Son una amenaza para la salud cardiovascular. En EEUU, la FDA ha prohibido su venta de estos productos hasta que presenten estudios científicos que demuestren su beneficio para la salud

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30 de junio de 2022, 8:31 AM
30 de junio de 2022, 8:31 AM

La Vanguardia

Los cigarrillos electrónicos están en el ojo del huracán. Al estudio reciente de la Universidad de California sobre 13.000 fumadores que concluye que no son eficaces para dejar de fumar al estilo tradicional, se añade un informe de la Federación Mundial de la Salud (WHF) que los considera una nueva amenaza para la salud cardiovascular.

La investigación de la WHF asegura que los consumidores de cigarrillos electrónicos tienen casi el doble de probabilidades de sufrir un infarto que los no fumadores. También subraya las evidencias de que el vapeo aumenta el ritmo cardiaco y la presión arterial y provoca latidos cardiacos irregulares, problemas vasculares y un posible incremento del riesgo de coágulos sanguíneos.

La Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) ha prohibido la venta en Estados Unidos de todos los cigarrillos electrónicos, o e-cigarettes, de la marca Juul Labs, la más vendida, con efecto inmediato, según un comunicado.

La FDA esgrime que la empresa, que disfrutó de un gran éxito de ventas en 2017 y 2018 de sus vapeadores en forma de memoria USB y recargas de nicotina con sabor (ocupando el 75% de cuota de mercado), no ha podido demostrar que la comercialización de sus productos sea “apropiada para la protección de la salud pública”, según el documento.

Tras esta decisión, “la empresa debe dejar de vender y distribuir” los productos para los que actualmente tiene autorización. Los que ya están en las tiendas “deben ser retirados” de la venta. La compañía, por el momento, no ha reaccionado a la decisión de la FDA.

Juul y otras marcas de cigarrillos electrónicos, incluidas Vuse y Blu, tenían que cumplir con la fecha límite de septiembre de 2020 para presentar informes a la FDA que mostraran que los productos proporcionaron un beneficio neto para la salud.

La FDA no considera que los productos de Juul presenten un “riesgo inmediato”, pero entiende que la empresa no ha proporcionado datos suficientes para poder evaluar “los posibles riesgos toxicológicos”.

La compañía ha sido acusada de haber desempeñado un papel importante en el aumento del vapeo entre los adolescentes con anuncios y operaciones de marketing dirigidas especialmente a estudiantes de secundaria.

Ante la presión de las autoridades, Juul Labs ya había suspendido las ventas de recargas de sabores, populares entre los jóvenes, en 2019 y se había comprometido a revisar su estrategia de marketing.

La tabacalera estadounidense Altria, propietaria de Philip Morris y poseedora del 35% de las acciones de Juul Labs, cayó más de un 9% ayer tras los primeros indicios sobre una decisión inminente de la FDA.

La compañía hizo una gran apuesta por Juul Labs en 2018 al invertir más de 12.000 millones de dólares en ella y valorándola en unos 38.000. Con esa operación, quiso diversificar su negocio, ya que las ventas de cigarrillos clásicos han ido disminuyendo desde hace años en Estados Unidos.

Sin embargo, a 31 de diciembre de 2021, y tras el progresivo deterioro de Juul provocado por los numerosos procesos judiciales que afronta por sus cigarrillos electrónicos, Altria valoraba su inversión en la compañía en 1.700 millones de dólares, lo que implicaba una reducción del 87% sobre el precio que pagó en 2018.

Para mantenerse en el mercado, las empresas deben demostrar que sus productos benefician a la salud pública. En la práctica, eso significa probar que los fumadores adultos que usan los productos probablemente dejen de fumar o reduzcan su hábito, y que es poco probable que los adolescentes se enganchen a ellos.

Juul ha reaccionado a la decisión de la FDA mostrando su disconformidad con la resolución de la agencia.

Aunque el cigarrillo electrónico pueda considerarse menos tóxico que el convencional, el hecho de que no requiera combustión no significa que no contenga sustancias potencialmente tóxicas.

La mayoría contienen nicotina, y muchos fumadores de estos dispositivos desarrollan dependencia a esta sustancia tóxica, que puede ser tan adictiva como la cocaína o la heroína y especialmente peligrosa en mujeres embarazadas, niños y adolescentes, indica la WHF.

A la luz de los resultados del informe Cigarrillos electrónicos: una nueva amenaza para la salud cardiovascular, la WHF reclama a los gobiernos una regulación más estricta y una mayor supervisión de las estrategias de marketing y ventas de estos dispositivos. Exige, en este sentido, un intento decidido de poner freno a esta nueva forma de consumo de tabaco, especialmente entre la población joven, puesto que se considera que los cigarrillos electrónicos son una puerta de entrada de los adolescentes al tabaquismo.