Entre los síntomas resalta el dolor musculoesquelético y la fatiga. Provoca un deterioro importante en la calidad de vida

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13 de mayo de 2021, 18:00 PM
13 de mayo de 2021, 18:00 PM

POR: LA VANGUARDIA THECONVERSATION


La fibromialgia y del síndrome de la fatiga crónica es un mal poco conocido en nuestro medio, pero es una patología que afecta a entre un 2% y un 7% de la población mundial, y uno de los rasgos más característicos es que afecta más a las mujeres que a los hombres.

La fibromialgia es una enfermedad que genera muchas dudas y controversias, tanto en su diagnóstico como en el tratamiento que se debe seguir.

En cuanto al síndrome de la fatiga crónica, se trata de una enfermedad que genera fatiga persistente y dificultades cognitivas sin una base aparente, pero que interfiere en la vida cotidiana de quien la padece.

La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza principalmente por producir dolor generalizado en los huesos y los músculos de todo el cuerpo, así como la sensación de cansancio persistente. Además, puede generar problemas de sueño, memoria y estado de ánimo.

“La fibromialgia ya no está tan oculta, pero es una enfermedad infradiagnosticada en algunas ocasiones, incluso hay médicos que afirman que no existe”, asegura la doctora Carmen Iglesias, médico de la Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria del distrito Bahía de Cádiz - La Janda y que, desde hace décadas colabora con asociaciones de fibromialgia.

Durante las últimas décadas se han desarrollado varios criterios de clasificación, diagnóstico y detección de la fibromialgia, pero todavía queda camino por recorrer.

La investigación más reciente sugiere que la base de los síntomas de la fibromialgia podría ser la fisiología alterada del sistema nervioso central. De hecho, el procesamiento anormal de las señales de dolor parece jugar un papel importante en la patogénesis de la fibromialgia.

Esta desregulación del sistema nociceptivo puede surgir de una combinación de interacciones entre el sistema nervioso autónomo, los neurotransmisores, las citoquinas y las hormonas, entre otros.

En ese sentido destaca el papel del cortisol, una hormona esteroidea esencial que se produce en la corteza suprarrenal dentro de la glándula suprarrenal. Los niveles de cortisol, tanto en sangre como en saliva, varían a lo largo del día.

Algunas investigaciones apuntan a que una concentración de cortisol más alta se asocia con una disminución en la intensidad del dolor. Y viceversa: a menor concentración de cortisol, más dolor.

Se han propuesto diferentes explicaciones para la baja reactividad del cortisol observada en pacientes con fibromialgia. Una de ellas sería la baja secreción de la hormona liberadora de corticotropina (CRH) por el hipotálamo y la atrofia secundaria de las glándulas suprarrenales debida a esta baja estimulación crónica, por los reducidos niveles de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH). Pero también podría deberse a una respuesta reducida de cortisol suprarrenal a la ACTH.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera una enfermedad desde 1992, ya que hasta entonces, se consideraba un trastorno psicológico de somatización. Es decir, una patología imaginaria que produce síntomas como el cansancio. Sin embargo, el Genomics Genetics International (GGI) llevó a cabo un estudio que determinó que esta enfermedad tiene origen neurológico. De hecho, es el resultado de desequilibrios neuroquímicos a nivel del sistema nervioso central.

A pesar de la incertidumbre, sí se sabe que se trata de una enfermedad crónica, no degenerativa, que a pesar de generar dolor generalizado, también provoca hipersensibilidad en diferentes áreas corporales y puntos predefinidos que concentran mayor malestar como podrían ser el cuello, la espalda, los hombros, la cadera, los brazos o bien las piernas.

Además, esta patología se caracteriza principalmente porque el dolor está generado por estímulos que habitualmente no son dolorosos.

Normalmente se trata de un proceso gradual que muestra, al principio, síntomas leves que después se van agudizando. También se han registrado algunos casos de personas que sufren fibromialgia a partir de un hecho desencadenante como puede ser un traumatismo, una intervención quirúrgica o estrés.

Hasta el momento no se ha conseguido identificar las causas exactas de la fibromialgia. Existen indicios que permiten esbozar un conjunto de puntos que podrían estar detrás de la aparición de esta enfermedad.

El factor genético es uno de los indicios que se estudian. Está comprobado que habitualmente la fibromialgia es hereditaria, lo que ha llevado a pensar que algunas mutaciones genéticas pueden tener protagonismo en la aparición de este trastorno.