Las ventas de comida callejera son las más afectadas. El malestar se intensifica al mediodía y por la noche

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18 de junio de 2017, 5:00 AM
18 de junio de 2017, 5:00 AM

Esperanza López tiene su casa en la esquina del cuarto anillo y radial 26, en la que vive desde hace 30 años y cuyo corredor lo ocupa para vender empanadas, asaditos y refrescos. La vecina manifestó estar cansada del mal olor que despide la alcantarilla que tiene un respiradero en la rotonda, donde desde el año pasado la cooperativa Saguapac está construyendo unas cámaras sépticas.


Como ella son varios vecinos los que se sienten perjudicados por el olor nauseabundo, pues en la alcantarilla enterrada a lo largo de un kilómetro en la radial 26, que divide los barrios Oriental, Tropical y 18 de Noviembre, hay seis huecos donde son construidas cámaras sépticas por Saguapac. 
En este sector las cloacas reciben aguas servidas de gran parte de la ciudad, las que son conducidas hacia las lagunas de oxidación, situadas en la zona norte, donde, luego de ser tratadas, son enviadas al curso del río Piraí.


Molestia
Dayana Vargas se siente perjudicada por este trabajo inconcluso de Saguapac, pues su clientela ha bajado debido al mal olor que se siente más al mediodía, por las noches y cuando va a llegar el mal tiempo. “Todos los días sirvo almuerzo, los fines de semana vendo kjaras y platos especiales, pero a veces nadie resiste el olor, es tiempo de que Saguapac nos dé una explicación”, dijo Vargas.


Raúl Carmona es propietario de la farmacia Farmaliada y desde fin de año de 2016 los baños del vecindario se trancan en forma permanente. EL DEBER buscó la palabra de directivos o de relacionistas públicos de Saguapac, pero argumentan que están de vacaciones colectivas, solo quedó personal de auxilio.