20 paradas de micro se recuperan con graffitis alusivos a la identidad cruceña. Cuatro artistas están a cargo de las obras

13 de septiembre de 2020, 15:15 PM
13 de septiembre de 2020, 15:15 PM

Un patujú recorre la superficie metálica y domina con sus vívidos colores patrios la parada de micro. Hacía tiempo que los tonos plomos y el abandono se había apropiado de estos lugares construidos para resguardar a los pasajeros mientras aguardan el transporte público.

Son jóvenes pintores que se agrupan bajo el colectivo de Arterias Urbanas. Su misión, recuperar las paradas y dotarlas de identidad cultural y vida para que despierten el interés de la población. En la primera etapa se contempla 20 paradas, pero el éxito con las primeras pinturas augura que vendrán más estaciones.

Jorge Ibáñez, fotógrafo de EL DEBER, acompañó a los pintores para recoger la magia de los grafitis en una galería de fotos.

Adolfo Torrico ejerce de portavoz del grupo. Por el momento, son 4 pintores, pero esperan integrar a dos más para cumplir con el cometido. 

En cada parada buscan componentes que vinculen las ilustraciones con el vecindario. Así, en la Plaza Fátima, el rostro de Warnes se reflejará en la parada escoltando el portal conmemorativo de la batalla del Pari.

Personajes de la política y el arte serán protagonistas de las marquesinas que se encuentran tanto en el tercer anillo como en el segundo o primero. A partir de ahora, podremos aguardar el transporte público junto a Gladys Moreno, Raúl Otero Reiche o René Moreno.

Los motivos regionales forman parte de la narrativa que transformará las paradas. Además del patujú, los carretones, el tacú y mitos y leyendas tradicionales dejarán su huella. El sello artístico de los jóvenes pintores permitirá disfrutar la espera.

Torrico explica que las técnicas y pinturas elegidas responden a la condición climática de la ciudad. "Son pinturas automotivas y algunas sintéticas para que resistan los rayos del sol sin diluirse o perder los tonos".

La propuesta servirá para revitalizar el uso de las paradas y alentar a los usuarios del transporte público a recurrir a ellas. Torrico espera que la ciudadanía se apropie de las ideas y las pueda cuidar como parte de un bien cultural al servicio de la ciudad.