En Bolivia se realiza una campaña para recaudar fondos para la compra de insumos médicos, como torniquetes tácticos, vendajes israelíes y parches de pecho

10 de marzo de 2022, 11:37 AM
10 de marzo de 2022, 11:37 AM

Jaime (nombre ficticio, por razones de seguridad) es un joven de padres bolivianos, que lidera un grupo de cuatro personas voluntarias -de distintas nacionalidades-, que viajarán a Ucrania a prestar asistencia paramédica.

“Yo sé que puedo ayudar… aunque pueda ayudar a dos o tres personas, lo haré; tal vez no sea un gran impacto, pero puedo caminar, puedo correr, puedo llevar cosas”, dice, con vocación de servicio. Jaime, al igual que sus compañeros tienen entrenamiento como paramédicos en combate. De hecho, algunos de ellos son exmilitares. 

Jaime estuvo un año en zona de guerra, hace algún tiempo; quizás por eso cuenta que no tiene miedo a la muerte. Su miedo es distinto, es saber que pudo ayudar y no lo hizo. “Si tenemos las habilidades para ayudar, podemos hacer algún cambio”, afirma.

Los paramédicos de combate están enfocados en salvar vidas; no disponen de mucho tiempo para actuar. Jaime explica que su intervención puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Sabe que se encontrarán con heridas de balas y con miembros cercenados, lo que implica hemorragias. Y por eso llevarán insumos médicos que, aunque básicos, son muy útiles: torniquetes tácticos, sellos de pecho y gasas o vendajes israelíes.

Para comprar esos insumos se está realizando una campaña de recaudación de fondos, a través de Medfund, que es un programa de asistencia médica que funciona con las donaciones de terceros. El responsable de la campaña es Joseph Andrew Kittelson, a cuya cuenta bancaria en el BNB número 1520492778, pueden hacerse las donaciones.

Jaime explica que el dinero recaudado será usado exclusivamente para la compra de insumos médicos, puesto que los pasajes, el transporte y alimentación de los voluntarios corre por su cuenta. “Viajamos con nuestros propios fondos”, remarca.

Los grupos de voluntarios deben ser pequeños, según explica, porque así el transporte se hace más sencillo. Ya han tenido contacto con la embajada de Ucrania. Una vez en ese país, que ha sido invadido por Rusia, Jaime y su equipo deberán arreglárselas para llegar al lugar del conflicto bélico, donde sean más útiles.

Además de brindar el apoyo médico, los voluntarios entrenarán a otras personas locales en el uso de estos insumos.  Por otro lado, Jaime comenta que también ha sido contactado por gente que pide que lleve cosas a sus familiares en Ucrania, cometido que piensa cumplir.

El equipo estará, inicialmente, dos semanas, pero están abiertos a quedarse más tiempo, en el que puedan servir y ayudar a cuantos más puedan.