Estudiantes de la Uagrm detectan que los problemas de salud mental en Santa Cruz afectan más a los jóvenes entre 26 y 30 años
Levantaron un muestreo entre abril y agosto en las cuatro redes de salud de la ciudad. Problemas de neurodesarrollo, ansiedad y depresión son las principales afecciones. Llama la atención que hay más diagnóstico en pacientes mujeres
María Cristina es joven, no tiene más de 25 años, es profesional y se desempeñaba con normalidad en el trabajo. Es soltera e independiente, se mantiene con sus propios ingresos y tiene muchos planes para su vida futura. En su trabajo todos la aprecian porque es bien cumplidora y responsable. Pero un día empezó a faltar a la oficina, sus colegas más cercanos se preocuparon y descubrieron algo que jamás imaginaron que le podía pasar a una joven llena de energía y de planes como ella: había entrado en depresión.
Los más incrédulos pensaron que no le puede dar eso a una joven como ella, que "no tiene preocupaciones", así lo entendían porque María Cristina no tiene hijos "ni obligaciones que atender". Las enfermedades mentales no son como las físicas, no duelen ni se manifiestan en el cuerpo, pero son peor, porque toman la voluntad y secuestran la personalidad y hasta la alegría de vivir.
Eso lo cuenta ahora María Cristina, después de lidiar con su depresión por más de un año, incluso llegó a estar internada, sin acceso cualquier objeto con el que pudiera hacerse daño. "Me confiscaron hasta las trenzas de mis zapatos", contó. Pero se repuso y volvió al trabajo con más fuerza, es un ejemplo de que si se tiene la valentía suficiente de pedir ayuda, se puede salir de la oscuridad.
Lastimosamente no todos tienen esa valentía, los trastornos mentales no son algo de lo que se habla abiertamente y a la mayoría le da vergüenza reconocer que padece alguno.
El jefe de la Unidad de Salud Mental del Hospital de Clínicas de La Paz, el doctor Mauricio Peredo, durante la presentación del Plan Plurinacional de Salud Mental 2024-2025 señaló la importancia de eliminar la estigmatización sobre la salud mental. Expresó: “no es lo mismo decir estoy yendo a mi cita con el cardiólogo, que estoy yendo a mi cita con el psiquiatra. Por el hecho de mencionar que uno visitará a un profesional en salud mental, las personas comienzan a señalar o a generar discriminación”.
Los trastornos mentales implican alteraciones significativas en el pensamiento, la regulación emocional o el comportamiento.
Unicef explica que salud mental es el estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural, y que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones con otras personas, con el fin de alcanzar bienestar y calidad de vida.
Hallazgos en Santa Cruz
Estudiantes de la materia de Psicopatología, de séptimo semestre de la carrera de Psicología, de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm), no encontraron data sobre trastornos mentales en Santa Cruz y junto a su docente Julio César Aguilera se propusieron conseguir su propia información. De abril a agosto llevaron adelante su estudio sobre los 22 trastornos que figuran en el Manual Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5).
100 estudiantes levantaron la información en base a encuestas, también entrevistaron a los médicos especialistas y a los psicólogos que están atendiendo casos. Se apostaron en las cuatro redes de salud de la ciudad: Norte, Centro, Sur y Este.
¿Qué encontraron? Sobre una muestra de 532 personas constataron que el 22.6% tiene un diagnóstico confirmado; un 11,7% no está seguro si padece algún cuadro relacionado a alguno de los 22 trastornos; y el 65.8% no ha tenido jamás un diagnóstico.
Lo más llamativo es que 7,5% de los que sí tienen un diagnóstico tienen un padecimiento relacionado al neurodesarrollo (como déficit de atención, alzheimer, autismo, etc.), un 5,8% tiene ansiedad y un 5,3% depresión.
El trabajo realizado por este grupo resultó ganador de la XXXII Expociencia Uagrm de la Facultad de Humanidades. "Es la primera vez que se hace en Santa Cruz un levantamiento de datos así", aseguró el docente Julio César Aguilera.
Además, el grupo etario entre los que se detectó más casos es el de los jóvenes, entre 26 y 30 años y para Aguilera tiene lógica: "normalmente es en la juventud cuando aparecen los trastornos mentales, que es cuando la persona empieza a estar más consciente de sus emociones, ya que el cerebro comienza a madurar a los 25 años. En esa etapa también repara en la carga social que se echa encima (responsabilidades de la vida adulta)".
Y son más las mujeres dentro del grupo de los que cuentan con un diagnóstico de trastorno mental, un 63,9% de la muestra de 532, para ser más exactos. Aguilera estima que la cifra se elevó entre las mujeres porque ellas son las que más se animan a reconocer que tiene un problema de salud mental y buscan asistencia, y por que son mayoría las mujeres que acuden al sistema de salud, por lo tanto, hay más registro de ellas.
Además, según estimaciones internacionales, la depresión es dos veces más frecuente en mujeres que hombres. Entre el 10 y 15% de las mujeres en países industrializados y entre 20 y 40% de las mujeres en países en desarrollo, sufren de depresión durante el embarazo o el puerperio.
Comentarios sobre estos resultados
"En nuestro medio no hay psicólogos suficientes, estamos muy retrasados en el país. El único centro público en Santa Cruz con características de atenciones psiquiátricas es el Benito Menni, las redes de salud derivan ahí a los pacientes detectados. Es accesible, pero los tratamientos son muy caros, como los medicamentos de esquizofrenia que no los cubre el Sistema Único de Salud (SUS)", lamenta el docente universitario.
También refiere que hay clínicas privadas, pero no son accesibles para todos, por ejemplo, un día de internación puede costar Bs 300. Revela que del 5% de profesionales que se dedica a la salud solo el 0.05% se aboca a la salud mental, de igual forma señala que el escaso presupuesto se va para los centros psiquiátricos y casi no hay nada para hacer atenciones comunitarias y campañas de prevención.
Echa de menos que no existe una política de salud mental, "de lo contrario, sabríamos qué está pasando, en especial ahora, que después de la pandemia por covid-19 más gente ha reconocido que tiene un problema de salud mental".
De existir una política al respecto, dice que se podría contar con una historia clínica de todos los casos, y de tener esto, obtendríamos la prevalencia, que sería más alta, incluso más que los datos que sus estudiantes encontraron. Así se lo comentaron sus colegas cuando presentaron la investigación.
Y pone como ejemplo una clínica privada que está sobre el tercer anillo, donde por día atienden a 10 pacientes con cuadros de ansiedad y depresión.
En cuanto al porcentaje mayoritario de problemas de neurodesarrollo (7,5%), cree que en nuestro medio ya hay un conocimiento al respecto, así como instituciones que ayudan a los familiares con, por ejemplo, problemas de déficit de atención (TDAH), alzheimer, autismo, etc. entonces, se tiene más información y conciencia de estos casos, y en las encuestas ha salido más alto por ello.
Sobre la ansiedad (5,8%), considera que los números de casos van con la tendencia en el mundo. "Incluso debería estar un poco más alto, porque en la crisis del covid se registraron muchísimos".
Respecto a la depresión (5,3%), considera también que va con las cifras en el mundo y hace una diferenciación entre ansiedad y depresión. La primera proyecta el futuro y le genera mucho pánico el no saber qué va a pasar. Mientras que la segunda enfoca sus problemas en el pasado. Siente melancolía y tristeza. "La depresión es mucho más grave que la ansiedad, porque esta última puede llevar a un suicidio", alerta.
Por último, lamenta que a las personas les da vergüenza confesar que tienen ansiedad o depresión. "Por el estigma pocos quieren correr el riesgo de ser etiquetados como locos".
Cuáles son los trastornos que figuran en el DSM-5
- Trastornos del neurodesarrollo
- Trastornos Esquizofrenia y Trastornos Psicóticos
- Trastornos Bipolar y Trastorno Relacionados
- Trastornos Depresivos
- Trastornos de Ansiedad
- Trastornos Obsesivo – Compulsivo
- Trastornos relacionados con traumas y factores del estrés
- Trastornos Disociativo
- Trastornos de síntomas somáticos
- Trastornos de la Conducta alimentaria y de la ingesta de alimentos
- Trastornos de la Excreción
- Trastornos del sueño-vigilia
- Trastornos Disfunciones sexuales
- Trastornos Disforia de género
- Trastornos Disruptivos, control de los impulsos y de la conducta
- Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos
- Trastornos Neurocognitivos
- Trastornos de la Personalidad
- Trastornos Parafílicos
- Trastornos motores inducidos por medicamentos
- Otros trastornos mentales
- Otros problemas que pueden ser objetivo de atención clínica
Cifras oficiales
Según datos del Ministerio de Salud y Deportes, en 2020 Bolivia tenía 43.615 casos de padecimiento de algún trastorno mental, en 2021 el número creció a 69.303 y en 2022 se registraron 85.433, de esa cantidad, el 22% estaba en Santa Cruz, es decir, 19.137 casos.
La mayoría de los casos en Santa Cruz fueron de ansiedad y depresión, especialmente en jóvenes de 20 a 39 años, quienes representaron el 35% del total, dice un reporte de Servicio Departamental de Salud (Sedes).
La prevalencia de los trastornos mentales en Bolivia es de alrededor del 14,2% de la población, según refiere el marco conceptual del estudio de los universitarios, tomados a su vez de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ahí también dice que los trastornos mentales más comunes en Bolivia son los de ansiedad, los depresivos y los relacionados con el consumo de sustancias.
"Los trastornos mentales tienen un impacto significativo en la salud y el bienestar
de las personas en Bolivia, y son una de las principales causas de discapacidad en el país. Se estima que los trastornos mentales cuestan a la economía de Bolivia 1.000 millones de dólares al año en pérdida de productividad".
Desde el Ministerio de Salud y Deportes se impulsa el Plan Plurinacional de Salud Mental 2024-2025, que actualmente está en proceso de revisión.
La idea es que haya la transformación de un modelo institucional a un modelo comunitario, según explicó la responsable del área, Jhessica Estrada.
A su vez, el asesor de Enfermedades no Trasmisibles de la OPS/OMS, Héctor Ojeda, puso el acento en la importancia de poder fortalecer la integración de la salud mental en la atención primaria de salud, y así haya mejor acceso a la salud mental y se reduzcan las brechas de tratamiento.
Este último aspecto no se cumple, pues alguien que tiene un padecimiento llega al sistema público de salud y es atendido por un médico general que recién hace la derivación a un centro psiquiátrico. En el caso de Santa Cruz, solo existe el Benito Menni, que hace el diagnóstico y propone el tratamiento, pero no provee medicamentos y cobra por la internación, en palabras del docente Aguilera.
En el mundo
Los trastornos mentales son una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Hay muchos factores que pueden contribuir a los trastornos mentales, como la genética, la biología, la psicología y el entorno. Pero la causa precisa de la mayoría de los trastornos mentales sigue siendo desconocida, reseña la OMS.
Calcula también que cada año se pierden 12.000 millones de días de trabajo a causa de la depresión y la ansiedad, lo que cuesta a la economía mundial un billón de dólares debido a la pérdida de la productividad, afirmó Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Según este ente internacional, en 2019, “una de cada ocho personas en el mundo (lo que equivale a 970 millones de personas) padecían un trastorno mental. Los más comunes son la ansiedad y los trastornos depresivos, que en 2020 aumentaron considerablemente debido a la pandemia de Covid-19.
Lo peor es que la mayoría de las personas que padecen trastornos mentales no
tienen acceso a una atención efectiva. Además, muchos sufren estigma, discriminación y violaciones de los derechos humanos.
Los trastornos mentales tienen un impacto significativo en la salud y el bienestar
de las personas en América Latina, y son una de las principales causas de
discapacidad en la región. La prevalencia de los trastornos mentales en América Latina es similar a la del resto del mundo, con un estimado del 13,1% de la población que experimenta un trastorno mental cada año.
Para mejorar
En Bolivia, el gasto en los servicios de salud mental es de el 0,2%, según la Organización Panamericana de la Salud. Y Aguilera critica que no hay un plan para afrontar la salud mental, por lo que "existe un problema grave de políticas públicas".
Este mes pasado el Ministerio de Salud dio a conocer que el Plan Plurinacional de Salud Mental 2024-2025 está en proceso de revisión y ahí están puestas las esperanzas de los médicos y los familiares con este tipo de afectaciones. Es más, el asesor de la OMS, Héctor Ojeda resaltó que es de suma importancia fortalecer la integración de la salud mental en la atención primaria de salud.
"Muchas familias sufren porque no tienen los recursos para afrontar un tratamiento", devela el docente universitario, señalando que también hay que fortalecer lo que ya tenemos, refiriéndose al único centro de atención psiquiátrica en Santa Cruz.
También recomienda que haya mayor presencia de psicólogos en los centros de de las redes de salud, "conozco a un colega que trabaja con ítem de limpieza", se lamenta.
Anota que hay que consolidar servicios de apoyo accesibles, asequibles y de calidad. Como denuncia la OMS en los países de las Américas: "Los sistemas de salud aún no han respondido adecuadamente a las necesidades de las personas con trastornos mentales y carecen de recursos suficientes. La brecha entre la necesidad de tratamiento y su provisión es amplia y a menudo, la calidad de la prestación es deficiente.
Finalmente, Aguilera anota que "necesitamos investigar más" para que la salud mental no sea un tema desconocido y evitado por muchos.