El Papa Francisco propone luchar contra la pobreza y la desigualdad, la falta de trabajo, tierra y vivienda, y dar prioridad a la vida

10 de julio de 2022, 9:04 AM
10 de julio de 2022, 9:04 AM

En la homilía de este domingo, el vicario general de la Arquidiócesis de Santa Cruz, Juan Crespo Gutiérrez, puso como ejemplo al buen samaritano, que nunca va al templo de Jerusalén, pero que no pasa de largo, sino que se queda con aquel que lo necesita, lleva su marcha, su programa y su proyecto, pero ante aquel hombre herido y necesitado lo deja todo y se pone a servirle. 

Según el vicario, la caridad no consiste en dar sino en darse, tampoco en contentarse en dar limosna para que “ese” deje de molestarme. 

Para el sacerdote, que celebró misa en la catedral cruceña, hay que escuchar el clamor de los pobres, de las mujeres, de los indígenas, de los niños y ancianos, puesto que los que pasan de largo, son los dirigentes políticos, sociales y religiosos que no se comprometen, buscan sus intereses y se dejan corromper, cierran los ojos a los desastres y no cumplen lo prometido. 


Juan Crespo Gutiérrez, vicario/Foto: Arzobispado de Santa Cruz



Recordó que el buen samaritano va más allá de su cultura y nación, se abre a toda la humanidad, al extranjero, al necesitado, al pobre y al marginado. 

Padre Crespo también destacó lo dicho por el papa Francisco, que sueña y piensa en otra humanidad, no se mueve en la lógica del lucro personal para unos pocos, sino en la lógica de la solidaridad, la cooperación, la interdependencia y la corresponsabilidad, la amistad social, el caminar hacia un mundo de paz.

La Iglesia exhorta a no cerrar los ojos ante el sufrimiento de las personas y mirar de cerca el rostro de los que sufren como Jesús.