Desde la tarde del jueves se reportaron chubascos en la región. La incidencia sobre los incendios ha sido mínima

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27 de agosto de 2021, 10:20 AM
27 de agosto de 2021, 10:20 AM

Corresponsales

Mientras la capital cruceña superaba las 24 horas de lluvia persistente, los habitantes de la Chiquitania aguardaban con ansias que las precipitaciones lleguen el este del departamento y así sofocar los incendios forestales que continúan. Según transcurría la jornada y a pesar de la llegada de un sur con cielos nublados, la lluvia se quedaba en amenaza.

Las primeras gotas se sintieron pasado el mediodía en Pailón y en Cuatro Cañadas. Un par de horas más tarde la lluvia llegaba a San Javier. Leves y esporádicas lloviznas se reportaron en dicho municipio. Los vientos del sur y la poca lluvia lograron despejar la densa humareda que cubría desde hace una semana el centro urbano.

San Javier se ha declarado en desastre por las heladas y sequía que han perjudicado a los sembradíos y pastizales en comunidades y haciendas ganaderas.

El jueves, Ascensión de Guarayos se preparaba desde temprano para una lluvia que no llegaba. Recién en horas de la tarde comenzó cayendo una tímida precipitación, la misma que se volvió más intensa entre las 16:00 y las 17:00 horas. Una hora de lluvia de relativa intensidad ponía fin a más de 60 días que sequía.

En esta población, los técnicos municipales y los bomberos celebraron la lluvia que contribuyó  a frenar el avance de los focos de incendio activos.

En San Ignacio de Velasco, el surcito llegó con más frío que agua. Las pocas gotas que cayeron apenas humedecieron las calles de colorada tierra y las losetas que rodean la plaza principal.

Situación distinta se vive en el Norte Integrado, donde las precipitaciones fueron más intensas y prolongadas. En Ichilo se reporta el rebalse del río Víbora que anega algunas casas ubicadas en su proximidad. El distrito 7 de Yapacaní es el más afectado por este desborde.