El auge del vapeo y sus consecuencias para la salud pulmonar, bajo la lupa de una experta en salud. Los promotores del vapeo dirigen la publicidad para captar jóvenes que prueban por primera vez los efectos de la nicotina.

31 de mayo de 2024, 8:28 AM
31 de mayo de 2024, 8:28 AM

El consumo de tabaco y vapeo sigue siendo un tema preocupante para la salud pública a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado datos alarmantes sobre los efectos nocivos de estas prácticas.

Recientemente, la OMS ha declarado que los cigarrillos electrónicos que contienen nicotina son perjudiciales para la salud y altamente adictivos. Aunque sus efectos a largo plazo aún no se comprenden completamente, se ha comprobado que emiten sustancias tóxicas que pueden causar cáncer o incrementar el riesgo de problemas cardíacos y pulmonares.

En Bolivia, según datos proporcionados por el Ministerio de Salud, el 21.9% de los hombres y alrededor del 9% de las mujeres consumen tabaco diariamente, y el 46.6% de los jóvenes están expuestos al humo de tabaco ajeno. Anualmente, más de 4.600 bolivianos mueren por enfermedades relacionadas con el tabaco, que es responsable del 30% de todos los cánceres y afecta gravemente a la salud respiratoria y cardiovascular.

El auge del vapeo

Se popularizaron en los primeros años del 2000. Los vapeadores o cigarrillos electrónicos se comercializaron como una alternativa para dejar de fumar. Sin embargo, Katherine Valdivia Tambo, médico internista y docente de Neumología en la carrera de Medicina de la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS), advierte sobre sus peligros.

“Funcionan por medio de una batería para calentar y vaporizar una solución líquida que se inhala y que puede ser muy dañina. Esta solución no es agua, sino una combinación de componentes químicos, como el propilenglicol, el etilenglicol y la glicerina. Estos dispositivos, al ser inhalados, pueden liberar sustancias tóxicas y cancerígenas, afectando no solo a los pulmones, sino también al corazón y al cerebro”, revela la investigación realizada por estudiantes de la UPDS.

El uso de cigarrillos electrónicos a menudo es referido como vapear (vaping, vaporear, vapeo) debido a que muchas personas consideran que éstos producen un vapor el cual es luego inhalado. Pero en verdad, lo que producen los cigarrillos electrónicos es un aerosol de diminutas partículas, muy distinto a lo que se entiende por vapor. Aunque el término «vapor» puede sonar inofensivo, el aerosol que sale de un cigarrillo electrónico no es vapor de agua y puede ser perjudicial.

La magnitud del riesgo asociado con el uso de vapeadores o productos de tabaco dependerá de diversos factores, como el tipo de producto, cómo se utiliza, quién lo usa y si se manipula después de la compra. No solo la toxicidad es relevante al evaluar el riesgo, sino también otros aspectos como el potencial de abuso, el uso simultáneo con otros productos de tabaco y la posibilidad de que los jóvenes continúen fumando después de experimentar con este tipo de cigarrillos.

Regulación de la venta y publicidad de los cigarrillos electrónicos

La OMS ha instado a implementar acciones para evitar el consumo de productos de tabaco y combatir la dependencia a la nicotina. Anima a implementar un enfoque integral en el control del tabaco que incluya la regulación de la venta y publicidad de estos productos de acuerdo con las normas establecidas en cada país. Asimismo, destacó que, según las pruebas actuales, no se debe permitir la venta de cigarrillos electrónicos como una opción para dejar de fumar y desaconsejó el uso de estos dispositivos en programas de abandono del tabaco, incluso bajo supervisión controlada.

En Bolivia, el negocio de los cigarrillos electrónicos crece sin marcos regulatorios y al alcance de menores de edad. También advierte que los promotores del vapeo utilizan desinformación sobre sus efectos en la salud y dirigen la publicidad para captar jóvenes que prueban por primera vez los efectos de la nicotina.

En Bolivia no existen estudios clínicos o médicos sobre los efectos del vapeo. La única investigación relacionada con el tema fue realizada por la Fundación Interamericana del Corazón (FIC Bolivia) y se centró en estrategias de promoción.

Valdivia pide a las autoridades medidas estrictas para reducir el consumo del tabaco y proteger a las futuras generaciones de sus efectos nocivos. También destacó la necesidad de hacer cumplir las leyes existentes, como la Ley N° 1280 de “Prevención y Control al Consumo de los Productos de Tabaco” en Bolivia, para controlar el consumo de tabaco y vapeo, ya que ambos representan graves riesgos para la salud pública.