Hay manos que luchan por llenar de vida y esperanza a niños que enfrentan la desnutrición grave. El Centro de Recuperación Nutricional Santa Cruz atiende cada mes entre 60 y 80 niños, de manera gratuita

23 de mayo de 2024, 19:00 PM
23 de mayo de 2024, 19:00 PM

Ismar tiene un año y siete meses, pero parece de solo meses. Se desplaza sonriente por los pasillos de una sala, lo que cuesta creer, porque hace una semana apenas podía sostener el cuerpo. Llegó piel y huesos derivado de Pailón con su mamá, que también trajo a su nieta Joana Yalet, de año y tres meses, con el mismo problema: desnutrición severa.  

desnuntrición
Foto: Fuad Landívar

Ambos ingresaron al Centro de Recuperación Nutricional Santa Cruz, ubicado en el barrio Bolívar, av. Cumavi, entre sexto y séptimo anillo, donde han ganado peso y tienen un mejor semblante. Ismar ingresó pesando solo siete kilogramos, cuando a su edad debería tener más de 11 kg; y la pequeña, marcó en la balanza solo 6 kilos (debería tener 9 kg).  El cuerpecito hinchado y las manchas en la piel de la pequeña muestran una de las formas de la desnutrición severa.

Como estos niños, hay otros en los que  la falta de nutrientes se dibuja en sus rostros, la mirada triste, los cuerpos esqueléticos y la piel lacerada.  

María Inés, madre de Ismar, que también se hace cargo de su nieta, se muestra agradecida al ver cómo los niños van mejorando cada día, por lo que tiene la firme esperanza de retornar pronto a casa con lecciones aprendidas para que no vuelvan a recaer.

Como ella, por la gravedad de los cuadros de sus pequeños, muchas madres permanecen en el centro y se dedican a tiempo completo a la recuperación de sus hijos.

La situación de Graciela no es nada fácil, pues tiene a su niña que cumplirá el próximo 26 de mayo su primer año. Está con cinco kilos y doscientos gramos, por lo que tiene que permanecer hasta que su hija consiga por lo menos alcanzar los 10 kilos.

A esta mamá de 25 años la derivaron del hospital de Cotoca al hospital Mario Ortiz, donde estuvo dos días en terapia intensiva por un cuadro de pulmonía. Lleva tres semanas en el centro de recuperación nutricional y asegura que ya se está viendo la mejoría. “Le preparan papilla salada o dulce y leche. También nos capacitan cómo manipular y lavar las verduras, nos enseñan a preparar diferentes platos para los niños y nos dicen para qué sirve cada ingrediente”, dice mientras ojea un cuaderno con todos los apuntes que ha tomado de las clases.

La situación de Graciela es complicada, al padre de sus hijos no le pagan hace dos meses, aunque logró que le den algo, pero tuvo que destinarlo a la compra de víveres para alimentar a sus otros cuatro hijos de 9, 8, 4 y 2 años.  “No tengo ni un peso, pero lo importante es que mi hija coma y se recupere, yo me las busco”, dijo y comentó que para ganarse un plato de comida ayuda en la cocina a las otras mamás y también algunos de los que trabajan en el centro les donan para que puedan cocinar.

Otra mamá de 30 años, también está tres semanas con su hijo de seis años, que pesa 11 kilos. Le indicaron que su pequeño es de talla baja, pero necesita recuperarse. “Me di cuenta cuando un día lo estaba llevando al colegio y él empezó a dormir y dormir. Lo llevé a su control y empezó con una tos, luego le dio fiebre, por eso estuvo internado 15 días en el hospital El Bajío. Siempre ha sido flaquito", dice.

Otra mujer acomodó sobre la espalda a su hijo para seguir con la alimentación equilibrada desde casa. Está feliz porque su niño, de un año y seis meses, ganó más de 1 kilo en solo dos semanas. 

Madre débil, niño débil

El director del centro lamenta que la desnutrición siga golpeando a la niñez, consecuencia de la pobreza que afecta a muchos bolivianos.

Señala que muchos niños sufren las terribles consecuencias  de las infecciones y las enfermedades frecuentes, como la diarrea, que acaban debilitando sus organismos.  

A esto se suman los servicios inadecuados de salud, de agua y de saneamiento básico que cierran toda posibilidad a una vida digna y saludable. 

Además, este problema está asociado a la malnutrición de las madres que traen al mundo niños con organismos ya debilitados o dan leche materna sin los nutrientes necesarios. Otras, porque están obligadas a trabajar para llevar el sustento a sus familias, cambian la leche materna por la de tarroTambién, cada vez hay más madres adolescentes que no están preparadas para cuidar de un niño. 

La nutricionista Adela Suárez insiste que muchos pacientes presentan talla y peso bajo crónicos, producto de la desnutrición de las madres, por eso es importante que hagan sus controles prenatales y posnatales. “Desde el vientre, los niños ya vienen con problemas y cuando nacen su desarrollo es lento. Algunos se ven hinchados y las madres creen que están gorditos, pero tienen una desnutrición marcada”, dice.

Un referente en la región

El Centro de Recuperación Nutricional Santa Cruz es un referente en la atención gratuita de menores de edad con desnutrición en sus diferentes fases (leve, moderada y severa) y en los últimos años también empezó a asistir a niños con sobrepeso y otros problemas relacionados con los malos hábitos alimenticios, como anorexia y bulimia.

El director del centro, Mario Édgar Valdez, señala que el establecimiento lleva 29 años de funcionamiento y en este tiempo ha atendido de forma gratuita a 12.571 niños. Llegan referidos de los centros hospitalarios o son llevados por sus padres. La tarea titánica del personal es hacer que los niños salgan del cuadro crítico, recuperen peso y  salud, y que las madres aprendan a alimentarlos. Reciben una atención integral, donde intervienen pediatras, nutricionistas, psicólogos, fisioterapeutas y otros especialistas.

“Muchos llegan en estado grave. A un inicio cuesta darles tratamiento porque no toleran comer. Algunos, de un 1 año,  pesan 4 o 5 kilos, cuando deberían tener 10 kilos. Algunos de más de un 1 kilo y medio no pueden ni sentarse debido a la desnutrición", manifiesta el director.

La administradora Luly Languidey informa que cada mes atienden entre 60 y 80 niños en sus dos programas: internación y semi-internación. Las salas de internación tienen capacidad para 16 niños y el tiempo de estadía va desde los 20 días hasta los tres meses.

Necesidades

El centro se sustenta con donaciones y con la dieta alimenticia que  provee la Gobernación, aunque muchas veces llega con retrasos. Por cada niño, el centro recibe una dieta alimenticia de Bs 15, lo que apenas alcanza para cubrir la compra de leche de fórmula, que muchos niños necesitan. Por eso, piden a los corazones solidarios que lleven sus donaciones hasta sus instalaciones  ubicadas en la av. Cumavi, entre el sexto y séptimo anillo. Queda al lado del centro de salud 18 de Marzo. 

También piden la habilitación del horno industrial que no funciona por falta de conexión a la red de gas.

Incidencia

En el país, la desnutrición crónica (talla/longitud para la edad) tiene una prevalencia del 20,3%, según la Encuesta de Demografía y Salud (EDSA), realizada en 2016 por el Instituto Nacional de Estadística y el Ministerio de Salud.

El estudio también muestra una prevalencia del 3,4% de desnutrición aguda (peso/talla); y un 4,2% de desnutrición global (peso/edad).