Cuatro personas del entorno familiar reciben el tratamiento profiláctico para prevenir la mortal enfermedad 

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4 de abril de 2018, 11:36 AM
4 de abril de 2018, 11:36 AM

Tras la muerte de un niño de 10 años como consecuencia del mal de rabia humana, hecho ocurrido el 30 de marzo en la comunidad de Mapaiso, municipio de Cotoca, el Servicio Departamental de Salud (Sedes) inició tratamiento preventivo al entorno familiar del pequeño, compuesto por la madre, su esposo, un menor de edad y una señora.

Paralelamente, se abrió una investigación para saber el origen del contagio con el virus del mal de rabia. Hoy por la mañaña una brigada se trasladó al lugar para vacunar a las mascotas.

Jhonny Ruiz, responsable del programa de zoonosis del Sedes, indicó que la investigación alcanza a la Unidad Educativa Antonio José de Sucre donde el niño estudiaba y donde además se presentó un caso de rabia felina, aunque en época de vacaciones escolares.

De acuerdo con las primeras investigaciones, el niño fue mordido por canes en tres ocasiones, hace cinco años en la ceja, hace tres años en el antebrazo y hace tres meses en la pierna. El perro que lo atacó en esta última ocasión continúa vivo, por lo que se descarta que este can le haya contagiado el virus.

En todos estos casos, el niño no recibió asistencia médica. “La madre relata que a su hijo le gustaba jugar y acariciar a los perros, entonces pudo haber contraído el virus de esa manera”, indica Ruiz.