La buena acción de un vecino posibilitó poner a buen recaudo al adolescente que huyó de su domicilio

El Deber logo
18 de febrero de 2017, 4:00 AM
18 de febrero de 2017, 4:00 AM

La tarde del jueves, a las 15:30, David Ariscurinaga Azurduy (14) salió de su casa, enojado con su familia, y, aparentemente, subió a un vehículo y se marchó, con su maleta y su conejo de peluche, que no desprende ni para dormir.


El hecho preocupó a su madre, Margoth Azurduy Jiménez, puesto que David no lleva una vida normal debido a que sufre de hipotiroidismo, lo que le impide el crecimiento. El chico tiene 14 años, pero tiene el tamaño de un niño de siete años, manifestó su madre.
Lo cierto es que el muchacho abandonó su domicilio dejando una carta en la que decía que no regresaría más a raíz de que su madre le dio unos chicotazos al verlo llegar el miércoles con un amplificador y un flash con música nuevos.


En horas de la noche del jueves estaba cabizbajo sentado con su maleta y su conejo a un lado de la vía en el séptimo anillo y la avenida 2 de Agosto. Un vecino le preguntó qué pasaba y le dijo que huyó de su casa y que estaba yendo a trabajar. De inmediato el vecino llamó a la Defensoría de la Niñez, que lo internó en un albergue, como medida de protección.


Funcionarias de la Defensoría vieron en la prensa a la madre desesperada. La llamaron y le entregaron sano y salvo al menor.
“Le di unos azotes. Parece que alguien lo está influenciando en algo malo, puesto que últimamente apareció con dinero”, dijo la madre