En la homilía dominical, el exarzobispo observó que en el tiempo de las redes sociales parece haberse agudizado escuchar a escondidas y espiar, instrumentalizando a los demás para nuestro interés, cuando lo que se debe es escuchar con el corazón

29 de mayo de 2022, 11:58 AM
29 de mayo de 2022, 11:58 AM

En una jornada en la que se celebra la Solemnidad de la Ascensión del Señor, donde la Iglesia impulsa la “56 Jornada de las Comunicaciones Sociales y el Inicio de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos", el exarzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, llamó a los fieles a pedir que Dios conceda el don de la unidad y de la escucha, así como ser testigos de la esperanza con todos los hermanos sumidos en el dolor.

"Quien no sabe escuchar al hermano pronto será incapaz de escuchar a Dios. Para una comunicación verdadera con Dios y con los otros, hay que escuchar con el corazón. En el tiempo de las redes sociales, parece haberse agudizado escuchar a escondidas y espiar, instrumentalizando a los demás para nuestro interés", manifestó el religioso en la misa celebrada en la Catedral de la capital cruceña.

En este sentido, señaló que el Papa Francisco este año envió un mensaje invitando a los fieles a “escuchar con los oídos del corazón”. El año pasado  había hablado sobre la necesidad de “ir y ver” para descubrir la realidad y poder contarla a partir de la experiencia de los acontecimientos y de los encuentros con las personas. Este año, su atención se centra sobre otro verbo, “escuchar”, aspecto decisivo en la comunicación y condición para un diálogo auténtico.

"El deseo ilimitado de ser escuchados, interpela a todos los que están llamados a ser educadores, formadores o comunicadores. No basta escuchar, hay que acoger la Palabra con el corazón bien dispuesto y bueno” y custodiarla fielmente", complementó Gualberti.

Y en este contexto reiteró que, para una comunicación verdadera con Dios y con los otros, hay que escuchar con el corazón, escucharse a sí mismo y a las exigencias verdaderas que están inscritas en lo íntimo de toda persona.

"La comunicación buena y humana es la escucha de quien tenemos delante, cara a cara, la escucha del otro a quien nos acercamos con apertura leal, confiada y honesta. Escuchar es, por tanto, el primer e indispensable ingrediente del diálogo y de la buena comunicación", expresó monseñor.

Es por ello que que resaltó que se deben escuchar diversas fuentes, “no conformarnos con lo primero que encontramos”, ya que eso asegura fiabilidad y seriedad a las informaciones que cada persona transmite, es decir, escuchar más voces, escucharse mutuamente, también en la Iglesia, entre hermanos y hermanas, nos permite ejercitar el arte del discernimiento”.

Pero para conseguirlo, la escucha verdadera exige paciencia y esfuerzos, en especial con los interlocutores más difíciles, con el fin de obtener el mayor bien posible en condiciones de limitación de la libertad. "Debemos escuchar con los oídos de Dios para poder hablar con la palabra de Dios".

Las palabra de Gualberti se dan en un contexto en el que Bolivia se encuentra sumida en una serie de situaciones donde prima la falta de diálogo, consenso y acercamiento, sobre todo en la arena política.

"Quien no sabe escuchar al hermano, pronto será incapaz de escuchar a Dios. La comunión no es el resultado de estrategias y programas, sino que se edifica en la escucha recíproca entre hermanos y hermanas”, señaló.