Hay personas que incursionan en nuevos oficios. Algunos optan por el reciclaje, por la venta de horneados y de comidas. Especialista dice que es un fenómeno que se da siempre en estas situaciones

13 de noviembre de 2022, 4:00 AM
13 de noviembre de 2022, 4:00 AM


La necesidad mueve los emprendimientos en medio del paro indefinido por censo 2023. En las calles, donde proliferan los puntos de bloqueos, se muestran canastas con horneados típicos y pan casero. 

Otros han creado un negocio en base a la necesidad del momento. Alejandro Ortiz, que es propietario de una estación de lavado de vehículos por el séptimo anillo de la avenida Alemania, incursionó en el lavado de bicicletas y motocicletas. Este servicio lo implementó en la segunda semana de paro, porque había bajado considerablemente la demanda de motorizados, pero las calles se llenaron de vehículos de dos ruedas.

“Las cuentas no se condonan, hay que pagar el alquiler, la luz y el agua. Además, lo que más circulan son bicicletas y hay que lavarlas”, manifestó el propietario.

Asegura que lavan en promedio seis bicicletas al día, utilizando la misma técnica que se usa para lavar un motor de vehículo. “Ponemos químicos para quitar toda la grasa y el sarro, para luego lavar con agua caliente y se le pone silicona a las llantas para que queden brillantes”, explicó Ortiz.

Señaló que en adelante mantendrá este servicio de lavado de motos y bicicletas, debido a la alta demanda que ha tenido.

Otro de los que también ha encontrado la manera generar recursos es Esteban, un joven que recorre en su bicicleta las calles y avenidas de la zona norte de la capital cruceña para recolectar latas que luego vende a las empresas recicladoras.

 Asegura que antes del paro indefinido, trabajaba como albañil en la zona del Urubó, pero durante los bloqueos no pudo desplazarse y buscó otra manera de conseguir el sustento familiar.

“Esto que hago, recoger latas, no es todos los días, es algo temporal”, contó el joven mientras terminaba de alistar su bolsa llena de latas aplastadas. Calcula con este oficio logra una ganancia diaria de Bs 30, aunque todo depende de la cantidad que logre levantar.

A pocas cuadras del Parque Urbano, todos los días Carlos abre su puesto desde las 16:00, para vender mocochinchi y empanadas de pollo, aprovechado que la gente sale caminando o en bicicleta a recorrer las calles y los puntos de bloqueo.

“Con mi esposa decidimos preparar refrescos y algunas empanaditas para vender y poder subsistir el día a día”, contó el hombre que, antes de los días del paro indefinido, se dedicaba hacer letreros y manejar un taxi.

Su esposa, que es enfermera y trabaja cuidando a adultos mayores, por ahora está sin contrato y se ocupa de la preparación de las empanadas y él se encarga de hacer el refresco. “Mi mujer prepara las empanadas y yo hago el mocochinchi”, complementó.

Una alternativa
El economista Gonzalo Chávez indicó que, ante esta situación crítica para las familias, porque les golpea el bolsillo, la gente hace prevalecer sus habilidades en diferentes campos, uno de ellos es la cocina, por eso es que abren negocios de venta de comida rápida, sabores criollos y platos típicos. 

Asegura que la gente constantemente está en busca oportunidades para conseguir recursos para solventar los gastos del hogar. Ante la necesidad, algunos lo hacen de forma informal e instalan puestos ambulantes para ofrecer sus productos.

Agregó que la economía no se paraliza y se adapta a los momentos y circunstancias que vive la población. Un ejemplo fue lo que sucedió durante el confinamiento por el covid, cuando los mercados cerraron y se impulsó el servicio de delivery y los camiones llenos de productos empezaron a recorrer los barrios para abastecer a las personas que no podían salir de sus casas.

“Hay muchas formas en las cuales la población puede continuar generando recursos económicos y moviendo la economía. Si bien no es significativo, pero sigue siendo una manera de sobrevivir ante el actual momento”, acotó el economista.