Municipios golpeados por la crisis de coronavirus piden que cada grupo tenga autonomía de gestión, es decir, vehículo, alimentación y herramientas. Las dotaciones estatales aún no cubren toda la demanda

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29 de septiembre de 2020, 13:44 PM
29 de septiembre de 2020, 13:44 PM

La solidaridad se activa, casi a la par que las llamas. Solo bastaron dos semanas y ya la Chiquitania se va llenando de bomberos voluntarios. Ellos respondieron casi de inmediato para la noble labor de salvar la naturaleza del fuego. De un rato a otro dejaron sus casas, familia y ocupaciones para estar en batalla.

Sin embargo, estos héroes necesitan ayuda para seguir ayudando. Combatir los incendios, no es exclusivamente un trabajo de frente contra las llamas que, de hecho, ya es demasiado arriesgado y agotador, hay también un gran esfuerzo económico detrás. 

Muchas veces está solventado por los mismos voluntarios y también por la solidaridad cruceña. Ante las limitaciones en el sector público: la crisis por el coronavirus dejó sin recursos a las Alcaldías, que ahora deben hacer frente a las llamas.

En los últimos días, tras la declaratoria de Emergencia Nacional, el nivel central, al igual que la Gobernación cruceña, están tratando de responder. Sin embargo, aún siguen las necesidades.

En una lista rápida de los grupos de voluntarios que llevan varios días en la zona, estos requieren principalmente combustible, camionetas, herramientas forestales, alimento y medicina.

A la fecha en línea de fuego hay voluntarios de Quebracho, Funsar Concepción, Rescate Urbano, Geos, Scout, Foreza, Bomberos de la Policía, de la Gobernación y Camaradas de Fuego de Concepción.

Alimentos y medicina

A la par, tres de los grupos que están en campo de batalla detallan sus necesidades. El comandante de Camarada de Fuego Concepción, Nadir Camacho, explicó que son nueve voluntarios en Copaibo y necesitan uniformes, botas, energizantes y lo que califica como más importante: herramientas forestales.

Ellos son de Concepción. “No tenemos ninguna dotación de nada ni de nadie y necesitamos muchas cosas”, insiste Nadir, quien es profesor el resto del año.

A su turno, el comandante de Bomberos Rescate Urbano, Hugo Vargas explicó que siguen trabajando de forma continua todo el año, pero no han recibido donaciones. “No tenemos equipos, las últimas seis mochilas en buen estado ya se enviaron a batalla, se estuvo trabajando en la ciudad y una vez se activaron los incendios tuvimos que hacer contacto y nos prestaron una camioneta”, cuenta.

De cada incendio forestal que salimos, queda todo malogrado, quemado”, agrega.

Para conseguir recursos, el grupo vende patasca cada mes en la ciudad. Aunque los voluntarios igual corren con gastos, pues deben comprarse equipos para practicar cuerda personal y descensores, entre otros.

Otro de los grupos, Quebracho igual necesita apoyo. Uno de los integrantes, Diego Suárez, indicó que lo que se necesitan son equipos de protección personal, ropa de bombero forestal (no overoles), botas nuevas sin que sean punta de fierro, linternas frontales, recursos para combustible y carpas grandes.

El pedido común también es de medicina para quemaduras, calmantes, desinflamantes, sueros hidratantes y guantes.

Vehículos y combustible

Luego de una inspección a zonas con incendio, la secretaria departamental de Medio Ambiente, Cinthia Asin reconoció que “no todo es color de rosas, hay carencias, falta agua, víveres, combustibles y maquinaria para los bomberos”.

La principal dificultad es el transporte. Por ejemplo, en San Ignacio más de 200 soldados no tienen logística para movilizarse. Hace más de una semana, durante una visita de la delegación encabezada por el ministro de Defensa, Fernando López, recitaron a detalle sus requerimientos. La exposición la dividieron en dos; vehículos y todo lo demás.

¿Por qué el transporte ocupa un lugar específico?, de hecho, es vital porque el extenso territorio hace que los grupos tengan que recorrer hasta 100 kilómetros para llegar a un incendio.

En el primer apartado se pide: mantenimiento de todos los vehículos operables, cambio de neumáticos a todos los vehículos, camionetas cuatro por cuatro para ingresar a caminos reducidos, carpas, agua, líquidos hidratantes, tanques de agua, cisternas, motores generadores de electricidad, focos, lámparas, cocinas, 460 linternas con pilas y baterías, 460 blusas y pantalones, pares de botas, antiparras y mosquiteros, etc.

Una semana después del pedido (el pasado viernes), el responsable de Medio Ambiente de San Ignacio, que coordina el tema de incendios en San Ignacio, Alejandro Hurtado reconoció que lo que se planifica en gabinete no llega en su totalidad ni con la inmediatez necesaria al campo de batalla.

Por ello, insistió que requieren con urgencia la dotación de más vehículos comprometidos por Defensa Civil pues ya se cuenta con los voluntarios suficientes para sofocar las llamas.

Daniela Justiniano, de ‘Alas Chiquitanas”, un grupo de voluntarios, coincide en que el problema más grande es la falta de vehículos. De hecho, recuerda que bomberos Geos, un grupo especializado, que tuvo que estar tres días sin poder moverse por falta de vehículo.

A San Ignacio, en los últimos días, llegaron los policías bomberos, son cerca de 100, la delegación más grande que tiene el municipio. Con ellos también llegó un rayo de esperanza, pues vinieron con la mayor logística: 14 camionetas y cuatro micros con lo que facilitaron la movilización.

A los municipios afectados por los incendios se suma San Rafael. Su alcalde, Julio Alvis, explicó que además del daño a los bosques, por los incendios les cuesta conseguir agua porque están golpeados por la sequía. “El municipio, con los escasos recursos que tiene, no puede responder de manera solitaria, necesitamos ayuda de la población como el año pasado”, manifestó.

Versión de autoridades

Las autoridades de los dos municipios más golpeados por el fuego, Concepción y San Ignacio de Velasco, reconocen que tienen limitaciones para la dotación de logística a los bomberos que ya entregan gratis su trabajo.

El responsable de Medio Ambiente del municipio de San Ignacio de Velasco, manifestó que necesitan ayuda, pero no tienen las condiciones para brindar logística a los voluntarios, por lo que pidió que todos asistan con “autonomía de gestión”; es decir, alimentación, equipos, transporte, etc.

Hay voluntarios que quieren venir, pero estamos haciendo un registro para ver si tienen autonomía. Si no tienen, lamentablemente... Aunque parezca que no nos importa la ayuda. No es eso, sino que no podemos arriesgar a gente que nos va a significar una carga a un municipio que no está ni con los recursos mínimos para atenderlos un día”, sostuvo.





A su vez, el alcalde de Concepción, David Mollinedo reconoció igual que, luego de luchar más de un mes, se le acabaron los recursos.

El jueves 17 de septiembre, cuando se declaró emergencia nacional, en San Ignacio de Velasco, con la presencia de la presidenta Jeanine Áñez hubo un gran despliegue de bomberos. Todos lucían uniformes nuevos y materiales, eran más de 60.

Una semana después, López aseguró que se cuenta con recursos humanos suficientes en el control de los incendios, tanto el personal militar, bomberos de la Policía y voluntarios debidamente equipados y con la logística necesaria.

Agregó que el gobierno departamental, las alcaldías y el Viceministerio de Defensa Civil están brindando todo su esfuerzo para que los campamentos sean los adecuados para la tropa.

En Copaibo, las carpas que ocupan los 60 soldados están a simple vista en muy buen estado. El campamento se ve muy consolidado. En una esquina, hay otro grupo, el resto de voluntarios, que duermen bajo un techo y en las carpas que ellos se llevaron.