La Iglesia católica urge a dar una respuesta "inmediata en la Chiquitania y tantos lugares del Oriente"

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9 de septiembre de 2024, 13:20 PM
9 de septiembre de 2024, 13:20 PM

Bajo la impronta de escuchar el clamor de la tierra y el grito de los pobres, la Iglesia católica se pronuncia sobre el desastre ecológico provocado por la mano humana en Bolivia y exige una "respuesta inmediata para la Chiquitania y tantos lugares del Oriente".

Y esa respuesta no es solo atender el apagado de los incendios, sino también socorrer a las poblaciones afectadas, las más vulnerables.

El fin de semana casi toda la población de una comunidad en Concepción (Palestina) debió ser evacuada dada la alta contaminación. Esas personas, por ejemplo, necesitan atención a su salud, dónde vivir y condiciones para alimentarse y estudiar.

La Iglesia Católica detalla en la carta que está abocada no solo a su tarea evangelizadora, sino también al cuidado de la Creación y de nuestros hermanos "que sufren la pobreza, y las consecuencias del maltrato a la Madre Tierra".

Dice textual: "Ante la mirada a la realidad que vivimos en Bolivia un desastre ecológico provocado por la mano humana, de consecuencias irreparables; urge una respuesta pronta ante el daño del medioambiente producido por la quema indiscriminada y los incendios en la Chiquitanía y en tantos lugares del Oriente boliviano".

Y pone foco en el daño a las personas que habitan esos territorios, debido a la destrucción de su hábitat y a la contaminación del aire con graves consecuencias en la salud humana, en especial de los niños y ancianos.

Llamado a las autoridades políticas

Como responsables de la toma de decisiones, la Iglesia llama a las autoridades políticas para que actúen con rapidez y eficacia, evitando así que esta catástrofe medioambiental y nacional vaya en aumento. 

"No sólo se trata de erradicar los incendios, sino también de ayudar a todas las personas que sufren a causa de esa situación y se ven afectadas en su economía y vivir diario", subraya el comunicado.

De igual forma, urge a tomar políticas de prevención en el cuidado de la naturaleza porque "lo que está en juego es el futuro de nuestros niños y jóvenes".

Este fin de semana el oriente boliviano fue escenario de las llamas y de la contaminación ambiental que se va cobrando 3,8 millones de hectáreas, de las cuales, el departamento cruceño tiene 3,3 millones y el resto se lo dividen entre Pando y Beni. Este último se declaró en desastre el viernes y Santa Cruz este domingo pasado.