Talleres de motos, paradas de trufis interprovinciales y camiones que bajan sus productos en licorerías, son un dolor de cabeza para el chofer de micros y el usuario de la línea 72-73. Los afectados piden un mayor control a las autoridades

7 de agosto de 2022, 4:00 AM
7 de agosto de 2022, 4:00 AM


El tráfico es caótico en diferentes sectores de la ciudad, pero en el segundo anillo los conductores identifican tres puntos críticos que perjudican la circulación.

Santiago Arancibia, chofer de la línea 72-73, que cubre la zona del segundo anillo, comenta que dos de los problemas que sufre al momento de desplazarse por su ruta laboral están entre las avenidas Virgen de Cotoca y Brasil, y entre la avenida Grigotá y calle Isabel La Católica. 

“En el primero se encuentran los talleres de motos que salen hasta el medio de la calle, y en el segundo, los proveedores los fines de semana se paran a cualquier hora a descargar”, dijo.

Carlos Antelo, estudiante universitario que pasa a diario por la zona de los talleres, coincide con este conductor y considera que hay mucho abuso de los propietarios de estos negocios, e incluso, señaló que a veces uno de los letreros de parada que está por el lugar, se encuentra rodeado de motos perjudicando al pasajero que debe esperar el micro en la otra cuadra.

Los transeúntes coinciden en que la demora en estos puntos es considerable, más todavía en el horario pico, donde hay mucho más congestionamiento.
El presidente de la línea 72-73, Dardo Arteaga, informó que en total son tres puntos neurálgicos con los que tienen que lidiar a diario, porque además de los dos antes mencionados, hay una parada de buses interprovinciales, que va hasta El Torno, ubicada a dos cuadras antes de llegar al monumento al Chiriguano.

Lamentó que la Alcaldía no haya realizado acciones para remediar esta situación que “genera caos y conflicto”, acotó el representante del sector transporte.

“Esos son los puntos neurálgicos que nos impiden mejorar el servicio, esto implica darle comodidad al usuario y que tenga una parada despejada. En segundo lugar, que haya una mejor frecuencia porque esos puntos nos crean los famosos carga y tráfico donde el pasajero para cruzar de un punto a otro, en horas vacías, en cinco a diez minutos, pero cuando estos nudos están llenos nos tiran entre 15 a 20 minutos de atraso”, aseguró Arteaga.

Por último, pidió a la comuna que impulsen un reordenamiento sostenible, eso significa que los operativos de control no sean uno o dos días sino más constantes y que se cumplan las ordenanzas, porque tanto en la zona de los talleres de motos y las licorerías, hay normativas municipales que regulan el funcionamiento de ambas actividades económicas. 

Normas vigentes

Milton Vargas, representante de la plataforma Generación P., recordó que las normas de tránsito estipulan que el carril interno del segundo anillo no está habilitado para estacionarse por lo que tanto como la Alcaldía y la Policía deberían hacer controles permanentes en estos puntos.

“Entonces al trancar esa vía, muchas veces los buses de transporte van por el carril central, bajando a los pasajeros en el mismo carril. Esto va contra las normas porque los usuarios de transporte deben bajar cuando el bus se apega a la acera”.

Para el municipio no es tarea fácil controlar estos espacios. En marzo de este año intentaron despejar el espacio público en la avenida Brasil y segundo anillo y se generó un enfrentamiento que dejó gendarmes heridos.
En el operativo intentaron despejar una acera donde vendedores y mecánicos de motos exponen estos vehículos, impidiendo así la libre circulación.