Un interesante hallazgo abre la posibilidad de desarrollar recomendaciones específicas, como patrones y horarios de actividad física, para ayudar a reducir el riesgo de padecer cáncer colorrectal.

7 de noviembre de 2024, 17:40 PM
7 de noviembre de 2024, 17:40 PM

El momento óptimo para practicar actividad deportiva podría ser más crucial de lo que se creía hasta hace poco.

¿Ejercicio matutino o vespertino?

Un equipo de investigadores de la Universidad de Ratisbona, en el sureste de Alemania, ha llegado a la conclusión que practicar actividad física por la mañana o por la noche reduce el riesgo de padecer cáncer de intenstino hasta en un 11 por ciento.

El estudio, publicado recientemente en la revista BMC Medicine, solo indica la relación entre el riesgo de sufrir cáncer con un patrón de actividad diaria, y señala que son necesarias más investigaciones para corroborar el papel de cada horario de actividad física en la prevención de este tipo de enfermedad.

La investigación, en cualquier caso, hace hincapié en que destacar los momentos específicos en los que la actividad física es "más beneficiosa” podría allanar el camino para estrategias específicas de prevención de este tipo de cáncer de intenstino o colorrectal.

Un horario adecuado para hacer ejercicio

El estudio empleó datos del Biobanco del Reino Unido para evaluar un total de 86.252 personas de entre 42 y 79 años. Todas estas personas portaron un acelerómetro en la muñeca que medía su actividad física. Con todo, se detectaron unos 529 casos de cáncer de intestino durante un período de seguimiento de más de cinco años.

Los investigadores, encabezados por el profesor Dr. Michael Leitzmann, jefe del departamento de epidemiología y medicina preventiva de Ratisbona, destacaron cuatro patrones de actividad: el primero, la actividad continua durante todo el día; el segundo, la actividad a última hora del día; el tercero, la actividad por la mañana y por la tarde, y el cuarto patrón, la actividad al mediodía y por la noche.

Mediante esta división por patrones, los expertos encontraron que dos picos diarios de actividad, alrededor de las 8 de la mañana y las 6 de la tarde, "estaban asociados con un riesgo reducido de cáncer colorrectal, más allá de los beneficios de la actividad física en general”.

Así, las personas activas tanto a primera como a última hora del día mostraron un riesgo un 11 por ciento menor de cáncer colorrectal, en comparación con el 6 por ciento de quienes realizaban actividad durante todo el día. 

Mientras, no hubo ningún cambio para quien practicaba deporte en las horas centrales del día y la noche. Los datos de quienes realizaban actividad solo a última hora del día no fueron concluyentes.

"Nuestro estudio destaca que no solo la actividad física es importante para reducir el riesgo de cáncer colorrectal, sino que el momento de máxima actividad a lo largo del día podría desempeñar un papel crucial", señala el Dr. Leitzmann en declaraciones recogidas por el medio británico The Guardian.

"Si se confirma en futuras investigaciones, esto podría proporcionar una forma sencilla pero eficaz para que las personas reduzcan aún más el riesgo de contraer cáncer a través del momento adecuado para hacer ejercicio”, añade.

¿Por qué es importante prevenir el cáncer colorrectal?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que "el cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer más frecuente en el mundo", representando aproximadamente el 10 por ciento de todos los casos de cáncer, siendo así la segunda causa de muertes relacionadas con esta enfermedad en el mundo.

Su afectación se localiza en el colon (intestino grueso) o en el recto y lo padecen, predominantemente, las personas mayores, de 50 años o más. Son varios los factores que contribuyen a su aparición, como una alta ingesta de carnes procesadas, un bajo consumo de frutas y verduras, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, indica la OMS.

"El cáncer colorrectal suele diagnosticarse en una etapa avanzada de la enfermedad, cuando las opciones de tratamiento son limitadas", precisa este organismo, por lo que recalca las vías antes mencionadas por las que puede reducirse su incidencia.

Editado por Andrea Ariet con información de The Guardian, Organización Mundial de la Salud, BMC Medicine.