Nancy Andia fue seleccionada para recibir el páncreas y el riñón que necesita para vivir. Equipos médicos se están uniendo para llevar a cabo la hazaña. Falta dinero para los gastos

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8 de abril de 2018, 4:00 AM
8 de abril de 2018, 4:00 AM

A Nancy Andia Juaniquina (36) le diagnosticaron diabetes tipo 1 a sus 17 años. Desde esa época viene batallando con escasos recursos económicos contra la implacable enfermedad, que por momentos parece estar ganándole la partida, pues desde hace casi dos años se ve obligada a someterse a tres diálisis por semana para eliminar artificialmente las sustancias tóxicas que entran a la sangre, tiene insuficiencia renal.

No es el único problema de Nancy (ya le extirparon los riñones), sino que no le funciona el páncreas, glándula que dejó de producir insulina, lo cual eleva peligrosamente sus niveles de azúcar y puede ocasionarle la muerte. Lo más recomendable para alargar su vida es un trasplante simultáneo de páncreas y de riñón, procedimiento quirúrgico imposible de pagar por su estrechez económica. Sin embargo, dos equipos médicos de prestigio en nuestro medio están uniendo esfuerzos para financiar y realizar el doble trasplante.

La loable iniciativa de ayudar a Andia parte del médico endocrinólogo y promotor del primer trasplante de hígado en el país, Douglas Villarroel, a la cual se ha sumado el no menos meritorio nefrólogo Herland Vaca Díez, experto en trasplante de riñón. 

Ambos profesionales dirigen sus respectivos equipos y alistan lo que será el primer trasplante de páncreas en Bolivia, cirugía que piensan practicar,  aún sin fecha, con la colaboración de médicos del Hospital Italiano de Argentina.

Capacidad garantizada

Villarroel manifestó que el procedimiento quirúrgico que está siendo programado para Nancy Andia es un acto solidario en favor de una mujer cuyas posibilidades de vivir sin un trasplante son bajas. También suma su fortaleza mental, sus ganas de vivir y su interés en ayudar a personas que padecen de este mal.
El endocrinólogo explicó que para la operación se requiere el concurso de varios equipos médicos: el suyo; el de trasplante de riñón, liderado por Herland Vaca Díez; y el de coordinación de órganos y tejidos del Servicio Departamental de Salud (Sedes), pero además se tendrá la asistencia de médicos especialistas argentinos, entre ellos Sung Ho Hyon, miembro de un equipo de investigación del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Villarroel explicó que los principales beneficios del trasplante combinado de riñón y páncreas son la disminución de la mortalidad y la mejora de la calidad de vida, pues se reduce el monitoreo frecuente de azúcar en la sangre, tratamiento con insulina, hipoglucemia y diálisis.

Las complicaciones para los pacientes que se someten a este tipo de trasplantes generalmente son más severas durante el primer año después de la operación y se relacionan con la cirugía o con la inmunosupresión que se requiere. Empero, la sobrevida a un año es del 94% y a cinco años es del 87%. Estos porcentajes son mayores a la sobrevida menor al 50% en las personas con diabetes que se realizan diálisis después de cinco años.

Herland Vaca Díez dijo que Santa Cruz cuenta con equipos de endocrinólogos y nefrólogos técnicamente capacitados para llevar adelante el doble trasplante a Nancy. “Existen profesionales buenos, pero igual lo haremos con un equipo médico de Argentina; ya nos han mandado los protocolos del hospital Italiano por medio de Douglas. El trasplante de páncreas y de riñón es más restringido porque la indicación es muy exclusiva para la diabetes tipo 1, pero tiene el gran beneficio de que cuando todo va bien, el paciente se cura de dos insuficiencias orgánicas importantísimas, se cura de la diabetes y de la insuficiencia renal”, dijo Vaca Díez.

Donación cadavérica

El nefrólogo, cuyo equipo ha realizado más de 500 trasplantes de riñón, indicó que se requerirá de una donación cadavérica para obtener -sobre todo- el páncreas, por lo que será importante el concurso del Sedes.
Villarroel y Vaca Díez no pusieron fechas aún para el trasplante porque se trata de un procedimiento complejo que requiere de estudios, del ajuste de los equipos de trabajo, de charlas previas, de una campaña mediática para financiar el programa y de conseguir el donante idóneo. 

“Vamos a tomar contacto con los médicos, vamos a reunir al equipo quirúrgico y lo tendremos listo para cuando toque trasplantar. Dios quiera que sea este año, cuanto antes, mejor, pero fijar plazos es difícil porque la donación cadavérica cuesta”, indicó Vaca Díez.

Patricia Dávalos, coordinadora del equipo de órganos y tejidos del Sedes, señaló que están al tanto del proyecto y se encargan de visitar hospitales para buscar el donante cadavérico candidato para la extracción de los órganos. “Se requiere que el donante tenga muerte encefálica o cerebral irreversible. Empero, no es fácil conseguir el permiso porque la mayoría de los familiares no está preparado para donar los órganos de sus seres queridos”, expresó Dávalos.

No tiene temor a la cirugía

Nancy, domiciliada entre las calles 5 y 6 de la avenida 16 de Julio (Villa Primero de Mayo), no oculta su felicidad por la solidaridad de los médicos que la eligieron para el trasplante simultáneo, es una luz de esperanza para ella. “No podía creer lo que me estaba diciendo (lo del trasplante). Había escuchado de esos trasplantes, pero que llegue a mí, que me den esa oportunidad para seguir viviendo, es algo hermoso, un cambio total, hasta en mi rostro. Las semanas se han vuelto horas para mí. Mi situación es sacrificada. El martes me puse mal, no sentía las piernas, mi cabeza me dolía; en ese momento (llora) pensé que me iba a morir, pero no. Cuando llega esa crisis, salgo y digo que  la vida continúa. Dios sabe por qué me están pasando estas cosas y ahora, al saber que hay esta esperanza, estoy muy feliz”, manifestó la mujer, que a los 15 años llegó de la mina Colquiri (departamento de La Paz).

“Mis amigos, mi familia y yo estamos orando, estamos dejando todo a la voluntad del Señor, sé que ellos también me van a ayudar, pero todo va a salir bien. No me da miedo la operación porque ya me han sacado mis dos riñones y después de que me abrieron el pecho, al día siguiente quería levantarme de la cama y caminar, pero me di cuenta de que estaba toda con grapas; así de fuerte me siento. No tengo miedo, ya he pasado por seis operaciones y mi cuerpo ha reaccionado bien”, aseguró Nancy, que tuvo la fortaleza de quedar embarazada dos veces con el sueño de tener hijos, pero en ambas fracasó, pero confía en que su trasplante es la promesa de días mejores y el premio a su persistencia.