La identidad cruceña a través de sus juegos tradicionales
Desde las carreras de embolsados hasta el trompo, los juegos tradicionales cruceños pasaron de generación en generación y forman parte esencial de la cultura y la identidad de Santa Cruz.
El cruceño se siente orgulloso de su identidad y tradiciones, entre ellas se destacan los juegos populares que fueron transmitidos de generación en generación. A continuación, presentamos algunos de estos juegos que forman parte de la cultura de Santa Cruz.
Carrera de embolsados
Este juego consiste en una competencia donde los participantes deben ingresar dentro de una bolsa de yute. Una vez en su lugar, los competidores avanzan a la meta saltando, lo que genera una dinámica entretenida y llena de risas, típica en festividades locales.
El trompo
El trompo es un juguete de madera con una punta de metal (clavo cortado) que ha sido parte de la niñez cruceña durante décadas. Para jugar, se enrolla una cuerda alrededor del trompo y se lanza con fuerza para que gire. A partir de ahí, los jugadores intentan realizar una serie de trucos y maniobras, demostrando su destreza.
Este es un juego tradicional en el que una máquina de madera con ruedas, en forma de serpiente con varias cabezas, circula entre la multitud. Las personas desprevenidas son capturadas por los jugadores que están fuera, para luego ser introducidas en la boca de la tarasca. Los encargados del interior impregnan a los atrapados con miel, harina y plumas, en un ambiente festivo y divertido.
Palo encebado
En este reto, los participantes deben escalar un poste de aproximadamente cinco metros de altura, el cual está cubierto con grasa o aceite. Usando únicamente sus brazos y piernas, los competidores intentan llegar a la cima para recuperar los premios que se encuentran en lo alto del palo.
El enchoque
El juguete consistía en una bola redonda con un agujero circular, unida por una cuerda a un mango similar a un lápiz, y era fabricado preferentemente de maderas pesadas como guayacán o tajibo. Los jugadores hábiles podían realizar hasta cien "carambolas" sin fallar, demostrando su destreza en este antiguo pasatiempo.
Estos juegos tradicionales continúan siendo un símbolo de la cultura cruceña, reflejando la alegría y el espíritu comunitario de su gente.