La mujer de 61 años sintió el cariño de la gente desde su salida del centro Ana Medina hasta llegar a su pueblo. Allí, un dirigente vecinal pidió una certificación a las autoridades para despejar dudas sobre su salud

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5 de mayo de 2020, 18:06 PM
5 de mayo de 2020, 18:06 PM

A. M. (61), la primera paciente que dio positivo para coronavirus en el departamento de Santa Cruz a principios de marzo, tuvo este martes, al mediodía, una grata bienvenida en su pueblo, Buen Retiro, luego de permanecer 54 días internada en hospitales de la capital cruceña.

Al menos, medio centenar de personas, entre autoridades locales y vecinos curiosos, recibieron a la comitiva que trasladó a la mujer hasta esta localidad, situada a 120 km al norte de la urbe cruceña.

En medio de todos, A. M. habló con la prensa y dijo: “es la mayor alegría el poder estar aquí, quería abrazar tanto a mis hijos. Estoy contenta y agradezco al Divino Niño de todo corazón. En cuanto yo pueda salir, iré a la iglesia a dar gracias al Divino Niño, porque gracias a Él no contagié absolutamente a nadie”.

Confesó que fueron 54 días muy difíciles los que pasó internada, aunque los sobrellevó con el aliento de sus hijos, de otros familiares y de amistades, así como con el apoyo profesional de los médicos y enfermeras.

“Me dije que tenía que ser fuerte y que caminaba de la mano de Dios”, expresó y reveló que al inicio de todo tuvo miedo porque hubo gente que la trató muy mal. “Yo perdono a esas personas, no odio ni tengo rabia con nadie”, aseguró.

Contacto con sus seres queridos

En el acto improvisado en la calle que divide la plaza principal y la Subalcaldía de Buen Retiro, tres de sus hijos se fundieron en abrazos con ella casi dos meses después que llegara de Italia con la intención de pasar buenos momentos con ellos.

Poco antes de la llegada de su madre al pueblo, uno de los hijos no ocultaba su temor a una posible reacción vecinal en contra, pero todo transcurrió en paz, a excepción de la intervención de un dirigente que pidió a las autoridades un documento que certifique la buena salud de la conocida como la paciente cero.

“Ella estará en su casita, no hay más donde. No tiene quinta ni propiedades como decían. Necesitamos que publiquen la verdad”, manifestó otro de los hijos que salió de su chaco, ocho kilómetros adentro, para ver a su madre.

Momentos de felicidad

Al cabo del acto de bienvenida dado por la subalcaldesa Carmen Rosa Suárez, personal del Servicio Departamental de Salud, encabezado por el epidemiólogo Carlos Alberto Hurtado, llevó a la mujer en una vagoneta hasta su casa, en el barrio Nuevo, donde se experimentó todo un acontecimiento, pues compartió un almuerzo con sus nietos, nueras, demás familiares, vecinos, autoridades locales y los médicos.

En el domicilio, el equipo médico le dio oficialmente el alta hospitalaria que quedó escrita en su historia clínica, con firma de los interesados.

“Ella no tiene ninguna otra cosa en particular. Es una persona sana, recuperada después de haber dado dos pruebas negativas. Durante 54 días ha sido asintomática, solo un día tuvo fiebre nada más. Ella estaba internada porque salía positiva en sus pruebas y, según el protocolo nacional, para irse a su casa debía dar dos pruebas negativas en un plazo prudente”, dijo Carlos Alberto Hurtado y precisó que es poco probable que la paciente dada de alta pueda contraer de nuevo la enfermedad.

Juan Carlos Guzmán, gerente de la Red de Salud Ichilo, agradeció el esfuerzo de todo el personal médico involucrado en la recuperación de la señora e indicó que este caso ha dejado duras lecciones de vida.

“Hemos ganado una batalla, pero la lucha continua, no bajemos la guardia, sigamos usando las medidas de protección personal, porque el virus sigue circulando”, señaló Guzmán y añadió que, con la sicosis colectiva generada por este primer caso en territorio cruceño, el personal de salud en general y las autoridades del municipio de San Carlos salieron fortalecidos pese a todo.

“Lo más difícil fue el comportamiento social. Entiendo a la familia por lo que pasó, supe que los habían despedido del trabajo, eso molesta y duele. Pero, a la vez, se vio la integración de varios sectores sociales para luchar contra esta enfermedad”, expresó la autoridad sanitaria.

Certificación de salud

Ronald Carrillo, presidente de la Central de Juntas Vecinales de Buen Retiro, pidió una certificación que demuestre el estado saludable de Ana María. No lo hizo de forma oficial, pero lo manifestó ante las autoridades del Sedes.

“Alguna persona preguntó que quien garantizaba que la mujer había dado negativo. Yo le dije que nosotros, como autoridades del Sedes, estamos dando la certidumbre y por eso hemos venido a traerla hasta su casa, donde le dimos de alta”, explicó Hurtado.

Daniel Araúz Saavedra, concejal que representa a Buen Retiro en el Concejo Municipal de San Carlos, cree que la mención del dirigente era más con afanes de protagonismo en el acto que se dio en la plaza principal del pueblo.

“Los médicos dijeron que no había problema, que cumplirán con la certificación, pero no era el momento de pedir el documento. A mi parecer, siempre hay personas como él que están susceptibles, pero la mejor muestra de cariño y comprensión se vio en el almuerzo, en el que autoridades hemos estado en su casa, al igual que los vecinos, la prensa y las autoridades de salud”, manifestó el concejal.

Emotivas despedidas

A. M. tuvo una emotiva despedida cerca de las 8:00 en el centro Ana Medina, donde estuvo internada los últimos días. De allí salió aplaudida. Luego, en la Gobernación, fue recibida por el gobernador Rubén Costas, con el que compartió un desayuno. La autoridad departamental, que desde un inicio  mostró preocupación por la salud de la mujer, le deseó lo mejor.

La comitiva hizo escala en San Carlos, la capital del municipio, donde bajaron todos y los presentes también le dieron la bienvenida en medio de aplausos.

Ahora ella reposa en su casa en Barrio Nuevo, en un sector un tanto alejado del centro del pueblo, situación ideal porque está ansiosa en poner en orden sus ideas y comenzar de nuevo. Su residencia habitual está en Bérgamo, Italia, pero por ahora no es factible pensar en su retorno.