El entierro del muñeco que simboliza la agonía del Carnaval fue motivo de más mojazón y fiesta en los barrios cruceños. El Carnavalito se vivió más intensamente fuera del cuarto anillo

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6 de marzo de 2017, 5:00 AM
6 de marzo de 2017, 5:00 AM

L a festividad de Carnavalito, que se celebra el siguiente domingo después de Carnaval, permite dar el último adiós a la fiesta del dios Momo. Esto se vivió ayer.


En los barrios alejados y en las provincias aún se  vive el Carnaval de antaño, donde la tradición indica que se debe hacer un muñeco de trapo que simbolice al Carnaval que agoniza y se debe bailar por última vez emulando la fiesta grande, y la alegría esta vez terminará con el entierro del falso difunto.


Eso es lo que reviven, año a año, los vecinos del barrio Ambrosio Villarroel (zona aledaña a las Cabañas del río Piraí) desde hace tres décadas. Otros que viven esa misma algarabía son los integrantes de las comparsas de las ciudadelas Andrés Ibáñez, Villa Primero de Mayo y Pampa de la Isla y en Porongo