Cuestiona la cultura de "medias verdades" que gana espacio para manipular a la opinión pública. La transparencia y el respeto permiten alcanzar una reflexión valiente

6 de junio de 2021, 7:38 AM
6 de junio de 2021, 7:38 AM

El Monseñor Sergio Gualberti centró su homilía dominical en los peligros que el engaño provoca en la convivencia. Desde la lectura del Evangelio, cuando la serpiente logró engañar a Adán y a Eva, hasta nuestros días, donde se impone la cultura de las verdades a medias, "nunca debemos cansarnos de buscar la verdad, porque siempre está al acecho la falsedad".

La Eucaristía emitida por diversos medios de televisión y canales virtuales fue grabada con antelación para cumplir las normativas municipales por la cuarentena rígida que rigen en la ciudad.

Gualberti enfocó su mensaje en el daño que provoca "la mentira e información basada en datos inexistentes o distorsionados que las hacen aparecer como verdaderas".  Tal y como la serpiente prometió un estado inalcanzable a Adán y Eva, hoy también hay muchas promesas engañosas que atentan contra la convivencia.

El pedido del prelado convoca para la búsqueda de la verdad y "favorecer la comunión, promover el bien y rechazar lo que tiende a aislar, dividir y contraponer". La verdad, denuncia Gualberti "ya no es un valor, ya son las medias verdades" las que se imponen.

Urge recobrar la confianza y "dejarnos purificar por la verdad" reclama el Arzobispo. Por ello, pide a los católicos "hacer frente con valentía" en un momento donde prima "la tergiversación de los hecho" con la "finalidad de engañar o manipular a la opinión pública para alcanzar ciertos objetivos políticos, económicos u otros".

Gualberti reflexiona a la luz de las lectura bíblicas y propone "liberarnos de toda falsedad" a través de las "relaciones personales trasparentes y respetuosas que lleven a una reflexión y análisis objetivos de los hechos, de los problemas".

Durante su mensaje, también se refirió al Día Mundial del Medio Ambiente, celebrado ayer sábado y recordó los excesos que como sociedad dañan los parajes naturales. 

Los comportamientos abusivos y desmedidos "no solo nos ha contaminado a nosotros, sino que han roto la armonía entre todos los seres vivientes". La repercusión de este desequilibrio provocado por la acción del hombre se siente en los "tiempos de cambios climáticos y tema del Covid-19", asegura el prelado.

La humanidad afronta una "creciente contaminación del aire, el agua y tierra" que encuentran sus causas en la "tala indiscriminados de árboles que destruye el hábitat de los animales silvestres y pone en riesgo la existencia de la  humanidad entera".