Las familias afectadas el pasado 20 de noviembre, continúan viviendo en la intemperie o en carpas; piden ayuda para tener un lugar donde guarecerse cuando empiecen las lluvias

14 de diciembre de 2022, 22:11 PM
14 de diciembre de 2022, 22:11 PM

El pasado 20 de noviembre, vientos huracanados afectaron 17 casas y nueve fueron destruidas por el temporal en el municipio de Yapacaní. Las familias están ubicadas en tres comunidades y algunas de ellas continúan viviendo en la intemperie, por lo que piden apoyo a las autoridades para tener un techo antes de que empiecen las lluvias.

Desde la unidad de Gestión de Riesgo del Municipio informaron sobre la Declaratoria de Desastre Municipal en la zona, debido a los vientos huracanados y eventos adversos con base a la Ley 602.

“Hay familias damnificadas que han perdido sus viviendas y sus cultivos por los vientos huracanados; por eso se ha emitido un Decreto Municipal de Declaratoria de Desastre, que nos permitirá pedir ayuda al Gobierno departamental y nacional. Estamos solicitando calaminas, semillas, alimentos para ayudar a los afectados”, informó el responsable de la unidad de Gestión de Riesgo, José Manuel Ignacio Fita.

Los vientos huracanados del pasado domingo 20 de noviembre se llevaron los techos de varios domicilios y destruyeron completamente las cabañas de Puerto Grether, además de afectar plantaciones de plátano, yuca y maíz. Los damnificados se encuentran en las comunidades de Puerto Grether (distante a 60 km), Arenales (distante a 100 km) y Bananeros (distante a 100 km).

“Se verificó que son nueve las casas destruidas completamente, mientras que otras 17 casas de quedaron sin techo”, detalló Fita.

Afectados por vientos huracanados en Yapacaní, vivien a la intemperie/Soledad Prado


Las familias que perdieron sus casas armaron carpas y están bajo los árboles, mientras intentan reconstruir sus casas.

Javier Cayo, uno de los vecinos de la zona, pide apoyo a las autoridades para que así puedan construir sus viviendas antes de que lleguen las lluvias.

En la comunidad Arenales son siete las casas que quedaron destruidas, “están viviendo bajo carpitas; no tenemos nada de ayuda. Se acomodaron como pudieron bajo los árboles”, explicó a EL DEBER Javier Cayo, viviente de la comunidad.