Algunos pacientes abandonan el tratamiento por los medicamentos

23 de marzo de 2023, 12:31 PM
23 de marzo de 2023, 12:31 PM

En Santa Cruz existen solo 13 camas para atender a pacientes críticos de tuberculosis (TB), de acuerdo con Aspacont, descrita como entidad de pacientes y expacientes que luchan contra la tuberculosis. Nataly Quispe, una de las activistas de Santa Cruz, lamenta que esta situación ocurra en el departamento que tiene la mayor carga de pacientes en el país. Según un informe del Sedes de 2022, el 47% de pacientes TB del país se encuentra en el departamento cruceño, que en números bordean los 4.000.

Día Mundial 

Cada 24 marzo se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis, “para sensibilizar a la opinión pública sobre las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales y económicas de la TB, y para redoblar los esfuerzos para acabar con la epidemia mundial de TB”. Para 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eligió el lema: “¡Sí! ¡Podemos poner fin a la TB!”.

La OMS describe la tuberculosis como una de las enfermedades infecciosas más mortíferas del mundo. A diario, alrededor de 4.400 personas pierden la vida debido a la tuberculosis, señala este organismo, que también registra que en el mismo tiempo 30.000 personas enferman de TB. De acuerdo con la OMS, en la región de las Américas, cada día, cerca de 850 personas contraen tuberculosis.

En Bolivia

Organizaciones, como Aspacont, y plataformas, como el Observatorio Social de Tuberculosis Bolivia (Obstb-Bolivia), trabajan de manera voluntaria y sostenida para asegurarse que haya buena captación de nuevos pacientes y que aquellos que iniciaron su tratamiento continúen hasta finalizarlo.

Elky Cahuana, coordinadora del Obstb-Bolivia, explica que, un abandono del tratamiento puede tener consecuencias negativas, ya que no solo se alarga el tiempo -que usualmente es de seis meses-, sino que deben cambiarse los medicamentos por otros más fuertes, puesto que el paciente se hace resistente a los primeros.

Estas organizaciones y plataformas también buscan que existan condiciones óptimas para los pacientes de tuberculosis en el sistema de salud público. Otra de las labores importantes es el seguimiento que realizan en los hogares de los pacientes, de modo que otros familiares no resulten infectados, pero si así sucediera, que también puedan iniciar el tratamiento.

Silvestre Mamani, de Aspacont Bolivia, cuestiona que la situación en el país sea “pésima”. A su juicio, falta compromiso de los tres niveles de Estado para erradicar la tuberculosis en el país. Señala que a escala nacional existen aproximadamente 8.000 personas con TB. Según datos del Programa Nacional de Enfermedades Infectocontagiosas, en 2021 se reportaron 7.140 casos de tuberculosis nuevos y previamente tratados.

Al igual que Quispe, Mamani lamenta que el primer y el segundo nivel de salud no den los servicios que la población con tuberculosis necesita. No hay neumólogos ni sicólogos. Pero en el tercer nivel la realidad no es muy distinta. En el caso del hospital San Juan de Dios de Santa Cruz, que es de referencia para TB, había 28 camas para pacientes críticos; sin embargo, la capacidad fue reducida a 13.

Quispe cuenta que, dada la necesidad de espacio, muchos pacientes son dados de alta cuando mejoran, aunque no estén sanos del todo. Les indican que deben volver en dos semanas más, pero en la práctica eso no sucede, porque para ello es necesario sacar una ficha, ser atendidos en consulta externa, que les hagan nuevos análisis y otras acciones que demoran la atención.

Mamani indica que en 2022 su organización visitó seis de los nueve departamentos para supervisar las condiciones de los servicios del sistema de salud público. El resumen de su visita es que esas condiciones son precarias, si bien en cada departamento hay diferentes deficiencias se las puede agrupar en: falta de personal de salud, falta de infraestructura (laboratorios y espacios para que los pacientes sean atendidos) y falta de reactivos para las pruebas de detección, o escasez de medicamentos.

Mamani manifiesta que existe financiamiento internacional para trabajar en la erradicación de la tuberculosis y que sabe que este año aún no se ha firmado el convenio con el Estado Boliviano.

Aspacont, con recursos propios, consiguió entregar víveres a los pacientes de todo el país, una canasta familiar valorada en Bs 300 para que los pacientes se aseguren una buena alimentación. Mamani indica que lograron un acuerdo con las autoridades de Potosí, para que ellas puedan hacer una entrega cada tres meses -es decir dos veces mientras el paciente realiza el tratamiento- de esta canasta familiar. Espera que esto suceda en todo el país.

Enfermedad con cura


Cahuana cuenta que es una expaciente de TB. “Recibir la noticia es devastador”, confiesa. Pero también señala que el tratamiento dura seis meses y con disciplina y constancia puede completarse exitosamente. Narra que los primeros dos meses el tratamiento es intensivo con bastantes medicamentos, según el peso de cada paciente.

Explica que las mejoras se aprecian al cabo de ese tiempo y que esa suele ser una de las razones por las cuales muchos abandonan el tratamiento. Sienten que están mejor y creen que ya están curados, pero no es así, restan cuatro meses más. Si bien la sudoración nocturna, la tos y la pérdida de apetito desaparecen, el tratamiento está incompleto. Cahuana indica que quienes abandonan el tratamiento se hacen multidrogorresistentes y el proceso para sanar se alarga. Señala que otra de las razones por las que algunos abandonan es por problemas gástricos producidos por los medicamentos anti-TB.

Por otro lado, Cahuana indica que la toma de medicamentos es supervisada, por lo que el paciente debe acudir a un centro de salud para tomar su dosis diaria. Sin embargo, existen personas que no pueden hacerlo por trabajo, de manera que se usa la tecnología para asegurar la continuidad del tratamiento, por ejemplo, a través de una videollamada con el personal de salud.

Si bien las pastillas son gratuitas y el tratamiento está dentro del Seguro Universal de Salud (SUS), hay gastos que los pacientes terminan haciendo. Cahuana menciona que hay algunos medicamentos que son escasos en el seguro, que no se encuentran, como los protectores gástricos, y que también hay estudios que deben hacerse de manera independiente, por lo que, de todas maneras, existe erogación de recursos económicos.