La población recurre a la quema de hueveras y de estiércol de animales, además de insecticidas y de trampas ‘atrapamosquitos’ para ahuyentar al vector, que prolifera con las lluvias. Las autoridades dicen que más efectivo es eliminar los criaderos

6 de febrero de 2023, 7:24 AM
6 de febrero de 2023, 7:24 AM


No es tarea fácil hacer frente a los mosquitos que se han proliferado con las lluvias, pero hay maneras caseras de sacarlo del hogar y la gente se da modos para combatirlo. Cecilia Espíndola (54) vive con sus dos hijos por el Palmar Viruez y ella no tiene recursos para un mosquitero ni para estar comprando a cada rato espiral ni insecticida, por lo que aplica algunas prácticas que hacen en su natal Villamontes. 

Al lado de su casa hay un terreno donde tienen algunos caballos, por lo que ella también aprovecha la bosta para espantar a los mosquitos. “Hago secar bien y la quemo para hacer humo. Los mosquitos se van”, dijo.

Ella también tiene una botella en su cuarto donde coloca el espiral, que es otra manera de conciliar el sueño sin tener que escuchar el zumbido del mosquito.

La proliferación del Aedes aegypti y la emergencia sanitaria por el dengue han dado lugar a que la población cruceña recurra al humo, a los espirales, mosquiteros, repelentes e insecticidas para evitar ser picados por el vector que transmite la enfermedad. 


           Foto: Jorge Ibáñez

Celia Roca Mamani vive en el barrio California, ubicado en el octavo anillo y avenida Arroyito. Asegura que combaten de diferentes maneras al vector, porque dos de sus hijos enfermaron de dengue y estuvieron una semana en cama con vómitos, mareos, malestar general y sin ganas de comer. “Enfermaron de dengue, por eso hacemos lo que podemos para combatir a los mosquitos, porque hay hartísimo por mi barrio”, señala.

Ella tiene una catrera y tres camas, por lo que tiene cinco mosquiteros, pero dos ya estaban con muchos remiendos, por lo que tuvo que juntar para reponer dos. Pagó Bs 100 por cada uno y asegura que es un presupuesto aparte tener cada día Bs 3 para comprar dos espirales. Además, dos veces a la semana hace el esfuerzo por comprar un insecticida de mejor calidad que combata al mosquito, porque hay otros más económicos, pero asegura que no tienen el mismo efecto.

“Ojalá las autoridades puedan mantener limpias las áreas verdes, porque eso también nos llena de mosquitos. Nosotros nos damos modos para espantarlos de la casa, porque ya no queremos enfermar de dengue”, señala.
Los mosquitos penetran todas las zonas y los ambientes de las casas. María llegó desde Cotoca para hacer compras en el mercado Los Pocitos del Plan Tres Mil. Asegura que siempre contempla entre sus gastos Bs 5 para comprar una cajita de espirales que no le dura ni dos noches, porque coloca por lo menos dos cada día en diferentes ambientes. “La gente también hace humo para espantar a los mosquitos”, dice.


            Foto: Jorge Ibáñez



Hilda Gonzáles (55) señala que la lucha contra el mosquito es de todos los días. Ella es casera en la zona de Palmar Viruez y casi a diario se dedica a rozar la hierba que crece en los alrededores de la casa. Vive con sus nietos, de 11 y 13 años, y le preocupa que ellos enfermen de dengue, por eso hace lo que puede para ahuyentar al mosquito y protegerlos de las picaduras. 

Usan mosquitero para dormir y tratan que el espiral no falte para encenderlo especialmente al atardecer, que es cuando el insecto acecha más. Cuando no hay este producto recurren a la quema de hueveras (cartones para empaquetar huevos), de enredaderas y de motacú. 

Susana Pelachai (40), casada y con cinco hijos, vive en la zona de El Bateón. Ella, al igual que todos sus vecinos, ya no soporta a los mosquitos que proliferan en la zona y no los dejan ni dormir.

Los combate mediante el uso de espirales y la quema de hueveras. “Me han dicho que el humo es dañino para la salud, más aún porque soy enferma de los pulmones, pero lo hago por necesidad”, comentó la mujer.

Daniela Durán critica la falta de conciencia de los vecinos que acumulan en sus patios tachos, botellas, llantas y otros recipientes que acumulan agua. Además, pide a los recicladores que almacenen su material bajo o techo o que fumiguen de forma periódica para que las viviendas no se conviertan en un foco de infección del mosquito. “Hay vecinos que no tienen ese cuidado y por más que uno limpie, el mosquito se sigue proliferando”, señala. 


          Foto: Jorge Ibáñez


Jesusa, que vive en el barrio Pitón del Plan Tres Mil, señala que en su zona abundan los mosquitos y asegura que hasta ahora las autoridades no han llegado con campañas de fumigación. En su casa han colocado mallas milimétricas en las ventanas y no duermen sin mosquiteros. Los espirales son sus aliados contra el insecto, aunque también demandan un gasto para las familias, ya que deben comprarlos a diario y cada vez están más caros. 

Otra medida a la recurre la gente es la botella ‘atrapamosquitos’. Elvira comenta que hasta adaptó una receta para atraer a los insectos y evitar el uso de insecticidas. Mezcla azúcar con agua y la hace calentar y luego la coloca en una botella de plástico partida por la mitad, a la que añade levadura. Por último, introduce en el recipiente el cuello de la botella y la fermentación atrae a los mosquitos que quedan atrapados. 

Medidas
Las autoridades recomiendan tomar cuidados para evitar intoxicaciones por el uso de insecticidas y por el humo. Aconsejan que luego de fumigar, se deje ventilar los ambientes cerrados para no sufrir efectos nocivos en la salud. Señalan que se puede usar repelente porque ayuda a proteger de las picaduras de mosquitos entre una y cinco horas. Además, se puede de colocar mallas milimétricas en las puertas y ventanas para evitar el ingreso de los insectos en el hogar, pero principalmente llaman a cooperar con la destrucción de los criaderos de mosquitos. 

Insisten en que hay que deshacerse de las llantas, envases plásticos, botellas y otros recipientes que se pueden eliminar, pero que son los criaderos comunes en las viviendas. Así lo refleja la última encuesta entomológica realizada en la capital cruceña antes de la temporada de lluvias, que muestra que estos son algunos de los principales criaderos, ya que se encontraron larvas de Aedes aegypti en el 20% de ellos.
Pero también están los recipientes que la gente ocupa para trasladar o almacenar agua, como baldes, jarros, vasos, galones, bañadores, bebederos de animales, canaletas, sumideros, piscinas y otros, que también son potenciales criaderos porque, según este estudio, en el 52% de estos se desarrolla el mosquito. 

Las autoridades también recomiendan revisar los sifones, los recipientes donde se colocan los cepillos de dientes, los escurrideros de los acondicionadores de aire, de lavamanos y lavaplatos porque se han encontrado larvas en estos lugares, que no son considerados recipientes comunes. 

La secretaria municipal de Salud, Andrea Amelunge, señala que la limpieza del hogar debe hacerse por lo menos cada semana para cortar el ciclo de reproducción del mosquito, ya que el vector precisa solo siete días, desde que los huevos eclosionan, para
desarrollarse y estar volando.
Señala que solo la hembra transmite el virus porque es hematófaga, es decir, se nutre de sangre. En cambio, el macho se alimenta generalmente de plantas.
El gerente de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Carlos Hurtado, recuerda que esta es una enfermedad comunitaria, por lo que pide a la población que ayude en la limpieza de su canchón y a los dirigentes a organizar mingas distritales y vecinales para que se pueda controlar la enfermedad. 

Las autoridades recuerdan que el mosquito hembra busca recipientes de paredes ásperas, que contengan agua clara y limpia, ubicados en zonas frescas y sombreadas para depositar sus huevos. 

Puede llegar a colocar entre 1.000 y 1.500 huevos en todo su ciclo de vida, que dura aproximadamente de 30 a 45 días; sin embargo, últimos estudios han demostrado que puede poner hasta 600 huevos por vez. Por eso, la recomendación de limpiar semanalmente los criaderos. 

Los huevos pueden sobrevivir un año adheridos a recipientes sin agua, gracias a una película protectora que los envuelve. Durante este periodo se mantienen fértiles y, que al entrar en contacto nuevamente con el agua, dan origen a las larvas en pocos minutos o algunas horas.