Joyas en las cuevas de la Chiquitania: sus pinturas rupestres ofrecen una nueva visión de la prehistoria en Bolivia y se resisten al fuego
Tras 5 años de trabajo, el Proyecto Roboré ofrece una nueva visión del arte rupestre en Bolivia. Amplió a 93 el registro de sitios con pinturas de escenas poco conocidas en otras regiones, además de una gran diversidad de animales. Se apunta a la preservación y al aprovechamiento turístico
Son el tesoro de los antepasados de la historia de Santa Cruz: figuras de monos, aves, félidos, puntos y líneas en zigzag (que coinciden con la decoración corporal de etnias de la Amazonia boliviana), venados, piyos, sapos, serpientes, más de 130 casos de superposiciones de figuras, especialmente con formas geométricas que muchas veces están debajo de las figuras naturales, y en menor medida, escenas de recolección, de caza o de grupos familiares.
Se trata de pinturas rupestres y grabados (solo 2 sitios) hechos por los pueblos prehispánicos hasta los tiempos coloniales en el municipio de Roboré, donde la noticia es que hasta ahora se han contabilizado 93 sitios con estas antiguas pinturas.
Así lo dieron a conocer los participantes del Proyecto Roboré, cuyo trabajo de los últimos cinco años ofrece una nueva visión de la prehistoria y del arte rupestre en Bolivia.
¿Qué estaban pensando y viviendo quienes en un primer atisbo de creatividad crearon pigmentos y dibujaron en la roca, aleros o cuevas? ¿Qué quisieron relatar y cuántas generaciones pasaron por el mismo lugar y también dejaron parte de su cosmovisión, pintando por encima?
La concentración más grande del arte rupestre de Bolivia está en Roboré, que orgullosa se declaró en 2017 "Capital del arte rupestre del departamento de Santa Cruz", cuando se habían identificado solo 47 sitios.
Los nuevos hallazgos
El nuevo equipo interdisciplinario, desde 2020 a la fecha ha registrado más de 90 sitios en Roboré y sabe que hay más. "Seguramente mucho más de 100 sitios con una cantidad importante de diferentes estilos y tradiciones.
Suponemos que las primeras manifestaciones se crearon hace miles de años y tenemos diferentes grupos indígenas con diversas expresiones artísticas que nos dejaron este legado", explica Matthias Strecker, experto en pintura rupestre y coordinador del Proyecto Roboré, equipo que viene trabajando en el municipio de Roboré.
Este proyecto cuenta además con la participación de la arqueóloga Pilar Lima y el especialista en conservación Freddy Taboada, que también es el presidente de la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre en Bolivia (SIARB). A ellos se suman Anne Mie Van Dyck y Anke Drawert con el registro y documentación fotográfica.
En un reciente trabajo de campo en los sitios El Paraíso, Abra del Puente y Quitunuquiña 4, se obtuvieron muestras de pigmento negro de los dibujos de la roca, los que son analizados en un laboratorio de Estados Unidos para definir si se trata de carbón, en cuyo caso se contará con las primeras dataciones directas de pintura rupestre en Bolivia.
El arte rupestre representa la visión más antigua del mundo, y para el equipo que conformaron en este ambicioso proyecto es un desafío increíble. "Tenemos que seguir con el registro", expresa el profesor Strecker, adelantando que a esta fase del proyecto le queda cerca de un año más, por lo que esperan seguir haciendo más registros y documentaciones.
Pero no solo se trata de encontrar más pinturas y documentarlas, sino que éste es un proyecto integral que pretende la contextualización arqueológica de las ocupaciones en áreas relacionadas, la identificación de las figuras dibujadas, su interpretación iconográfica, la preservación de los sitios, y lo más ambicioso: elaborar un plan de manejo basado en la acción del municipio y de los actores locales para el aprovechamiento de estos sitios para el turismo.
Arte rupestre amenazado por los incendios forestales
Justo estos lugares de incalculable valor histórico son los que se incendian todos los años; fue eso lo que en 2019, fecha de incendios sin precedentes, activó el nacimiento de este proyecto, que tiene el apoyo del Gobierno Autónomo Municipal de Roboré, la Fundación de Conservación para el Bosque Chiquitano, y contó con el financiamiento de la Fundación Gerda Henkel y Solidar Suisse.
Si el fuego llega a las rocas deja restos en ésta y finalmente puede destruir todo. Por eso es que el siguiente paso consiste en preservar el patrimonio y posibilitar su uso turístico; para eso se necesita el compromiso de la gente del lugar, para que lo cuide de los incendios forestales y del vandalismo, aprovechándolo de manera sostenible.
"Estamos absolutamente seguros de que el fuego ha dañado los sitios rupestres en Abra del Puente y en Yororobá", afirma Taboada, y sus efectos sobre las pinturas puede ser inmediato o tardar hasta 10 años. "Hay veces que el fuego revienta la roca, pero en otros casos, el cambio drástico recién se produce siete a 10 años a posterior".
Ellos entraron después de los incendios en Roboré y a simple vista encontraron corpúsculos de carbón encima de las pinturas.
El equipo de arqueología estuvo en Quitunuquiña cuando el fuego circundaba las comunidades y la gente estaba en emergencia, ratificando que lo peor se vivió en agosto y septiembre. Como parte de la investigación arqueológica se hizo la excavación en un área de quema prehipánica en el sitio Abra del Puente, rasgo asociado al alero de pintura rupestre.
Cómo empezó todo
Las primeras noticias del arte rupestre en esta región de Bolivia surgieron en los años 50, cuando el fotógrafo alemán Hans Ertl publicó la foto de un sitio con pinturas rupestres y el Instituto Nacional de Arqueología registró el sitio. Luego vinieron otros registros en numerosos lugares.
El equipo de hoy ha ratificado los registros que ya existían y los que con el tiempo diferentes expertos fueron sumando. Actualmente el proyecto se desarrolla solo en el municipio de Roboré, coordinando especialmente en Yororobá y Quitunuquiña, comunidades interesadas en trabajar pensando en el turismo comunitario.
El trabajo ha sido intensivo estos últimos cinco años. Entre los logros principales se puede mencionar:
- Registro de más de 90 sitios de arte rupestre
- Amplia documentación fotográfica y con dibujos
- Análisis del arte rupestre (estilos, iconografía, temas como escenas de guerra, figuras antropomorfas, figuras zoomorfas, otros)
- Aproximación a la cronología del arte rupestre tomando en cuenta estilos
- Prospección arqueológica y excavaciones que permiten datar actividades en estos sitios
- Diagnóstico de conservación de varios sitios
- Plan de manejo básico
- Análisis de pigmentos de pinturas rupestres
- Limpieza de grafitis en la cueva Juan Miserendino por parte de conservadores profesionales
- Publicación del libro "Arqueología y Arte Rupestre de Roboré. Guía para Visitantes", publicado en los idiomas español e inglés
- Seminarios y talleres de capacitación a actores locales
- El arte rupestre de Roboré llegará a un gran público internacional con una exposición temporal que se presentará en el Museo de Altamira, España, a finales de noviembre
Las tareas
- Crear una base de datos de sitios de arte rupestre del municipio de Roboré, con registros, documentaciones actuales y datos del archivo
- Iniciar un diagnóstico de conservación de sitios seleccionados
- Planificar la conservación, administración y puesta en valor (uso racional para el turismo) de los sitios de arte rupestre
- Ampliar la información de la arqueología regional para contextualizar mejor el arte rupestre
- Desarrollar un programa de capacitación para guías locales, con el objetivo de mejorar la oferta turística existente
- Elaborar un plan de manejo basado en la acción del municipio y de los actores locales, como los grupos más interesados en la preservación del patrimonio arqueológico y de arte rupestre y su aprovechamiento para el turismo.
Conservación
Ahora que se tiene registro y localización de los sitios con arte rupestre (no se han hecho públicos todos para evitar el vandalismo), toca velar por su conservación, tarea que no es nada simple.
El experto Freddy Taboada identifica las principales amenazas:
La roca y el pigmento no son seres inanimados, son dinámicos y se mueven con relación al medioambiente. Si éste no cambia, las pinturas tampoco. Pero si éste se modifica por acción del hombre, el arte rupestre igualmente sufrirá variaciones.
Entre los factores que intervienen en la conservación del arte rupestre se identifica: el tipo de roca, la temperatura (insolación, humedad), la acción de las plantas, los animales y los visitantes.
Para mitigar los efectos de ese último caso, se logró limpiar 127 grafitis en la cueva Juan Miserendino, utilizando procedimientos no invasivos, con total éxito.