En reserva analizan nombres para la Secretaría de Salud. El personal del Sedes extraña a sus mentores. De Roberto Tórrez dicen que era un apoyo moral, un padre que los ha dejado

El Deber logo
2 de agosto de 2020, 7:15 AM
2 de agosto de 2020, 7:15 AM

No es una tarea sencilla. La huella de Roberto Tórrez y de Óscar Urenda es profunda y difícil de reemplazar. En la Gobernación de Santa Cruz informaron que no han decidido todavía qué personas cubrirán esos puestos vacantes, pero se sabe que barajan nombres con un alto perfil profesional para estos cargos.

El fallecimiento de Urenda y Tórrez, afectados por el Covid-19, ha calado hondo en la estructura de la Salud cruceña tanto en lo anímico como en lo administrativo por el carisma, la experiencia y la capacidad para administrar sus respectivas unidades.

Mario Cuéllar, responsable de la Dirección de Comunicación de la Gobernación, dijo que oficialmente todavía no se ha analizado quiénes ocuparán esos cargos y que mientras tanto, el director de Políticas Sociales Duberty Soleto, seguirá fungiendo como secretario interino de Salud.

A su vez, la gerencia de Epidemiología es monitorizada por Carlos Alberto Hurtado, responsable de primera línea de respuesta Covid-19 que en estos días también cubre algunas responsabilidades del director del Sedes, Marcelo Ríos, afectado por un mal gastrointestinal.

Cargo de confianza

Duberty Soleto, en su papel de secretario interino desde inicio de junio, cuando Urenda fue hospitalizado por segunda vez, dijo desconocer quién será el sustituto del extinto secretario, pero cree que el gabinete departamental debe estar perfilando algunos nombres.

A decir de Soleto, la designación del titular de esta repartición es potestad del gobernador Rubén Costas, por ser un cargo de confianza.

“Seguramente, en el gabinete van a decidir quiénes serán los reemplazantes del Dr. Urenda y del Dr. Tórrez. En el caso del secretario, el gobernador tiene que elegir a la persona de su confianza y que tenga las mismas características o mejores, aunque será difícil encontrar a un hombre como el Dr. Urenda, que andaba las 24 horas con el teléfono encendido para ayudar a la hora que sea a las personas que acudían a él.

La autoridad interina que estos cargos no pueden quedar vacantes por mucho tiempo, peor en estos momentos de la pandemia del coronavirus, en los que se necesita estar muy activo para dar respuesta a la población.

De la Secretaría de Salud dependen direcciones importantes: el Servicio Departamental de Salud (Sedes), la Dirección de Políticas Sociales, la Dirección de Personas con discapacidad y la Dirección de Hospitales.

Cada una tiene contingentes grandes de personal y proyectos a ejecutar. “A este despacho llega documentación fundamental, solicitudes, cientos de procesos administrativos, revisión de compras directas de los hospitales. Otras veces, hay que iniciar procesos administrativos y atender las demandas de los sindicatos, cuyos reclamos, a veces, son justos”, explicó Duberty Soleto.

Se sienten huérfanos

En la oficina de Epidemiología ‘todo mundo’ se siente huérfano por la ausencia de Roberto Tórrez, a quien el personal lo veía como un padre.

Cristina Pairumani, del programa de Zoonosis, que no dependía directamente de él, dijo: “Nos ha afectado harto, estamos sin papá. Era una persona muy sencilla, muy sensible, que se entregaba por los pacientes, no medía horarios ni de entrada ni de salida, lo extrañamos”.

Susana Paredes, supervisora en la gerencia de Epidemiología, considerada la mano derecha de Tórrez, señaló que los ánimos están por el suelo por su partida.

“Nos ha caído muy mal. Es como sentirse huérfanos, porque él era el apoyo moral, cuando había algún problema nos tranquilizaba para dar las soluciones. Yo lo siento mucho más porque he trabajado permanentemente con él, supervisábamos las unidades y, cuando era necesario, íbamos los dos a todos los centros. En ese afán nos hemos contagiado, supongo yo”, manifestó Paredes, que contrajo el virus junto con Tórrez y aún está en recuperación.

La gerencia de Epidemiología se ocupa de gestionar, direccionar, aplicar programas y recibir información sobre las distintas epidemias que cíclicamente afectan a la población de Santa Cruz.

Por ejemplo, en esta pandemia, la oficina recibe todos los días de los laboratorios los resultados de las muestras tomadas a las personas sospechosas de Covid-19 y las remite a las redes de hospitales donde corresponde y a la dirección del COED, donde, a diario, se informa a la población sobre el avance de la enfermedad.

Susana Paredes, licenciada en trabajo social con maestría en Epidemiología, con 14 años de experiencia en ese campo, advirtió que dicha oficina es un puesto altamente técnico y, por lo tanto, requiere de un jefe con ese perfil.

No vamos a encontrar un gerente igual que él (por Tórrez): médico pediatra, salubrista y epidemiólogo. Él era todo lo que se necesitaba. El nuevo gerente, debe tener ese perfil, debe ser un salubrista, con formación en epidemiología y administración porque se tiene que manejar personal y programas de salud; debe saber mirar la salud pública de toda la población”, opinó Susana.