Unas 20 familias de la calle Celedonio Figueroa llenan de luces y colores sus fachadas para alegrar a cientos de niños que se darán cita. Se preparan para el rezo de la novena al Niño Jesús. En los hogares se impone el color de la Navidad

14 de diciembre de 2022, 7:25 AM
14 de diciembre de 2022, 7:25 AM


La celebración navideña se contagia en la calle Celedonio Figueroa, por la zona de la Estación Argentina, donde una veintena de familias apresuran los arreglos para tener todo listo en dos días, dado que el viernes empieza el rezo de la novena al Niño Jesús y eso es toda una tradición cargada de fe para los que viven en este sector de la capital cruceña.

No hay ninguna exigencia para los arreglos, por lo que cada uno se esmera en colocar lo que pueda y lo que desea, pero todos están movidos por alegrar a cientos de familias y niños que llegan hasta esta calle para inmortalizar la Navidad en una fotografía llena de color, brillo y luces.

Osvaldo Zurita es el impulsor de esta iniciativa y no es casual que tenga esa inquietud, pues él también participó de dramatizaciones durante más de 20 años en La Mansión, donde representaron nacimientos y viacrucis. Es de familia muy apegada a las actividades religiosas y celebra que sus hijos y nietos ahora también sigan sus huellas.

Este es el quinto año que esta calle se convierte en un paseo navideño, por lo que los vecinos también se preparan a vivir la fiesta de forma diferente. Están organizados de tal forma que este viernes ya saben que convertirán esta vía en peatonal, puesto que el rezo de la novena la hacen en la calle y los niños acompañan de cerca todo eso y en la Nochebuena comparten algún refrigerio, después de la última noche de novena. Este año, por la situación económica que viven muchas familias y porque los preparativos comenzaron un poco tarde debido a los conflictos, no tienen previsto hacer algo grande, es decir, que no han contemplado regalos, pero sí una piñata.

Cada uno de los hogares se acomoda para iluminar lo que más pueda, pero esta vez han tenido que aumentar algo de su presupuesto, porque aseguran que el año pasado fue muy lluvioso y los foquitos navideños se quemaron, por lo que compraron nuevamente.
Osvaldo cuenta que el arreglo de la calle empezó sumando a una vecina. “El primer año empezamos, pero luego nos paró un poquito la pandemia, porque la idea era poner arcos y sumar a otras calles, pero somos como 20 familias que estamos bien comprometidas”, señala.
Uno de sus desafíos que aún le queda para los próximos años es consolidar un nacimiento dramatizado. 

El espíritu navideño también invade los hogares, con las luces que iluminan los ambientes, junto el pesebre y arbolito de Navidad. En la casa de Geovana Hurtado Villarroel los arreglos llegan hasta la vereda, con luces y bastones que cuelgan en el portón de ingreso y un llamativo árbol de pared. Usaron los adornos que han acumulado de otros años, pero esperan comprar más luces para agregar algunos detalles. 

En el interior de la casa, el arbolito con sus bolitas de colores, la estrella y el pesebre, luce en el patio principal, y es la atracción para los niños, que aguardan el momento en que se coloquen los regalos.
Esperan que el nacimiento del niño Dios traiga esperanza y unión a las familias bolivianas. Entre los preparativos, también están pensando en la cena navideña y, aunque por ahora no han decidido qué plato se servirán, acostumbran a preparar chancho al horno o picana.

La alegría de los niños también contagia a muchas familias, incluso a aquellas que han perdido a un ser querido, pero se reponen para no apagar la sonrisa de los más pequeños. La familia de Maribel vive el luto por la muerte de su padre hace tres meses, por lo que este año no tenían previsto colocar ni un solo brillante en el hogar, pero el nieto más pequeño, de tan solo tres años, les hizo cambiar de parecer. 




Foto: Jorge Gutiérrez

“Sus ojos brillaban de alegría y gritaba Navidad al ver luces en otros hogares y no era justo privarlo de todo eso en su propia casa. No queda más que armar el arbolito y el pesebre para no robarle la alegría de vivir el nacimiento del Niño Jesús, el amor y el dolor de la pérdida de un ser querido se lleva en el corazón y hay que aprender a vivir con eso, entonces dejaremos que el Niño Dios sane nuestras heridas y fortalezca siempre la unión familiar”, dijo mientras observaba el árbol colorido que armó en su sala.

Mensaje
En su mensaje del domingo, monseñor René Leigue, arzobispo de Santa Cruz, invitó a que en medio de esta alegría y del ambiente festivo que estamos viviendo previo a la Navidad, más que prepararnos con las cosas materiales lo hagamos interiormente. 

“Algunos tal vez están preparándose con los fuegos artificiales, con todos los adornos de la casa, y está bien, pero no nos quedemos solamente con eso, sino más bien preparémonos para ese encuentro con el Señor, abramos nuestro corazón, sepamos de que él viene a nosotros, él quiere estar en nuestra vida, no nos quedemos solamente con esta parte de los adornos, sino vivamos interiormente y nos preparemos de esa manera, porque eso es lo que quiere Jesús”, manifestó Leigue.

Foto: Jorge Gutiérrez

Abogó para que baje la tensión que se está viviendo en la región por los conflictos para que lleguemos a la Navidad en un clima de paz y la unidad. “Ese es el deseo de todos: vivir en paz y vivir en unidad”, reflexionó.

El papa Francisco señala que el adviento (periodo de preparación para celebrar la Navidad) es “un tiempo en el que, preparando el pesebre para el Niño Jesús, aprendemos de nuevo quién es nuestro Señor; un tiempo en el que salir de ciertos esquemas y prejuicios hacia Dios y los hermanos; un tiempo en el que, en vez de pensar en regalos para nosotros, podemos donar palabras y gestos de consolación a quién está herido, como hizo Jesús con los ciegos, los sordos y los cojos”.

De igual manera, invitó durante este tiempo a “liberarnos de la presunción de creernos autosuficientes, para ir a confesar nuestros pecados y acoger el perdón de Dios, para pedir perdón a quien hemos ofendido”.
Pidió aprovechar este tiempo para la conversión.