Con el niño que está en terapia intensiva, serían cuatro los menores abusados por los mismos sujetos. Solo en dos de los casos se sentó denuncia, pero apenas una persona fue enviada a Palmasola; murió el año pasado por VIH/Sida

9 de junio de 2022, 8:30 AM
9 de junio de 2022, 8:30 AM

“Estoy segura de que hay más víctimas, lo declaré a los medios de comunicación hace dos años, cuando sucedió todo lo de mi hermano, y también lo dije a las autoridades en las audiencias, pero no hicieron caso, tal vez pudo salvarse el niño que hoy está en terapia intensiva”, dijo Vilma, hermana del primer menor de edad por quien quedó sentada una denuncia de violación grupal, que derivó en la detención de una persona en Palmasola, en 2020.

Vilma tuvo que irse de Yapacaní y del país con toda su familia, dice que debido a las amenazas, ya que los otros agresores de su hermanito de 11 años, que vivían en un barrio cercano, aparecían rondando su calle, e incluso intentaron lastimar a su madre.

Según informes preliminares de la Defensoría del Pueblo, que abrió una investigación de oficio, en las últimas horas han conocido que hay otras tres posibles víctimas identificadas, además del menor que actualmente lucha por su vida en la terapia intensiva del Hospital de Niños.

Nadia Cruz, directora a.i. de la Defensoría, hizo una cronología de las fechas en que se supo de este segundo caso.

Según ella, el primer conocimiento desde la institucionalidad estatal sobre la situación de deterioro de la salud del menor data de junio de 2021, y en octubre de 2021 se oficializó la denuncia por violación y contagio de VIH.

“Tenemos información de que aparentemente en abril de la presente gestión, es decir cinco meses después de la denuncia penal, se habría intentado cerrar el caso porque no logró identificarse a los agresores”, dijo.

Para la Defensoría del Pueblo, esto desvela que la Defensoría de la Niñez de Yapacaní, la Fiscalía, el Instituto de Investigación Forense (IDIF), el Órgano Judicial, es decir, todo el sistema de justicia, “cuando un niño está yendo a denunciar que ha sido vejado, y que además hay un contagio de VIH, esperan que un menor sea la principal fuente de información”, apuntó.

La defensora enfatizó que lo de Yapacaní no puede repetirse, y que es el segundo caso en el que se observa una grave irresponsabilidad por las instancias de protección de la niñez.

“No pueden seguir al mando de instituciones donde deben proteger a la niñez. Es inconcebible que se cierren casos contra Niños Niñas y Adolescentes (NNA’s) porque las víctimas, que son menores, totalmente vulnerables, no identifican a sus agresores. Eso está demostrando una debilidad en nuestro sistema de protección”, aseveró, a tiempo de advertir que se continuará con la identificación de los servidores públicos responsables.

Familias destrozadas

“Qué les hizo mi hermanito, es quien está pagando ahora. Es mucha la impotencia que siento”, dijo F. P, hermano del pequeño que se encuentra en cuidados intensivos en el Hospital de Niños, y que cumplió sus 11 añitos en medio de la tristeza de los suyos.

El anuncio del director del Hospital de Niños, Freddy Rojas, de que el menor se encuentra en la fase terminal del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida), fue devastador.

Antes de este trance, F.P, recuerda a su hermanito como un niño alegre, que gozaba de muy buena salud, “hasta que esos malditos le arrebataron la sonrisa”.

Contó que cuando el pequeño tenía ocho años, empezó a presentar diarrea, pérdida de apetito, dolor de cabeza y ampollas en todo el cuerpo, y que lo primero que se les vino a la mente es que se trataba de anemia o, en el peor de los casos, de leucemia.

A pesar de que el cuerpo del menor pedía auxilio, la familia jamás pensó que se tratara de una violación con transmisión de una enfermedad por contacto sexual.

“Cómo íbamos a imaginar semejante cosa. Después nos enteramos de que ellos son lo peor, son unos enfermos desde chicos”, aludió a los agresores.

Para F.P., antes de esta experiencia todo era felicidad, y ahora siente un profundo dolor al pensar que podría perder al pequeño de la casa.

“Mi hermanito es lo mejor que tengo. No sé qué hacer sin él, lo quiero mucho y me parte el corazón verlo en ese estado. Por qué tiene que existir gente tan cruel y enferma”, dijo sobre sus vecinos.

Su hermanito iba a esa casa a jugar con la hermana menor de los agresores. Pero de acuerdo a la versión de Vilma, captaban a niños en las canchas de fútbol y de futsal de su barrio en Yapacaní.

DATOS
CASI CINCO MESES | El menor que actualmente lucha por su vida en la UTI del Hospital de Niños, antes de esto ocupó una cama de hospital por cuatro meses.

CON ANTECEDENTES | La hermana del primer menor por el que se sentó denuncia dijo que entre los agresores hay antecedentes por narcotráfico y robo agravado, y que incluso uno de ellos estuvo en la cárcel, pero por razones distintas a la del abuso sexual. También lamentó que cuando pidió protección, la Fiscalía la invitó a conciliar.