En Bolivia hay poca costumbre de realizar el análisis para prevenir el cáncer ocular en menores de edad

28 de abril de 2022, 17:09 PM
28 de abril de 2022, 17:09 PM

 





Si en las fotos con flash los ojos de los niños no se ven rojos, es buena idea acudir al pediatra y solicitarle la exploración del reflejo rojo.

Aunque no es muy común, existe la posibilidad, sobre todo en los menores de tres años, de que se trate de retinoblastoma, un cáncer ocular que se presenta con mayor frecuencia en niños pequeños.

Según el portal del Hospital St. Jude, este cáncer rara vez se desarrolla en niños mayores de cinco años; se forma en la retina del ojo, una capa delgada de tejido nervioso ubicada en la parte posterior del ojo.

Las células de la retina detectan luz y color, y el retinoblastoma puede afectar un ojo (unilateral, que es el tipo más común) o los dos (bilateral).

Causas

De acuerdo a los datos de St. Jude, en la mayoría de los casos el retinoblastoma se produce como consecuencia de un cambio (mutación) en un gen conocido como el gen del retinoblastoma (RB1). Cuando hay una mutación del gen RB1, las células crecen y se dividen de forma anormal.

Existen dos tipos de retinoblastoma, el no hereditario (o esporádico) y el hereditario.

La forma más común de retinoblastoma es esporádico o no hereditario. El retinoblastoma esporádico no se transmite en las familias. Hay un cambio en el gen RB1 de una sola célula en la retina de un ojo. Estas células se dividen y forman un tumor. La mayoría de los pacientes con un solo ojo afectado (unilateral) tienen retinoblastoma esporádico.

Entre el 25 y 30% de los niños con retinoblastoma tienen la forma hereditaria de la afección, según St. Jude. El retinoblastoma hereditario es el resultado de un cambio (mutación) en el gen RB1 en cada célula del cuerpo.

 Síntomas

Un médico puede descubrir el retinoblastoma durante un examen de rutina o un examen ocular. Sin embargo, muchas veces uno de los padres o un familiar se da cuenta primero que el ojo del niño se ve diferente de lo normal.

“Algunos de los síntomas del retinoblastoma también se presentan en otros problemas oculares, por lo que es importante consultar a un oftalmólogo pediátrico para realizar una evaluación”, recomiendan los expertos de St. Jude.

Algunas de las señales de retinoblastoma son: brillo blanco en la pupila, que puede ser más visible en una fotografía cuando se utiliza un flash. “En un niño con retinoblastoma, el flash de una cámara a veces causa un reflejo blanco de la pupila (ojo de gato), en lugar de un reflejo rojo (ojo rojo). Esto se conoce como leucocoria. Es el signo más común de retinoblastoma.

Otra posible señal de alarma es un ojo desalineado o “perezoso”. Un ojo puede apuntar hacia afuera o hacia adentro (estrabismo) cuando el niño mira hacia adelante. Este es el segundo signo más común de retinoblastoma.

Un tercer signo está en el iris (parte coloreada del ojo) que es de un color diferente (heterocromía).

Otros aspectos a tomar en cuenta son problemas de visión, ojos rojos o irritados y dolor por el aumento de la presión en el ojo a medida que el tumor crece. Esto también puede causar náuseas y vómitos.

 Riesgos

La mayoría de los niños con retinoblastoma se pueden curar, el 95%, siempre que se detecte a tiempo. El principal factor que influye en la supervivencia del paciente es si el tumor se ha diseminado o no fuera del ojo. Si está localizado en el ojo, el pronóstico es excelente. Si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo, la enfermedad se vuelve más difícil de tratar.

Los niños con retinoblastoma hereditario están en riesgo de desarrollar otros cánceres en el futuro. Puede que los niños con esta forma de retinoblastoma sean los primeros en sus familias que tengan esta mutación genética, y luego tienen un 50% de probabilidad de transmitir el gen a sus hijos.

 Diagnóstico

El pediatra Carlos Paz Román explica que, en el caso de Brasil, la Sociedad de Pediatría recomienda que el test del ojo sea realizado por los especialistas, pero reconoció que no es muy habitual porque el aparato para el diagnóstico cuesta caro.

“Se recomienda el examen ocular en el período neonatal y durante todas las visitas de supervisión de la salud”, sugirió.

Paz dijo que los lactantes o niños en quienes los padres u otros observadores describan unos antecedentes sospechosos de la presencia de leucocoria (reflejo pupilar blanco) en uno o ambos ojos, requieren un examen por parte de un oftalmólogo con experiencia en la exploración de pacientes pediátricos.