El puente Metropolitano pone fin a las interminables trancaderas

Tras la habilitación de la Ruta Metropolitana 1 con el puente Mario Foianni, el tráfico  fluye de manera normal en esa zona, quedando atrás las interminables trancaderas.

Incluso, no se observa embotellamientos en el ingreso a la ciudad, ya que el flujo vehicular del nuevo puente se distribuye sin mayores  problemas por el cuarto anillo de circunvalación. Al menos eso fue lo que constató EL DEBER cerca del mediodía de este viernes. 

Los conductores aseguran que el tiempo para cruzar el Piraí se redujo considerablemente, puesto que, si antes tardaban entre 15 y  30 minutos, ahora lo hacen en menos de tres minutos. Señalan que el control que se  hizo por  la mañana para guiar a los conductores por los accesos ayudó a evitar congestionamiento. 

Se verificó que al ingreso y la salida del puente (del lado de la capital cruceña) la circulación, tanto de la avenida San Martín como del cuarto anillo y avenidas adyacentes, es bastante fluida.

Del otro lado del puente, el tránsito también fluye sin problemas, tras conectarse a la primer rotonda, que sirve de distribuidora del tráfico. 

La mirada de un experto en vías

Para el ingeniero Javier Mendívil, experto en tráfico y transporte, es posible que cuando el volumen de vehículos aumente, se produzcan congestionamientos en el cuarto anillo y, como solución urgente, plantea adecuar los tiempos de los semáforos en función al flujo vehicular o un rediseño del cruce del cuarto anillo y avenida San Martín.

Mendívil también ve necesario pensar en un paso a desnivel sobre el cuarto anillo y San Martín, como una solución a largo plazo y definitiva.  

Para disminuir el volumen del tráfico por el puente, Mendívil considera que es necesario que Porongo  obligue los constructores, vía normativa legal, que el personal instale campamentos en ese municipio, para que los trabajadores "vivan allí mientras dure la construcción y, de esa manera, no aumente el flujo de gente que va y viene".