último tiempo, Pinto ha visto pequeños entre 1 y 3 años (pandemials) con retraso en el lenguaje, incluso algunos que no hablan.

Especialistas sostienen que este retraso en el habla es por el uso del barbijo, ya que los niños no pueden ver las expresiones faciales y leer los labios al momento de gesticular.

En el caso de los niños entre 5 y 11 años, la situación más recurrente en la consulta ha sido la obesidad, esto a causa del encierro en la casa y el sedentarismo, sumado a los malos hábitos de alimentación.

Pinto además remarcó la importancia de la salud mental, ya que en los adolescentes la depresión ha sido uno de los transtornos a tomar en cuenta.
Según Save the Children, en España se triplicaron los trastornos de depresión y ansiedad en niños y adolescentes entre los 4 y 14 años, del 1,1% en 2017, al 4% actualmente. En el caso de los trastornos de conducta, como déficit de atención o hiperactividad, se pasó del 2,5% en 2017, al 7% hoy.

Aulas vacías 

Hace ya dos años, cuando comenzó la pandemia, que los niños dejaron de ir al colegio de manera presencial y la educación se volvió a distancia y virtual, a través de distintas plataformas.

Según la sicóloga Tarina Ribero, los niños aprenden a través de las “neuronas espejo” desde 0 meses, por eso es tan importante el contacto con los demás. Y esto no se tiene en las clases virtuales, porque ven en 2D y el ser humano está en un contexto 3D.

“Ven a sus compañeros y profesora como una foto. Incluso algunos niños no conocen a estas personas y no están conectados, y si no conectan no aprenden”, enfatizó.

Los datos de Unicef indican que las escuelas de más de 160 millones de estudiantes del mundo llevan casi un año cerradas, especialmente en América Latina y el Caribe.

En este punto la pregunta es si hay un retroceso en el aprendizaje de los niños.
Al respecto, la sicóloga Daniela Nemer dice que es importante dividir la población infantil entre aquellos niños que ya habían experimentado el colegio presencial de manera previa y aquellos que lo conocieron de forma virtual.

De acuerdo a Nemer, los niños de 3 a 4 años tuvieron una experiencia relativamente nueva y llena de retos, y aprender fue totalmente distinto. En cambio los más grandes, de 5 años en adelante, es probable que hubieran experimentado una pausa en la adquisición de nuevos aprendizajes. “No un retroceso, pero sí un estancamiento, esto hasta que se habituaron al sistema virtual”, explicó.

Una encuesta de U-Report de Unicef, de junio de 2020, mostró que en Bolivia el 93,2% de los estudiantes consultados afirmaron que no estaban aprendiendo “nada”, “casi nada”, o “más o menos”, con las clases en modalidad virtual.

El cambio de la modalidad educativa también tuvo un impacto en el comportamiento de algunos niños, explicó Nemer. “Se puede manifestar un retroceso en el área conductual, niños que dormían solos antes vuelven a la cama de los padres, muchos están irritables, poco sociables, etc.”, dijo.

De la disminución del contacto físico, Nemer indicó que el desarrollo social de un niño es básicamente el pilar para adquirir procesos de aprendizaje de una manera adecuada. “La cognición en los niños se dará en función a la observación, estimulación, experiencias de cada niño con relación a su entorno”, sostuvo. Sociedad y aprendizaje son inseparables para Nemer.

Padres e hijos

Para reforzar el vínculo, Nemer sugirió hablar de la forma más honesta posible, reales con el ejemplo y con lenguaje apropiado.

Es también importante recordar que el adulto tiene que atender sus propias emociones, enfatizó Pinto.

“Nosotros, los padres, les transmitimos a los niños nuestras emociones y si estamos con una determinada emoción, aunque no lo digamos, el niño lo siente y aprende”, dijo.

Para Ribero, es importante validar los sentimientos y emociones de los niños y de los adolescentes, pero también esto debe atenderse en lo que respecta a los progenitores. “Hay que tratar de cuidar la salud mental y física en la familia”, finalizó.